• Fotografía: Alfon García (@alfonfotografo)
  • Estilismo: Koa Press (@koa_press) y B Side Showroom (@bside_howroom)
  • Maquillaje y Peluquería: Maquillaje: @yohablas.makeup
  • Localización: Hotel TOTEM

 

Ilusión, fuerza, vitalidad. Esas y muchas más cosas transmite Tirma Ayerbe en las distancias cortas. Actriz versátil y polifacética Tirma imprime carácter a sus personajes. Se podría decir que atraviesa un buen momento profesional, enfocando esta nueva temporada con diferentes proyectos. 
Desde The Citizen hemos querido charlar con la actriz bilbaína de su presente y de su futuro, que con una dilatada carrera en el audiovisual y en el teatro, está apostando fuerte por los proyectos audiovisuales en los que está inmersa. Podemos verla ahora en series como Amar es para siempre.

Hablemos de tus comienzos… ¿Cuándo te das cuenta de que quieres ser actriz?

Desde muy niña. Me gustaba imitar a mis profesores, a los presentadores de los telediarios, de hecho, me ponía delante de la tele (jajaj) cantaba, bailaba, me aprendía coreografías, y me inventaba historias que luego hacía con mis amigas. Siempre estaba trasteando. Hice ballet, gimnasia rítmica, pintura, música, teatro… Probé todas las artes hasta que me di cuenta de que lo que más me gustaba era interpretar.

¿Hay algún antecedente en tu familia vinculado al mundo de la interpretación?

Interpretación no, pero mi abuela era sombrerera, era una mujer muy brillante, moderna, valiente, alguien muy especial…  Tenía los sombreros en vitrinas en su casa y yo de niña me los probaba, me imaginaba las vidas de quienes los llevaban… lo disfrutaba mucho. Y algo de todo aquello está en mí. Mi casa siempre ha estado vinculada con el arte. Mi padre adoraba el cine, recuerdo que nos hablaba de Elia Kazan, ¡le encanta! y de muchos otros, de literatura, recitábamos poesía, cantábamos y escribíamos obras de teatro juntos. Nuestra primera obra era sobre la vida de una bailarina rusa, Irina, la montamos en casa y al interpretarla descubrí que quería ser actriz. Recuerdo la sensación… Me marcó…  Era pequeña pero muy consciente. Y hasta hoy.

¿Y que le pareció a tu familia tu decisión? ¿te apoyaron?

Siempre han apoyado mi amor por el arte, pero lo de ser actriz profesional, les costó más. Me incitaron a que tuviera un plan b, así que estudié Historia del Arte que compaginaba con interpretación. Me sentía llena y feliz, lo uno alimentaba a lo otro, me inspiraba. Pasaba horas devorando libros, películas, obras de arte… No podía parar. Estaba agotada pero no me importaba. Y ellos apoyaron todo eso, pero siempre incitándome a trabajar en algo estable relacionado con la carrera. Años después han acabado aceptando la realidad. No les queda otra.

¿Como te preparaste para ser actriz?

Empecé en Bilbao en la Escuela de Basauri y de ahí me vine a Madrid, al laboratorio William Layton.  Esa fue mi base y la he ido ampliando con talleres de danza, de cuerpo, de voz, diferentes técnicas y entrenamientos…  Creo que el actor como cualquier artista, entrena y se forma toda la vida. La vida es un aprendizaje continuo y yo soy muy inquieta, siempre quiero superarme, crecer, probar. Para interpretar es necesario tener cuerpo, mente y alma disponible. Hay que estar preparado para todo. Así que sigo entrenando y aprendiendo. También práctico yoga, me da mucha calma, y mucho centro, imprescindible para trabajar.

Has comentado que estudiaste Historia del Arte… ¿qué crees que puede haberte ayudado en tu carrera y tu forma de trabajar?

Mucho. Es una carrera que te da un bagaje cultural muy grande, te ayuda a conocer y empaparte de los diferentes contextos sociales, históricos, y artísticos de los personajes. Te incentiva a profundizar en todo ello desde una base sólida. Y, por otro lado, las propias obras artísticas me inspiran para crear, para construir rasgos de personajes, la forma de mirar de una figura, una actitud, una atmósfera, el gesto de una mano, un lugar, una emoción… Un cuadro, una escultura, pueden ser un punto de partida para un trabajo. Alguna vez, cuando no sé cómo empezar, cojo mi enciclopedia de arte y busco imágenes, hasta que encuentro algo que me guía, que me transporta…solo se trata de observar, de sentir. Los cuadros están llenos de personajes y cada personaje te habla. También he creado proyectos que unen ambas pasiones. No puedo vivir sin las dos. El arte es mi ventana.

Vienes del mundo del teatro, ¿Qué te ha supuesto trabajar en una serie de la popularidad de «Amar es para siempre»?

Ha sido una experiencia muy bonita. Me sentí, cómoda y libre para trabajar. El equipo es maravilloso, los compañeros construyen contigo, aquí y ahora… No hay mucho tiempo, pero si mucha escucha y todo fluye. Mi personaje en la serie: “Miriam” es una mujer de su época, valiente, con carácter, amorosa, deseando llevarse bien, encajar. Su historia, se va descubriendo poco a poco, forma parte de una trama, y es importante saber qué puede saberse y qué no, para construir el personaje y desde ahí jugar… Cuando llegas a rodar, escuchas, observas, integras, la época, el ambiente, la historia, las relaciones de los personajes, y como encajas tú en todo eso, y desde ahí fluyes con los compañeros y con el equipo. Con Llum Barrera, “Socorro” en la serie, fue muy fácil, habíamos compartido película y algo de eso estaba.  Y ahora la gente ve el trabajo y lo disfruta. Estoy feliz y con ganas de seguir en televisión con este personaje o con otros. Se están haciendo muy buenas series ahora, es un buen momento, y hay muchas vidas que me gustaría encarnar.

¿Crees que el teatro te da una formación que es un plus para trabajar en el sector audiovisual?

Por supuesto. En el teatro, aprendes, entrenas. Hay muchas cosas comunes, otras no. Pero sobre todo te da un conocimiento y manejo del espacio, del tiempo, de la relación con los compañeros, del trabajo con los objetos, con el público. Te hace rápido, resolutivo, despierto, además de muchas otras cosas… Amo el teatro. Ahí empecé, ahí sigo. Y he hecho de todo, drama, comedia, musical, todo eso suma, te enseña, te confronta, te construye y todo ese bagaje está cuando llegas a rodar.

¿Si pudieras elegir entre teatro, cine y tv?

Me gusta alternar. Ahora estoy en un momento más audiovisual, pero son etapas. Los tres se retroalimentan. Cada uno tiene su código y eso te enriquece y te hace más completa como actriz.

¿Comedia o drama?

Ambas. El drama me encanta, he hecho más, pero también he hecho comedia y seguiré haciendo. Creo que un actor debe explorar todos los géneros. Antes de Amar es para siempre estuve en La que se Avecina, dando vida a Belén una abogada, grabamos un capítulo, y poco después la serie se acabó. Es otro código, pero la experiencia en televisión es parecida. Los compañeros y todo el equipo son geniales. Son familia y se nota.

¿Tu mayor virtud como actriz?

Mi pasión por lo que hago, mi capacidad de trabajo y mi curiosidad.  Con cada proyecto, me entrego, investigo, profundizo. Me gusta construir, jugar, arriesgar y sorprenderme. Cuanto más complejo, más alejado, más me gusta. Me encantan los retos.

Y debes mejorar en…

Confiar más en que ya está, a veces trabajo de más. Soltar. Para eso el yoga es un buen compañero, te ayuda a soltar y parar.

Si pudieras dar un consejo a la Tirma de hace 15 años, ¿que la dirías?

Que estaba en el camino, que no dudara, que cualquier vía es buena, pero que lo suyo es la interpretación, también que no sea tan purista, aunque eso se aprende con los años…

Un referente como actriz

Los referentes cambian, pero si tengo que elegir ahora, se me ocurre uno español y otro americano. Marian Álvarez, por lo fácil que hace lo difícil, porque se compromete entera y se transforma, porque es una actriz de carne y hueso, con todo. La descubrí en “La Herida”, y desde entonces la sigo. Y no deja de sorprenderme. Y Kate Winslet, porque ha vuelto a dejarme parada, con su trabajo sobrio y profundo en “Mare of Easttown”  Desde “The Reader”, o “Revolutionary Road”, se mete en todas las pieles. No tiene miedo a nada. Y me encanta.

Directores para trabajar…

Muchos. Veo cine y series, y tenemos directores y directoras muy buenos: Pedro Almodóvar, Alejandro Amenabar, Mariano Barroso, Benito Zambrano, Fernando León de Aranoa, Carlos Vermut, Icíar Bollaín, Fernando Franco,  Isabel Coixet, Rodrigo Sorogoyen, Oriol Paulo… Fuera muchos también. Hablo idiomas, así que no me cierro puertas.

Y como compañeros te encantaría trabajar con…

Tenemos muy buenos actores: Javier Cámara, Javier Bardem, Antonio de la Torre, Luis Tosar… y voy descubriendo en series y películas, Patrick Criado, Oriol Pla… que hacen trabajos difíciles y muy interesantes.  Daniel Auteuil, (hablo francés), Oscar Martínez…

¿Qué series estás viendo?

Veo todo lo que puedo. La última: “Patria” la estoy viendo ahora y estoy impresionada, está muy bien contada, yo soy vasca además así que me mueve mucho…, “Inocente” me encantó, el guión, los actores, la fotografía. Trepidante e inesperada. Me gusta mucho el thriller, el suspense.  “El día de Mañana”, también me pareció buenísima, los actores están todos increíbles, la historia, la forma de contarla, “Dime quien soy” muy buena, con reparto internacional que no es tan común en una serie española y me encanta que la protagonice una mujer. En España se están haciendo series muy buenas. Fuera la última que he visto “The Mare of Easttown”, brutal, y nada pretenciosa, ella maravillosa y su compañera un nuevo descubrimiento para mí Julianne Nicholson, no hace nada, y lo dice todo… “Gambito de Dama”, ella y las imágenes, esas piezas de ajedrez flotando, ahí se unen mis dos pasiones el arte y la interpretación y podría seguir…

 Última película que has visto…

“El cuaderno de Tomy” una película argentina, que me ha dejado impresionada por la crudeza y a la vez realismo y ternura con que se trata una enfermedad y su final. La vi porque necesitaba investigar sobre el tema para trabajar un personaje y me ha parecido muy buena, sin concesiones, sin sensiblería, como en la vida. Y los actores lo bordan.

Un cuadro

¿Uno? ¡que difícil! Me encanta la pintura, me vienen muchos, según la época, el momento… Tal vez hay uno que forma parte de una época de mi vida, por lo que significó para mí, por el azul intenso, (más aún en diapositiva) por su sencillez, por la soledad que hay en él, por la belleza. “El monje en la playa” de Gaspar Friedrich. Me lo descubrió una profesora de arte contemporáneo, que había sido directora de teatro en Paris durante años, Ana de Begoña. Sus clases y su amor por el teatro y el arte me marcaron. Ella me ayudó a tomar la mejor decisión. Venir a Madrid y dedicarme de lleno a la Interpretación. Y en ese cuadro está todo eso. Hoy ya no es mi cuadro favorito, pero su silencio me calma, me gusta ver el hombre en la naturaleza, ver que no necesita nada más. En tiempos de asfalto, esa imagen me encanta.

Un libro

Muchos, pero si tengo que elegir uno, tal vez “After Dark” de Murakami por su tempo, por esas descripciones llenas de poesía, porque es sutil y descarnado y a la vez turbador. Por su mezcla de Japón, una cultura que me encanta y Nueva York. Porque que es cinematográfico. Y recientemente he descubierto una autora que me gusta también, la voy a explorar más.  Chantal Maillard y su “Medea”. Maravilla.

Una película

“Ida” de Pawel Pavlovsky. Por la historia, por la forma de contarla, por la crudeza y al mismo tiempo la belleza de sus imágenes. Cada plano parece un cuadro. Y las actrices están soberbias. La descubrí en un festival de cine y se me quedó grabada.

Un viaje

Nueva York, hace 6 años, fue punto de inflexión para mí. Me fui sola un mes y eso fue lo mejor. Desde que vi “Flash Dance”, quería vivir en una especie de fábrica en Brooklyn, y lo logré.  Fue maravillosa la experiencia. La recorrí entera, cada rincón me sorprendía, los grafitis, la gente, el jazz, los museos, los parques, Broadway, lo cosmopolita que es, las imágenes del cine, lo libre que te hace sentir, lo alegre que me pareció la gente, lo abierta, todo … Pensé en quedarme allí a vivir, pero volví, eso sí cambiada y con mil experiencias en el bolsillo…

Y por otro lado Vietnam, por puro placer, por descubrir otra cultura, otra forma de estar, de mirar, por sus montañas, por su gente, por su arte. Por un templo maravilloso que hay, en el que me hubiera quedado a vivir.

Un miedo

Perder a la gente que quiero.

Un sueño

Trabajar más en cine y series, en España y en el extranjero. Poder encajar un proyecto con otro. Y en mi tiempo libre viajar, a la montaña, al mar, lejos también.

Proyectos en marcha…

Acabo de rodar para la serie “Desaparecidos”  de Mediaset, para Amazon Prime, pronto podréis disfrutarlo. Y hay una película de la que no puedo hablar, en la que tengo un personaje maravilloso, aún en preparación. Y espero el estreno de la película “La Mora” de Mohamed Ismail y el cortometraje de Beatriz Abad “Hilo”. Y dejando la puerta abierta para lo que venga…