Jesús Reyes

Menorca, la mágica isla balear, no solo es más que conocida por sus playas de aguas cristalinas y paisajes paradisíacos, sino también por su estratosférica oferta gastronómica. Dentro de ella han empezado a emerger verdaderas gemas escondidas que se han deslindado del habitual paisaje para ofrecernos nuevos horizontes aguardando nuestra hambrienta visita.

El lío de fuego de Burdell de Foc

Burdell del Foc es un restaurante situado en una antigua masía menorquina en el pequeño pueblo de Llucmassanes (Mahón). En un entorno privilegiado, dibujado lejos del ajetreo de la ciudad donde se puede disfrutar de una variada carta en la que se cuida muchísimo la calidad del producto.

Este proyecto gastronómico nace de un periplo realizado por sus creadores Javier Goya (Triciclo), José Fuentes(KultO), Fran Ramírez (Amano) y el enólogo-empresario Félix Pérez hace ya unos años, en la maravillosa isla de Menorca. Posteriormente se han ido incorporando profesionales clave, como Ander Galeano y Pablo Quesada (jefes de cocina de Triciclo y también socios en Amano Menorca, junto a Javier Goya y Fran Ramírez). Este grupo de tripulantes atesora una dilatada experiencia y creatividad que harán llegar a buen puerto y sobrepasará sin duda las expectativas de cualquiera que decida embarcarse en este viaje culinario. La propuesta gastronómica se centra en un producto superlativo, brasas y guiños a ingredientes y recetas menorquinas que se mezclan con la esencia de la cocina mediterránea para combinar a la perfección con una gran variedad de vinos.

La carta arranca con “La Despensa”, donde encontramos una selección de entrantes para abrir boca como embutidos como la Cecina de Astorga “de Castro” y la Sobrasada curada menorquina o las Anchoas de Santoña con sus tostas y mantequilla ahumada en casa. Continúa con opciones “Para picar “entre las que destacan las Patatas bravas con alioli, ajo asado y mojo bien picoso, los Mejillones menorquines, con sofrito de tomate, hinojo, cayena, alcaparras y piel de limón o el Tartar de atún rojo, aliñado con jugo intenso de pimientos asados y cebolletas. De los principales “De nuestra brasa de carbón” cabe destacar la Ensalada de hierbas, verduras aliñadas con un gazpacho verde y frutos secos, el Calamar, sobrasada y cebolletas asadas, el Tarantelo de atún rojo salsa de tomates quemados y cogollos asados o la Txuleta de vaca raza Simmental con 50 días de maduración y el Pollo coquelet con mojo picoso.

Fran Ramírez es un excelente maestro de ceremonias con una larga trayectoria profesional. Fue jefe de sala en el mítico restaurante Alabaster, a título individual fue reconocido como mejor maitre a nivel nacional por la Guía y Salón de Gourmets en 2015 y mejor maitre de Madrid por la guía Metrópoli en 2014, incluso los menos familiarizados con el mundo de la gastronomía, se darán cuenta enseguida de por qué posee dichos galardones, y es que es un número 1 en cuanto a la atención y al trato a los comensales, gracias a una sensibilidad fuera de lo común. Además entiende perfectamente el lenguaje de los sabores y sabe sugerir el maridaje perfecto para cada plato.

Burdell de Foc cuenta con un gran espacio interior pero su terraza es sin duda el lugar más especial. Lo que resulta difícil es decidir cuándo acudir allí, si por el día o en horario nocturno porque el ambiente cambia de forma radical. Cuando aún baña el sol esta preciosa masía, los árboles y el blanco de la fachada parecen sentarse a la mesa con nosotros y el paisaje resulta idílico. Al anochecer este lugar se transforma en una bonita postal, iluminada de manera muy tenue por guirnaldas de bombillas y velas, convirtiéndose en testigo de noches de verano memorables.

Los responsables de este exitoso restaurante también disponen de un hotel boutique, Amano Maison Carrée, en el centro histórico del menorquín pueblo de Alaior, este nuevo hotel está ubicado en un elegante edificio singular de finales del siglo XIX de influencia francesa, que ofrece un refugio de sosiego tras sus muros, este espacio posee un self check in, una zona ajardinada, terraza y una piscina disponible todo el día para sus clientes. Cuenta además con una suite con jacuzzi con patio privado y, como nota adicional, este peculiar hotel ha sido concebido como hotel literario así que propicia la inspiración y el relax.

Sa Rumbada, caldereta y mucho más

Una elección casi imperativa al llegar a la isla es probar la caldereta de langosta, el plato menorquín más típico, del que allá donde vayas encontrarás multitud de oferta. El quid de la cuestión es encontrar un lugar donde probar una buena caldereta sin quedarse con la impresión de que te hayan levantado la cartera, como en el Metro de Madrid.

Sa Rumbada es un local que se encuentra en la zona de Fornells, alejado del gentío de la Ciudadela, justo al lado de un pequeño e íntimo paseo marítimo que por la noche enamora con sus barquitas mecidas por el mar. Un lugar tranquilo, con una decoración simple y afectuosa. Uno de los puntos fuertes que muestra es una óptima relación calidad-precio. De entrada encontraremos una doble opción de menú para poder elegir entre la caldereta de langosta o el arroz de bogavante y  dos entrantes. Queda por descontado que al margen de esos dos menús hay  una carta con más opciones. El otro punto fuerte es el trato que dispensan los camareros. Realmente te hacen sentir como en casa con su amabilidad a la par que muestran una gran profesionalidad. Se recomienda su menú de caldereta de langosta con entrantes como las gambas al ajillo y los mejillones a la marinera.

Contrabandu, guarida de cocteleros

Acaba de aterrizar en Mahón, justo en la muralla que da al puerto, un sitio tan canalla como singular. Tras una puerta que casi permanece inadvertida para los transeúntes, descubrimos Contrabandu, coctelería inspirada en la idea que ya plasmó Román junto a su socio Yeray de Bad Company 1920 en Madrid. Se trata de un speakeasy donde la única forma de acceder es mediante una contraseña que se podrá encontrar en la página de  Instagram de Contrabandu. Al adentrarnos nos sorprendemos encontrando una gruta, que se muestra a modo de ejemplo como uno de esos lugares donde se escondían diversas mercancías, ya que antaño se practicaba el contrabando.

 

Allá por 1900 en Menorca muchos de sus habitantes pasaban hambre así que la necesidad hizo que la práctica del contrabando con productos como el tabaco fuese tendencia en alza teniendo su punto neurálgico en el puerto de Mahón, justo donde está ubicado este local. Aquí nada es lo que parece, ya que los espirituales tragos que encontraremos elaborados con una grandísima creatividad sólo son superados por su presentación para la que se utilizan los contenedores más inesperados. Hay que dejarse guiar, como buen aventurero por un mapa, obsequio de la casa, que contiene todos los tesoros ocultos que allí están según su procedencia y detalla las características de cada uno de ellos, también hay una carta de picoteo totalmente en consonancia con la filosofía del local.

El mismo consta de dos plantas, en la primera encontraremos la barra que dará paso a una terraza donde está la gruta anteriormente descrita, la parte superior es una gran terraza con vista a un puerto que parece una postal llenas de luces  tenues con el mar de fondo. Haréis match con vuestro trago perfecto sin duda alguna. Si aún os mostráis indecisos dejaros seducir por cócteles como la ánfora o la biblia, si persiste el hambre podéis recurrir a maletín de primeros auxilios lleno de cositas apetecibles. Contrabandu es más que un lugar donde tomar copas, es una experiencia revolucionario-anárquica que merece la pena ser vivida. En un breve espacio de tiempo seguro se consagrará como uno de los grandes cocktail clubs referentes de la isla ¡El contrabando sigue vivo en el puerto!

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