Una de las preguntas a la que un italiano residente en Madrid tiene que contestar más a menudo es, seguramente, ¿cuál crees que es el mejor restaurante italiano de Madrid?
Pues, personalmente, yo, como italiana de pura cepa, lo tengo muy fácil, tengo mis favoritos. Vamos a empezar por Trattoria Don Giovanni, la de Andrea Tumbarello.
Será porque en Don Giovanni siempre se come de lujo, porque el producto, absolutamente excelente, es rigurosamente italiano; las elaboraciones respetan la mejor tradición… O bien porque Andrea Tumbarello, su propietario, tiene una personalidad tan arrolladora e histriónica que contribuye a crear un ambiente de lo más divertido y familiar.
Aquí se mezclan todo tipo de clientes: celebrities, deportistas de élite, actores, empresarios y gente común. Todos acogidos con alegría y calor humano, porque Andrea, en su restaurante, ama recibir y dar de comer “a los amigos en casa”.
Para entender el espíritu de esta trattoria, hay que saber que este siciliano llegó a Madrid hace unos veinte años, con su carrera de economista y sin tener idea de cómo llevar un restaurante.
Cuando el destino lleva a los fogones
Fue la enésima decepción, experimentada cenando justo en este restaurante, que tenía cerca de su piso, lo que le llevó a quejarse ante la propietaria y a recibir una propuesta de traspaso. El destino estaba echado. Solo le quedó a Andrea aprender a manejarse entre fogones y a gestionar un restaurante, casi nada… Y le salió de lujo.
Cocina auténtica, que nunca será criticada por un italiano porque es religiosamente fiel a las recetas de la mamma. Las pastas son gloriosas, frescas o secas; como su celebérrima carbonara, tan buena y cremosa que te salen las lágrimas; el pesto alla genovese, le fettuccine al cartoccio con bogavante o ese triunfo de la sencillez que llamamos spaghetti aglio, olio e peperoncino.
Aunque Don Giovanni es mucho más que pasta de pizza (otra specialità que le sale buenísima). La carta ofrece un sinfín de delicias, carnes de lujo como el wagyu tonnato o el chateaubriand, carpaccios como el de buey o de gambas rojas, lardo di colonnata y limoncello, o productos genuinos locales como la burrata pugliese o la piadina. Y la bodega está de lujo.
El paraíso de la trufa
Un capítulo aparte merece la curiosa obsesión de Andrea por las mejores trufas, blancas o negras, es lo de menos. Desde hace años, los amantes de este precioso tubérculo saben que, en su restaurante, siempre se ofrecen las mejores del mercado.
También es tradición que el chef se haga con la codiciada trufa blanca gigante de la subasta anual de Madrid Fusión. ¡No hay nada tan lujurioso como ver esas cascadas de láminas sutiles y perfumadas caer sobre los platos!
El más famoso es el huevo millesime creado por el propio chef con yema de huevo, crema de boletus y trufa, caviar de trufa y una bendita lluvia de trufa negra fresca. Ojo, que el oro dorado también puede caer sobre pizzas, tagliatelle, spaghetti y mucho más.
No hay nada como comer en casa de amigos y, en Don Giovanni, esa es justo la sensación.
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