“El ocaso del mono que arañaba la pared” (Sara Sálamo): Ágil, ácida y entretenida

Una autora primeriza. Y muy guapa. Y actriz. Y casada con un futbolista de primera línea de uno de los clubs más importantes del mundo. Y ahora con todo eso hacemos un cocktail, y agitamos bien, como debe ser. ¿Os imagináis cual será el recibimiento entre los paladares exquisitos y estupendistas que marcan tendencia? Pues eso, han acertado…

La novela es cuestión se llama “El ocaso del mono que arañaba la pared”, y su autora es la canaria Sara Sálamo. Olvidémonos del ruido mediático de alrededor. Y lo primero de todo, una vez que se superan los prejuicios al enfrentarse a la novela, hay que señalar que la novela está bien, incluso por momentos muy bien. Tiene la frescura de la inconsciencia, pero está trabajada, y el lector que venza las lógicas barreras y se acerca a ella sin coraza de protección puede ser que se vea sorprendido, y para bien.

Y es que de una manera irónica, por momentos ácida, Sara nos hace ponernos en la piel (y en los tacones) de una joven escritora para aprovechar y hablarnos de la maternidad, de las amistades, de nuestra sociedad, de las verdades a medias y sobre todo y fundamentalmente de las mentiras. La autora sabe combinar el humor negro con el cariño, y sinceramente es un relato ágil y bien pertrechado, con la suficiente carga de profundidad para que las críticas no sean meras anécdotas graciosas de sobremesa.

«La autora sabe combinar el humor negro con el cariño, es un relato ágil y bien pertrechado, con la suficiente carga de profundidad para que las críticas no sean meras anécdotas graciosas de sobremesa»

Uno de los grandes méritos del “El ocaso del mono que arañaba la pared” es que no engaña ni ofrece más de lo que hay. Promete diversión, y la da. Es ágil, amena, y divertida. Y estas tres virtudes no se ofrecen al lector con la frecuencia que se debería. Te reirás y llorarás con Pilar, amarás a Puma, odiaras a Marco y sobre todo a su progenitora, y un simple tenedor será la base de muchas cosas. Y por cierto, la última parte del relato es brillante, ingeniosa y sorprendente.

Novela de fácil lectura y divertida, para determinadas circunstancias puede ser realmente recomendable. Acérquense a Sara, que no se arrepentirán.