Paula Malia es la actriz que da vida a Carmen, una de las protagonistas de la exitosa producción española de Netflix, “Valeria”. Una adaptación audiovisual de los libros de la escritora Elísabet Benavent que habla sobre la amistad, el amor y la sexualidad desde una visión femenina. Una serie que ha superado las expectativas del público desde la emisión de su primera temporada y que, a día de hoy, la plataforma de streaming ya ha confirmado la tercera entrega que pondrá fin a la historia estas cuatro amigas. 

 

Hablemos un poco sobre tu pasado, ¿de dónde vino esa intención de dedicarte al mundo del espectáculo y el sector teatral? Diana Gómez comentó que su sueño era dedicarse a actriz musical, en su caso, ¿cuál fue ese sueño? 

Yo creo que viene un poco por mi abuela, es la única que estuvo un poco relacionada con el tema de la actuación porque en mi familia no hay nadie más que se dedique a esto. Ella empezó a llevarme, de pequeñita, a ver algunas funciones de teatro amateur que ella hacia y me empezó como a gustar, pero nunca me lo tomé en serio hasta muy tarde porque yo quería ser periodista. Estuve muy emperrada en Periodismo y justo cuando me tocaba decidir qué carrera empezar a estudiar fue cuando dije no, creo que quiero ser actriz. Cambié y desde entonces no me imagino haciendo otra cosa, la verdad. A mí el musical me encanta. Yo estudie durante mucho tiempo canto y toco algo de instrumentos y la verdad es que, para mí, poder combinar todo el tema de la música con la actuación me encanta. Mezclar las dos disciplinas es lo que más me gusta. 

¿Qué te motivó a presentarse al casting de “Valeria”, fue una decisión puramente laboral o fue la originalidad de la historia la que te motivó a presentarse? 

 Yo no conocía los libros. Me llegó la propuesta del casting y me presenté porque me parecía que yo podía encajar, a lo mejor, en alguno de los papeles y que era una buena oportunidad para mí. Me interesaba también, evidentemente, el proyecto pero no conocía los libros de antemano y justo fue, durante el proceso de casting, que me los empecé a leer y me atraparon un montón. Luego vi que tenía un montón de amigas y de amigos alrededor que conocían los libros y que los habían leído pero yo no, hasta ese momento, los desconocía.

¿Qué clase de películas, series u obras de teatro suelen captar tu atención?

 De todo tipo, tengo gustos muy escépticos pero siempre me gustan las que cuenten como una historia que, al final, me toquen de alguna manera. En las que me puedo ver un poco reflejada aunque, bueno, también un thriller súper ido de la vida me puede gustar. Que me emocionen, que me entretengan, que me hagan reír. No sé, que me hagan sentir cosas. Me da igual el género. 

Durante una entrevista defines a tu personaje como torpe, risueña y romántica, sabemos que te encanta tu Carmen, pero si estuviese en tu mano, ¿cambiarías algún aspecto de tu ella? 

¡Qué buena pregunta! Pero creo que no. No sabría, ahora con Carmen soy cero objetiva al final. A veces un personaje se convierte como en un hijo y lo quieres tal y como es, con sus defectos y con sus virtudes. No, no cambiaría nada y, al revés, me gusta ver cómo ella temporada tras temporada va corrigiendo sus errores, va aprendiendo como también voy aprendiendo yo, Paula, y como creo que aprendemos todos en la vida. No, creo que la quiero incondicionalmente. 

También sabemos que te gusta crear listas en Spotify para cada uno de tus personajes, ¿a qué se debe esto? ¿Qué canciones componen la lista de Carmen y qué artistas? 

Esto hace mucho tiempo que lo hago porque me encanta la música. Creo que la música también es una manera muy rápida de conectar con emociones y también, a la hora de crear personajes, con su energía, con su manera de ver el mundo, su manera de moverse. Para mí la música es como apretar un botón, es muy automático. Entonces es verdad que tengo una lista en Spotify para cada uno de los personajes que he ido haciendo, un montón de listas con nombres. Me gusta porque yo, cuando voy por la calle, siempre voy andando a todas partes porque no tengo carné de coche y voy andando siempre con música. A veces cuando me estoy preparando un personaje me va súper bien, mientras ando, ponerme la música que me recuerda a ese personaje o que creo que ese personaje escucharía. Es un rato que me sirve para inspirarme, para probar cómo andaría ese personaje o probar diferentes cosas. La verdad es que me va muy bien ese método, entre otras cosas. Hay mucho de Beyoncé, es una lista bastante enérgica. 

La madurez que has sido capaz de imprimir en tu personaje, ¿podría ser un reflejo de tu evolución y madurez como actriz? 

Supongo que sí. Al final creo que todos vamos como creciendo y madurando y, al final, tú también. Carmen es un personaje no muy lejano, vive una vida muy parecida a la mía. Tiene mi edad, vive en España, viene de una familia más o menos con una vida confortable de clase media entonces creo que hay muchas cosas que se pueden parecer de mi crecimiento como persona y a la vez como actriz y que también están plasmadas en el crecimiento de Carmen. 

¿Dónde se encuentra el límite entre ficción y realidad en la serie? Desde mi punto de vista, el público puede sentirse muy identificado con los personajes, ¿a qué crees que se debe esto?

Creo que cada vez se entremezcla todo un poco más. Es verdad que están los personajes que, al final, no somos nosotras. Evidentemente hay un guion y tienen que hacer las cosas que tienen que hacer que escribe Marina, la guionista. Sí que es verdad que con todo el tema de la amistad entre ellas es más difuso lo que es realidad de lo que es ficción, porque yo junto a las otras tres actrices, Teresa, Silma y Diana nos hemos hecho muy amigas. Hablamos prácticamente por un grupo de WhatsApp cada día porque Diana y yo estamos aquí en Cataluña y Silma y Teresa viven en Madrid, pero hablamos súper a menudo. Yo creo que eso también suma a la serie porque, al final, la relación cada vez es más íntima entre nosotras y eso creo que refuerza cada vez más el vínculo de amistad que luego en la serie muestran. Hay cositas pequeñitas que nacen desde nuestra amistad que, en el rodaje, nos las inventamos, nos hacen risa y se la proponemos al equipo de dirección. Creo que, al final, eso también hace que esa amistad sea particular porque es la nuestra. Una de las cosas que me gusta, que pasa con los personajes de Valeria, es que no son personajes idealizados. Ellas no son perfectas, pero como perfecto yo creo que no es nadie, y creo que eso también las hace más humanas. La cagan y aprenden e intentan hacer lo que buenamente pueden aunque, a veces, se equivoquen. Son egoístas y mienten pero, a la vez, intentan redimirse de eso. Creo que eso hace que tú puedas empatizar con los personajes porque, para mí, los hacen más reales y se parecen a la gente que yo conozco en mi vida real. 

 

Se hace clara alusión a la crisis de los 30 y ese dilema existencial que aqueja a la persona de no saber si lo que está haciendo con su vida es lo correcto, ¿te has cuestionado alguna vez si continuar con tu trayectoria profesional?

No, en realidad, no. He tenido momentos de decir «jo» por qué no me gustaría ser farmacéutica o bibliotecaria o cualquier otra cosa. Yo creo, a lo mejor no es así y me equivoco por desconocimiento de ese trabajo, pienso que debe de tener una cierta estabilidad que el mío no tiene. Pero también me siento muy afortunada, creo que me siento privilegiada de poder seguir trabajando, de estar trabajando bastante y pese a la pandemia y estos tiempos tan difíciles no solo en mi gremio sino en todos. Ha habido muchas crisis a nivel laboral, yo he podido seguir trabajando y haciendo proyectos. Sí que es verdad que es un trabajo que es inestable que, a veces, es difícil y que tienes que trabajarte también a ti mismo para los momentos en los que, de repente, cuesta más o recibes unos cuantos no pues no venirte abajo y entender que esto no es personal, son un montón de decisiones y que, a veces, no tienen que ver con que tú lo hayas hecho mejor o peor. Sí que creo que hay que ir en plan “hormiguita” y tener la cabeza bastante en su sitio, ser muy humilde, saber dónde estás y estar bien ubicado. Nunca he pensado en tirar la toalla. 

Dar vida a un personaje siempre conlleva alguna complejidad, en tu caso, ¿te costó adoptar su personalidad de Carmen? 

No, porque creo que yo me parezco a Carmen o Carmen se parece a mí. Lo que pasa que es un poco la versión menos trabajada de Paula. Yo también soy muy indecisa, muy dubitativa, a veces me cuesta tomar la iniciativa pero depende de que otras cosas, por ejemplo en el trabajo, que también le pasa a Carmen soy bastante más decidida. En mi vida personal, a veces, dudo mucho más y creo que en eso nos parecemos pero creo que Carmen lo lleva todo a un extremo que yo, por suerte, no llego tan lejos. Creo que tenemos una actitud relativamente parecida.

En uno de los capítulos se dice que «si una quiere algo, debe provocarlo», ¿estás de acuerdo con esta premisa, la idea de trabajar con constancia? 

Totalmente, creo que al final hay que poner energía en lo que uno quiere. Una vez sabes lo que quieres, que no es siempre fácil saberlo, yo creo que hay que poner energía para que las cosas pasen. Creo que uno tiene que picar piedra e ir a por lo que quiere. También hay esa cosa que es muy americana del “si quieres, puedes”, hay muchos matices, pero sí que creo que es sano invertir energía en lo que queremos e ir a por ello. 

¿Qué te ha aportado este personaje? 

Muchas cosas, desde la oportunidad de poder estar en un proyecto de la mano de Netflix que, al final, son 190 países que, de repente, te conozcan en muchos sitios que si no sería prácticamente imposible. De repente me escribe gente de Filipinas que les ha encantado mi trabajo o la serie o desde Brasil, desde sitios que están muy lejos. Ves que la gente te escribe y que les llega lo que estás haciendo. Hay gente que te dice, a través de “Valeria” te he conocido y te he visto en otros proyectos que has hecho y eso hace muchísima ilusión. Esto me lo ha dado Carmen, Netflix y este proyecto, pero a la vez, yo creo que también muchas otras cosas bonitas desde haber conocido a las otras chicas y a todo el equipo que está detrás de la serie. Luego también, a la hora de vestir, creo que me ha cambiado un poco. Carmen es muy atrevida, tiene mucha personalidad a la hora de vestir. Yo era más clásica y, ahora, gracias también a Laura Cuesta, que es la directora de vestuario de la serie, estoy aprendiendo bastante y me atrevo con cosas que antes no me atrevía. Rojo y rosa era como, ¡qué dices!, y ahora la verdad que me encantan. Soy mucho más prudente que Carmen pero, para mí, ya son pasos. 

Valeria se convirtió en un fenómeno social y es una de las grandes producciones españolas de Netflix, ¿dónde crees que reside el éxito de esta producción?

Desde los libros que escribió Elísabet que ya en sí fueron un best seller y lo reversaron en su momento y luego creo que es la historia de estas cuatro chicas que, al final, se convierten un poco en tus amigas quiero pensar. Creo que es una serie que, al final, la estás viendo y nuestra intención es que tú, desde casa, sientas que eres una amiga o amigo más de ese grupo y hacerte partícipe de esa amistad, de irte a tomar cañas por Madrid y ver también Madrid en todo su esplendor. Creo que, al final, es un poco eso, sentirte partícipe de un grupo de amigos como ha pasado también con otras series famosísimas que lo han petado. 

Siguiendo el hilo de la pregunta anterior, el hecho de que la producción coseche éxito genera comentarios y críticas a su alrededor, ¿te afectan esos comentarios negativos a nivel personal o llegas a autogestionarlos? 

Llegas a gestionarlos, evidentemente. También creo que, por ejemplo, yo en esta segunda temporada he visto que yo me despegaba un poco más. La primera me acuerdo de leer Twitter y tal y, al final, hay mil comentarios buenos y eso pasa también en teatro con las críticas que, de repente, hay mil comentarios buenos y hay uno malo. A mí me pasa que te quedas con ese malo, con el que te vas a dormir. Creo que eso nos pasa mucho a todos pero, a mí, ya te digo que te dicen mil cosas buenas pero con la que te vas a dormir rayado es con la mala, que hay una, y de las otras buenas no te acuerdas pero, bueno, también como actores creo que estamos muy expuestos, al final, eres la cara visible de un montón de decisiones que a veces no van ni contigo porque hay una productora detrás, hay unos guiones y, a veces, también tienes que entender que todas esas decisiones y a parte tu trabajo van a gustar y no van a gustar. Hay que entender y, aunque es difícil, que no puedes gustarle a todo el mundo. Ahora con las redes sociales es muy fácil que todo el mundo dé su opinión a veces con más o menos respeto pero que hay que aprender también a distanciarse un poco y a darle el espacio necesario y no más porque pueden acabar minándote y creo que, como actor y cualquier persona, tienes que protegerte un poco. 

Podrías hacer memoria y contarnos cuál fue el momento más duro durante el rodaje de esta segunda temporada

Ya hace tiempo. Hace un año estábamos rodando y la situación era bastante más de incertidumbre que ahora que parece que la cosa está un poco más controlada, paramos poco por Covid. Sí que recuerdo que nos pilló el Filomena, tuvimos un poco de mala suerte, que fue una tormenta enorme que hubo en Madrid para quien no lo sepa. Eso también retrasó bastante el rodaje. De repente, algunas secuencias que teníamos que rodar y que teníamos más tiempo, las tuvimos que rodar muy deprisa. Tuvimos que repetir cosas por temas de mal tiempo pero, pese a eso, la verdad es que no recuerdo un momento duro porque, realmente, el equipo es maravilloso y hacen que todo sea bastante llevadero. 

Hay directores y actores que opinan que el mundo audiovisual puede servir como herramienta para hacer una denuncia social o llevar a una reflexión. ¿Crees que Valeria tiene un mensaje implícito además de ser una historia de cuatro amigas? 

Sí, yo quiero pensar que sí. Por ejemplo, en “Valeria” hay un montón de cosas pero sí que creo que se intenta reflejar una sociedad infundiendo unos valores que a mí me parece, desde mi punto de vista, que son buenos de cero tolerancia al machismo, a la homofobia y a un montón de cosas que tendríamos ya que estar superando. Creo que intenta hacer un retrato de una mujer cero idealizada que enseña unos cuerpos bastante reales con nuestras chichas, nuestras arrugas y estrías. Creo que también hace un tratamiento del sexo que me parece que es bastante interesante, se enseña todo desde la óptica del place femenino y no desde el placer masculino que creo que no abunda ese tipo de relato en la ficción. Muchas veces la mujer está puesta allí para dar placer al hombre y creo que, como mujeres, tenemos que reconquistar nuestro propio placer. Eso es un trabajo porque llevamos muchos años de historia en lo que nos gustaba a nosotras no importaba a nadie y, entonces es muy difícil. Cuando a nadie le importa lo que te gusta, saber lo que te gusta es dificilísimo y creo que “Valeria” hace una apuesta por el placer femenino y por evitar todo tipo de tabúes. Son los primeros pasitos y está bien que se hable del sexo y que se hable desde una visión femenina de sexo sano, libre, tolerante…creo que es sano para la sociedad. 

¿Crees que actualmente las personas que leen novelas eróticas sigue estando sometidas a ciertos prejuicios sociales al considerar el sexo como un tema tabú aún en nuestra década? 

“Valeria”, trata de afrontar ese problema al tratar el sexo como algo natural No lo sé, lo que sí que creo es que hablamos muy poco de sexo y cuando hablamos, hablamos mal. Quiero decir, que estaría muy bien que hablásemos mucho más del sexo, pero desde un sito real, desde un sitio de intercambiar experiencias, de intentar encontrar la educación sexual que nosotros, yo al menos, no recibí en la escuela. Creo que es súper necesaria para luego llevar una vida sexual sana, para entender qué cosas no se pueden hacer y no se deben hacer, para escuchar al otro porque creo que, en el sexo, nos falta mucha escucha. Y creo que, si escuchásemos más al otro, hay muchos problemas que se resolverían aparte de respetar, evidentemente, siempre al otro. Creo que, escuchando al otro, te escuchas más a ti y creo que nos quitaríamos muchas ideas preconcebidas que vienen desde el porno y desde muchos sitios que, al final, ese sexo no es el sexo real. Creo que hay que hablar más sobre esto, es un tema bastante necesario. Me da mucha pena que lo sea porque creo que eso solo hace complicar las cosas. Hay series, por ejemplo, como “Sex Education” que justo la estoy viendo ahora y creo que son súper necesarias porque hablan del sexo, de los mil problemas que hay en el sexo, de cuando no te entienden, de las ETS de una manera muy sana, muy única y de una manera desenfadada no rara y oscura porque el sexo no es oscuro si tú no lo haces oscuro. 

Hablando de novelas, ¿dedicas algo de tu tiempo libre a la lectura? Si es así, ¿cuál fue el último libro u obra qué leíste? 

Últimamente no, en verano siempre intento leer un poco pero al final por curro no pude y ahora hace tiempo que no leo. Me pasa también que, durante el año, estoy estudiando textos, leyendo guiones y me cuesta más. Estuve este verano leyéndome un libro que se llama “El universo en tu mano” de Blackie Books porque es un libro que te explica el Cosmos y cómo funciona el espacio porque me gustan mucho estas cosas. 

A la hora de desempeñar tu trabajo como actriz, ¿cuáles son tus referentes?

Hay un montón, hay gente muy buena trabajando. Me encanta desde Javier Cámara hasta Bárbara Lennie. Luego Phoebe Waller-Bridge como referente a nivel creativo, es la autora y creadora de Fleabag. A nivel de director pues me encanta Paolo Sorrentino, me parece lo más de lo más. Hay mucha gente que creo que es súper talentosa y creo que inspiran un montón. 

Los personajes de Borja y Carmen nos han proporcionado muchos momentos de risas y humor, ¿cómo ha sido trabajar con Juanlu González? ¿Es importante hacer reír a los espectadores para ti? 

Un placer enorme, solo puedo decirte cosas buenas de Juanlu porque, a parte, cuando yo estaba haciendo el casting me dijeron que lo iba a hacer con otro Borja y me dijeron es un chico que se llama Juanlu González, yo no lo conocía. Me acuerdo que lo busqué por Internet y dije, ostras, un chico pelirrojo, tiene buena pinta. Justo cuando entré en la sala de casting con Eva y Yolanda que hacían el casting, de repente, entré y Juanlu no estaba. Había otro chico, majísimo también, pero fue como pensaba encontrarme con ese chico y al final no me lo encontré. Luego ya, al final del todo, me enteré de que habían escogido a Juanlu y que íbamos a ser nosotros y fue como tenías que ser tú. La verdad es que trabajar con él es un placer. Primero es un actorazo como la copa de un pino, una persona encantadora, es un actor súper generoso y nos reímos un montón porque también somos muy de proponer los dos cuando nos dan los guiones ya estamos pensando qué bromas podemos incluir y cómo podemos mejorar aún más la escena. Muchas veces, nos los compran entonces estamos buscando todo el día qué añadir. 

Sí, creo que la risa es muy sana y creo que es muy necesaria la comedia, todo tipo de comedia. El poder hacer reír a alguien y que esa persona descargue energía y se ría contigo y pase un buen rato contigo, es súper agradecido. 

VALERIA (L to R) JUANLU GONZÁLEZ as BORJA, PAULA MALÍA as CARMEN in episode 04 of VALERIA. Cr. FELIPE HERNÁNDEZ/NETFLIX © 2020

Hemos hablado de tu personaje pero, ¿cómo te definirías como actriz? 

Supongo que, bueno, trabajadora porque intento meterle mucha energía y al final dar todo en cada proyecto. Prudente, pero a la vez, mucho más atrevida que en mi vida personal. Intento sentirme libre la mayoría de las veces. Aplicada, tozuda también, exigente conmigo misma, eso sí, soy bastante dura conmigo en el trabajo. En mi vida personal, sinceramente no tanto, pero en el trabajo sí lo soy, conmigo, con el resto del mundo no tanto pero conmigo misma soy bastante quisquillosa, me cuesta verme, gustarme en lo que hago. Al final siempre de ahí aprendes pero siempre estoy pensando en qué cosas podría mejorar, qué cosas podría haber hecho diferente, qué cosas para el siguiente proyecto ya me llevo de este para no repetir errores. Soy bastante perfeccionista, sí. 

¿Qué inseguridades te atormentan a la hora de afrontar un nuevo papel? 

Siempre me afecta un poco cuando empiezo, luego yo creo que el trabajo, al final, es lo que me llena de seguridad. El ir haciendo, el ir encontrando poco a poco pero sin dejar de trabajar pero creo que, cuando me dan un papel, siempre me invade un poco el típico síndrome del impostor, el decir ostras a lo mejor se han equivocado y esto no lo sabré hacer. Luego vas viendo que, con el trabajo, con las guías del equipo y apoyándote en tus compañeros, al final, llegas. A veces más rápido, a veces más lento pero trabajando siempre llegas. 

¿En qué proyectos profesionales te encuentras actualmente inmiscuida?

Ahora mismo estoy en el teatro en Barcelona en el Teatro Lliure Gràcia de la Gran Vía haciendo una obra que se llama “La mala dicció” que es una versión de Macbeth dirigida por Xavier Albertí. Estamos hasta el 14 de noviembre. Esta es la segunda semana de funciones en la que estamos. Luego también estoy en una serie que se emite por TV3, por la televisión de aquí de Cataluña donde interpreto a unas gemelas y la verdad que ha sido muy guay este proyecto por el reto de hacer dos personajes a la vez.