Laura Grani

A la variada escena culinaria asiática de Madrid se acaba de añadir el restaurante Pato Salvaje, que rinde homenaje a la delicadeza y el sabor del pato laqueado, una joya de la tradición culinaria china. Con una relación calidad precio inusual en su zona (está ubicado en pleno Barrio Salamanca) este restaurante se presenta como el hermano menor del Pato Laqueado de Pozuelo, otro templo del pato y de la gastronomía china, con una sólida trayectoria de casi tres décadas bajo la dirección de Ana Wu. Detrás de este nuevo emprendimiento se encuentra el Grupo Shangrilá, conocido por sus éxitos anteriores como El Buda Feliz o Shangrilá Dimsum Bar.

El auténtico sabor de China

En Pato Salvaje, la autenticidad es clave y la frase guía es «sin pato no hay fiesta». El enfoque del chef Rodrigo Yeh se centra en la perfección de la receta del pato laqueado. El proceso meticuloso de preparación, que puede durar hasta tres días, se lleva a cabo con una cuidadosa selección del pato y la aplicación de una técnica de lacado artesanal.

El resultado es una combinación perfecta de una piel crujiente y una carne jugosa, presentada de manera ritualística, en finas lonchas que resaltan el sabor más exquisito. Le acompañan tres salsa, una de miel, una agridulce y una, espectacular, de pato. Para los que no sepan, el ritual consiste en coger una de las crepes calientes que acompañan el plato, untarla con las salsas y elaborar un rollito con pato y pequeñas tiras de cebolla china y pepino.

Un festín para los sentidos

El pato también está presente en otras elaboraciones como rollitos, gyozas, wok de pato con salsa Sichuan cocinado a la cazuela o con salsa de naranja. Todos con un punto picante. Además, la carta ofrece propuestas muy interesantes como la medusa con pepino, pollo al limón hecho en carbón o una no muy común barbacoa oriental con costillas de cerdo laqueadas, panceta crujiente al estilo de Macao, carne de cerdo marinada o zamburiñas con ajo y fideos transparentes. Son cuatro platos que se presentan de forma separada.

En el apartado de pescados y mariscos se puede optar por un lomo de lubina agridulce al estilo Año Nuevo o un calamar al wok con salsa picante. También hay verduras -berenjena cantonesa, mix de setas con soja y cilantro- y, claro, arroces y pasta: tallarines hechos a mano con pollo, setas y verdura, arroz buenos recuerdos de ayer, tallarines fritos con ternera y gamba.

Una fusión elegante

El ambiente de Pato Salvaje, diseñado por la talentosa Sandra Vergara, refleja una elegancia tranquila que complementa la experiencia culinaria. Con bancos en forma de concha, azulejos relucientes y delicadas lámparas de rafia y un servicio atento e impecable, el espacio invita a los comensales a sumergirse en un ambiente sereno y acogedor que resalta la verdadera estrella del espectáculo: la comida.

Con la visión de ampliar el entendimiento de la rica diversidad culinaria china, el Grupo Shangrilá, en colaboración con Ana Wu, busca expandir su legado gastronómico con Pato Salvaje. Con planes ambiciosos para futuras aperturas temáticas que celebrarán las especialidades culinarias de diversas regiones de China, acaban de abrir un restaurante que va a hacer las delicias de los amantes de la auténtica cocina china en Madrid.

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