La relación simbiótica con la pintura ha sido una constante en las producciones cinematográficas desde el comienzo del séptimo arte. Al margen de biopics más o menos recientes como pueden ser Mr. Turner (2014) o Pollock (2000) o los más clásicos Los amantes de Montparnasse (1958) o El loco del pelo rojo (1956), multitud de películas han bebido de la pintura ya fuera directa o indirectamente para dar forma a su historia como sucedía en La joven de la perla (2003). Pero curiosamente España, pese a que goza de una de las tradiciones pictóricas más sobresalientes de Occidente, no ha sabido aprovechar esta beta creativa, aunque poco a poco parece que esto está cambiando, y en esa línea está el último trabajo del prolífico Gerardo Herrero, El asesino de los caprichos, presentado ayer en sociedad, un thriller con el hilo conductor de los grabados de Goya denominados “Caprichos”. Realmente una propuesta interesante y que no defrauda. Porque al margen de un argumento bien hilado, interesante, y un ritmo que hace que hace que la película en ningún momento se haga tediosa, sobre todo hay que destacar las actuaciones de su dupla protagonista, Maribel Verdú y Aura Garrido, que entre las dos reúnen tanto el mejor pasado del cine español como el futuro más prometedor, pero sobre todo el presente más brillante.

“Hay que destacar las actuaciones de su dupla protagonista, Maribel Verdú y Aura Garrido, que entre las dos reúnen tanto el mejor pasado del cine español como el futuro más prometedor, pero sobre todo el presente más brillante”

Porque hablar de Maribel Verdú es hablar de una de las actrices con más personalidad, talento y porque no decirlo, tirón de las últimas décadas del cine español nuestro cine. Películas como El Laberinto del Fauno, 7 mesas de billar francés o La buena estrella indudablemente son parte de la historia de nuestro cine, y de nuestra vida. Pero no solo es pasado (glorioso) sino también presente. Su interpretación de la inspectora de policía Carmen Cobos es francamente buena, haciendo creíble un papel alejado de los clichés habituales de las “mujeres policía”. A Maribel Verdú la acompaña la madrileña Aura Garrido, que tan buena acogida ha tenido en series como El Ministerio del Tiempo y, sobre todo, la magnífica El día de mañana, donde mostró todo su talento y calidad. Indudablemente, se puede decir de Aura que es una realidad de nuestro cine con todo el futuro del mundo.

En conclusión se podría decir que El asesino de los caprichos es una película bien construida, que gustará a los aficionados al cine policiaco, con ritmo y sobre todo con unas actuaciones estupendas que hace que los poco más de 100 minutos de película se vean con agrado.