Si hay una bodega centenaria española pionera en innovación e investigación en viticultura sostenible, esa es Familia Torres, que va ya por la quinta generación con Miguel y Mireia Torres a la cabeza.
Tras 151 años de historia con parcelas por buena parte de Cataluña, desde el Penedès hasta el Priorat, pasando por la Conca de Barberà, ahora han decidido apostar por la viticultura regenerativa en sus viñedos ecológicos en un plan agrícola que llegará, progresivamente, hasta los de Miguel Torres en Chile.
En la línea solidaria de la fundación, cuya presidenta honorífica es la madre de Miguel, Waltraud Maczassek, el empeño del director general es aportar su granito de arena a la lucha contra el cambio climático.
Y, basándose en los mejores expertos y en estudios científicos, ha llegado al convencimiento de que la viticultura regenerativa es la clave para «llegar a un nuevo equilibrio basado en el incremento de la biodiversidad y de materia orgánica de forma natural, potenciando así la función de los viñedos como sumideros de carbono».
La viticultura regenerativa contribuye a la fijación de carbono, devuelve la vida al suelo y frena la erosión.
Si todas las bodegas del mundo asumieran este mismo método fundamentado en la cubierta vegetal en las viñas y en la ganadería complementaria con la agricultura sobre el terreno, sería posible cumplir el objetivo de la IWCA de ejercer un impacto positivo en el clima a partir de 2050.
La importancia de comparar vinos
Y, además de que los vinos seguramente sabrían todavía más buenos, si cabe, bebiendo vinos de bodegas con conciencia regenerativa estaríamos ayudando a la preservación del medioambiente.
Por el momento, solo se van notando cambios visuales en los terruños donde han empezado a implantar esta nueva forma de trabajar tan opuesta a lo que se ha impuesto hasta ahora.
Tendremos que esperar hasta comparar los cambios en los vinos de las siguientes añadas con las anteriores.
Pero lo hemos podido hacer con una gran cata de la Colección Antología Miguel Torres entre las nuevas añadas y las de hace 10 años con su correspondiente maridaje. Y algunas sorpresas más que, seguramente, no conocías, ¡procede!
De DO Conca de Barberà
La Milmanda 2018, de Finca Milmanda, es la mejor expresión de la Chardonnay del Penedès que te puedes imaginar, de esos que se convierten en tus blancos de las grandes celebraciones.
Mucha fruta madura redondeada por la crianza, con esa acidez afrutada que lo hace muy apto para guarda.
Mucha fruta, sobre todo, melocotón avainillado por la madera de sus 4-6 meses en barrica y sus 10 meses en depósito con batonages de las lías. Redondo y cremoso, un supervinazo para un carpaccio de atún. 13,5 % Vol.
Grans Muralles 2017, de Finca Grans Muralles, es un blend fantástico donde la reina es la carinyena, porque es una variedad que los Torres aman y miman por su fructuosidad, seguida de la garnacha, que aporta toda su fragancia.
Se les suman un 10 % de querol, que le da fuerza; y el toque mágico de las autóctonas monestrell y garró, que culminan esta explosión frutal en boca tan exagerada que pega con una buena carne de caza guisada.
Puro equilibrio que se mantiene en la añada de 2011 pero con mucha más rotundidad, un vino serio que necesita airear para que salga el genio de la lámpara. 14,5 % Vol.
De la DO Penedès
Mas La Plana 2017, de Finca Mas La Plana, borda un 100% Cabernet Sauvignon de manual, con un absoluto predominio del pimiento verde en nariz aunque matizado por frutas rojas gracias a que mezclan cabernets de distintas parcelas vinificadas con diferentes estrategias.
A pesar de los 18 meses en barricas de roble francés, es fresco, balsámico, con los taninos muy madurados y de un perfil más actual, ágil y hedonista que su hermano mayor el Mas la Plana 2011, que ha aguantado bien la guarda pero resulta más potente y meditativo y te pedirá siesta post comilona. 14,5 % Vol.
Torres Reserva Real 2017, de Finca Les Arnes, es un interesante coupage con un 61% de Cabernet Sauvignon matizada por un 13 % de Merlot y aderezada por un 26 % de Cabernet Franc.
Esta variedad inhabitual en España es una maravilla de carácter mineral, balsámico, herbácea y floral, que aporta al ensamblaje un punto a tierra húmeda, a regaliz, a menta.
Y al final, crianza de 18 meses mediante, queda un toque a mermelada ácida que endulza el retrogusto, ideal para unos quesos con gelatina de uva y frutos rojos. 14,5 % Vol.
De la DOQ Priorat
Mas de la Rosa Vinyes Velles 2018, de Finca Mas de la Rosa, es un 60 % Carinyena, 40 % Garnacha que junta lo mejor de cada una de ellas, arrojando un tinto muy complejo en nariz, afrutado y afinado por los 16 meses de barrica.
En boca, saltan a las papilas las frutas rojas de la cariñena, que, en esta parcela, es más floral, con mejor acidez, más casual y aligerada que otras de la DOQ, sin perder su madurez típica.
Un gran vino directo, goloso, fresco, con un retronasal muy curioso y apetitoso para un timbal de cordero lechal. 14 % Vol.
Las grandes sorpresas de la Familia Torres
Cuvée Esplendor 2014, de la Finca Santa Margarida d’Agulladolç, Bodega Vardon Kennet, es un delicioso espumoso de Pinor Noir, Chardonnay y Xarel.lo con una crianza sobre lías en botella de un mínimo de 38 meses.
Una nariz increíblemente apetitosa, cremosa, elegante, con muchos frutos secos y fruta blanca. En boca quizá destaca la almendra entre el chispeo de su aguja fina y tiene un retrogusto larguísimo muy de agradecer.
Puedes maridar con él desde el aperitivo hasta los quesos, vas a alucinar igualmente. 12 % Vol.
Jaime I Torres Brandy, de la variedad Parellada, hará que te guste el brandy si todavía no te gusta. Un homenaje a Gaudí y a Jaime Torres, cofundador, junto a su hermano Miguel, de ‘Casa Torres, cosechera y exportadora de vinos’ allá por 1870.
Un assamblage con brandis superañejos, más viejos que los que se utilizan en los brandis reserva, de ahí sus innumerables premios. Con chocolates, brownie y trufas o con un buen puro si te pones, escandaloso. 38 % Vol.
Un monovarietal inédito, de momento
Nos desvelaban Miguel Torres y Josep Sabarich, el director técnico de la bodega, que Pirene 2019 se presentará próximamente como un nuevo tinto monovarietal de la Finca Sant Miquel De Tremp, de la zona de Costers del Segre, que pretende mostrar al mundo una variedad ancestral recuperada por la Familia Torres en su cruzada particular.
Hace la fermentación maloláctica y la crianza en botas de segundo uso durante seis meses, de donde sale con un aroma a rabo de pasas y mucha fruta y especias en boca, suave, ligero y perfecto para un arroz con setas. 13,5 % Vol.
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