La Compañía Nacional de Teatro Clásico estrenaba el pasado 21 de septiembre, por primera vez en su historia en el Teatro de la Comedia, La discreta enamorada de Lope de Vega. Dirigida por Lluís Homar, también director de la CNTC, el montaje está protagonizado por los doce actores y actrices que conforman la sexta promoción de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Tras su estreno absoluto en el Teatro del SOHO CaixaBank de Málaga y meses de gira por todo el país, con una parada especial en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, el último montaje de la CTNC estará en cartel hasta el 26 de noviembre en la sede principal de la compañía.
Con, de momento, dos elencos en rotación, La discreta enamorada se convierte en una fina pieza de relojería, en la que cada intérprete es parte de un complejo mecanismo de coreografías que deben ejecutarse con precisión para que aspectos fundamentales de la obra como los cambios de escenografía o la iluminación puedan salir adelante.
La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, compuesta por Íñigo Arricibita, Xavi Caudevilla, Cristina García, Ania Hernández, Nora Hernández, Antonio Hernández Fimia, Pascual Laborda, Cristina Marín-Mirón, Felipe Muñoz, Miriam Queba, María Rasco y Marc Servera, junto a Homar y a una hilarante Montse Diez, ponen es escena de martes a domingo una historia, pese a lo que pueda parecer, de lo más actual y fresca. Amores platónicos, celos y estratagemas son los protagonistas de la que se considera la obra maestra de Lope, que arranca sin esfuerzo las carcajadas de un público, quizá más mayor de lo que este montaje pide. Y es que, la juventud, no solo del elenco, sino de la propia interpretación del texto, es una invitación alta y clara para un público joven al que no le hará falta una explicación del verso, gracias al trabajo de Vicente Fuentes.
Además, la música del montaje, obra de Servera e interpretada en directo por la propia JCNTC, es otro elemento que otorga a esta Discreta enamorada un brillo especial, y desde antes incluso de empezar la función plantea un ambiente relajado, de juego y compañerismo, de lo que los doce intérpretes admiten estar orgullosos. Y es que ha sido un proceso de aprendizaje largo y que sigue en desarrollo pues, según explicaba Laborda en la presentación del montaje, “ver a nuestros compañeros nos obliga a reciclarnos y también podemos probar cosas que a nosotros no se nos habían ocurrido y viceversa”.
La rotación de papeles mencionada anteriormente ofrece, además, la posibilidad de ver dos obras distintas pese a que el texto se mantenga igual. Las peculiaridades de los actores, ya estén relacionadas con sus lugares de procedencia o con distintas cualidades interpretativas, hacen que los personajes desarrollen dimensiones distintas dependiendo del elenco. Así, es muy interesante ver todos los elencos posibles para conocer en mayor profundidad todas las opciones que ofrece la obra de Lope, que, de otra manera, no sería posible.
Otro de los recursos que hacen único al montaje presentado por la CNTC es la presencia de los propios técnicos en escena que escenifica, una vez más, el proceso creativo que ha habido detrás de la puesta en escena y la cooperación entre ambos equipos sin la cual sería imposible poner en marcha cada función. Desde la iluminación, a cargo de Pilar Valdelvira, hasta el vestuario, obra de Deborah Macías, pasando por regiduría o el propio apuntador, todos forman parte de la historia en algún punto.
En conclusión, La discreta enamorada no es más que una historia de enredos amorosos por y para jóvenes, pero tampoco es menos que eso mismo. Una historia universal, fundamentada en el deseo de amar y de poder hacerlo libremente, que nunca es poco.