Al otro lado de la pantalla, tengo a Mariano Beltrán, psicólogo y activista de los DDHH. Íntegro y sincero en la defensa de sus ideas, incluidas aquellas humean polémica, no voy a perder la ocasión de preguntarle nada. Eso sí, empezaremos por pedirle que nos hable de su nombramiento como Portavoz de la Campaña #SomosLaSolucion del Organismo Internacional de la Juventud (OIJ), que empieza el próximo 12 de agosto, Día de Internacional de la Juventud.

 

¿Cuál es el tema central de #SomosLaSolucion?

En el espacio Iberoamericano hay más de 220 millones de jóvenes entre 15 y 35 años. Como generación, sufrimos las consecuencias de la crisis económica de 2008 y la que vendrá ahora después del COVID-19. A menudo tenemos que elegir entre el paro, el trabajo precario o emigrar. Parece que estemos condenados a vivir peor que nuestros padres y madres, sin que los gobiernos hagan nada por invertir esta tendencia. #SomosLaSolucion pretende poner encima de la mesa que tenemos derechos, que no somos una generación perdida.

 

¿La campaña busca algunos objetivos concretos?

Movilizar a los jóvenes y fomentar conciencia generacional.

 

Me refiero a objetivos concretos, en plan alguna ley…

No tendría sentido establecer leyes concretas. La campaña revindica el Tratado Internacional de la Juventud, el Plan 30 y la Agenda 2030. La realidad de los países iberoamericanos es demasiado compleja y distinta para proponer una medida que funcione en todos lados. Eso habrá que canalizarlo por compañas más específicas, país a país.

Para mí, la conciencia de grupo no es poca cosa. En nuestra generación ha arraigado un fuerte individualismo, en el sentido egoísta de la palabra. No nos fiamos de nadie. Sin un poco de grupo, de colectivo, es imposible que las personas menos poderosas puedan reivindicar sus derechos.

 

¿Qué sería un éxito?

Poner los problemas de los jóvenes en la agenda política de los países.

«…es importante que los jóvenes, como categoría, sean abordados en su diversidad por los poderes públicos»

Es decir, el paro, la precariedad laboral…

Sí, además es importante que los jóvenes, como categoría, sean abordados en su diversidad por los poderes públicos. En general, los partidos políticos tienen tendencia a hablar de los ancianos, los jóvenes, los homosexuales, las mujeres… Claro que hay unos intereses comunes, pero es importante ir más allá.

 

¿Por qué #SomosLaSolucion se celebra el 12 de agosto? ¿Quién impulsa la campaña?

El 12 de agosto fue declarado día internacional de la Juventud por la Asamblea de Naciones Unidas. #SomosLaSolucion se organiza desde la Organización Internacional de la Juventud, que aprovecha esta fecha oficial.

 

¿La Organización Internacional de la Juventud? ¿Es un organismo oficial?

Sí, no se trata de una asociación de particulares. Fue creada a partir del Tratado Internacional de los Jóvenes, de los países Latinoamericanos.

 

Una difícil ¿qué son los DDHH?

Pues sí que es muy difícil. Digamos, todos los derechos fundamentales que un ser humano debería poder ejercer para vivir con dignidad.

 

Me refería a que no nos ponemos de acuerdo acerca de cuáles son los DDHH. Muchas culturas, directamente los rechazan y no hablo sólo de los gobiernos. Otras veces, según la ideología política, cambian. También el momento histórico. El derecho a la libertad matrimonial, por ejemplo, en su origen se entendió como una garantía como el matrimonio forzado. Hoy algunos lo vinculamos, además, al matrimonio igualitario o LGTBI, mientras otros…

(Sonríe) Repito que es una pregunta difícil. No todo cabe en democracia. Ahora bien, hay que saber aceptar las opiniones disidentes incluso aunque nos molesten. Eso sí, creo que deberíamos tener claro que defender la privación de derechos de otros es inadmisible.

 

¿Dónde está el límite?

Muy difícil, delimitarlo en abstracto. Los DDHH quieren reconocer las distinciones de las diferentes personas que habitamos en la sociedad. Se trata de que todo el mundo, pertenezca o no a grupos mayoritarios o influyentes, sea respetado y ayudado. Hay que ir caso por caso y por cado contexto cultural.

«Los DDHH quieren reconocer las distinciones de las diferentes personas que habitamos en la sociedad. Se trata de que todo el mundo, pertenezca o no a grupos mayoritarios o influyentes, sea respetado y ayudado»

¿Cómo plantearías la relación con los países que vulneran los DDHH?

Es importante que los DDHH no se conviertan en una nueva forma de colonización cultural, ni en una excusa para atacar o expoliar.

 

Mejor no invadir países para llevarles la democracia ¿eh? Tipo Irak en 2003.

Ya vimos cómo ha acabado eso. Cada sociedad debe hacer un poco su proceso. Eso no significa que no promovamos, los DDHH, pero de una forma honesta. Si es necesario afrontando sacrificios.

 

¿Hablas a nivel económico?

Exacto. Yo, personalmente, sería partidario de distinguir, entre quien no garantiza DDHH y quien los vulnera de manera agresiva. También entre Estados que simplemente, por su condición de pobreza, no pueden asegurarlos, de aquellos que son autoritarios con medios.

En estos últimos casos, yo sí soy partidario de romper relaciones diplomáticas y comerciales.

 

En Brasil o EE.UU., el Tribunal Supremo aprobó el matrimonio LGTBI, en Colombia el Tribunal Constitucional. En EE.UU. el Supremo aprobó el derecho a interrumpir el embarazo. En Europa, tanto los tribunales como el TEDH amplían y concretan los derechos humanos… ¿Está bien que los Tribunales ocupen el lugar del parlamento?

En un mundo ideal no. Entonces políticamente aceptaríamos al diferente, nos incomodara o no, siempre que su conducta no fuera perjudicial para los demás. Nadie querría que sólo existiera su moral… Pero como no vivimos en un mundo ideal, me parece bien que se consigan derechos por cualquier vía no violenta.

 

Algunos llaman a esto “activismo judicial” y tiene sus riesgos, porque imagina que en uno de estos tribunales hubiese una mayoría reaccionaria.

Sí, tiene sus riesgos, pero también sus ventajas. Si el legislador no da salidas a las personas para que se desenvuelvan libremente, no podemos lamentar que los jueces lo hagan. Insisto, no es lo ideal.

 

En la actualidad hay un auge de los populismos ¿a qué crees que se debe?

Yo distinguiría los populismos de la ultraderecha. Populismo es dar soluciones fáciles a problemas complejos. La ultraderecha se da cuando además del populismo quieres destruir DDHH ajenos.

 

¿Qué es ultraderecha?

Bolsonaro, Vox, Salvini… López Obrador, en cambio, es populista. No confío en el gobernante-mesías que viene a salvar al pueblo.

» …en la democracia caben opiniones desagradables. El problema es cuando estás dispuesto a pisotear a otros e imponer esa opinión por la fuerza bruta o por una ley autoritaria»

¿Son ultraderecha por qué son xenófobos u homófobos?

No se trata sólo de eso. Como te decía, en la democracia caben opiniones desagradables. El problema es cuando estás dispuesto a pisotear a otros e imponer esa opinión por la fuerza bruta o por una ley autoritaria.

 

¿El nacionalismo es un problema?

El preocuparse o querer a tu país, interesarte por el bien común, desde Aristóteles y Platón se considera como algo fundamental para tener buenos ciudadanos y una buena sociedad. El problema del nacionalismo es que es excluyente.

 

¿Tapa otros problemas?

A menudo desvía la atención, sí.

 

¿Se pueden usar causas nobles para el mal, por así decirlo? Por ejemplo, el discurso anticolonialista se utiliza a menudo para agitar el nacionalismo el Latinoamérica. Aquí en España, tenemos tendencia a distinguir entre buenos y malos ciudadanos simplemente por el grado de afecto e identificación con la bandera oficial.

Yo distinguiría ambos casos. El discurso patriótico, el buscar una identidad cultural puede cohesionar a una sociedad. Se distingue del nacionalismo, que es excluyente y busca la homogeneidad, en que el patriotismo es acogedor, integra la diversidad. Respecto al discurso anticolonialista, me parece imprescindible y necesario.

 

Te lo preguntaba porque, cuando recientemente el Presidente de México pidió la disculpa de Rey de España por el colonialismo, uno de los líderes indígenas le afeó que quizás antes debería disculparse el propio gobierno mexicano por el maltrato sufrido desde la independencia.

Sí, ese sería un mal uso del discurso, un uso populista, pero te digo que no veo nada de malo en que España asuma su responsabilidad histórica. Lo mismo ocurre con el discurso anticolonialista. Es más necesario que nunca, no sólo por recordar la historia, sino la importancia de tratar a otros como iguales, en lugar de someter y humillar a los países pobres.

 

¿Hay fracturas entre los llamados movimientos progresistas? ¿Perjudican a los DDHH?

¿En qué sentido?

 

Debates como si las mujeres trans son sujeto político del feminismo, debates sobre las prioridades ¿ecología o desarrollo?

Hay debates intelectuales muy profundos y complejos, como el último al que mencionas. Esos es bueno que estén, pero luego hay opiniones que cuesta entender. No entiendo porque para defender los derechos de unos hay que sacrificar los derechos de otros. De forma simplificada esto es lo que supone despreciar a las personas trans negándoles su identidad.

Por ejemplo, #SomosLaSolucion no pretende conseguir objetivos para los jóvenes a costa de sacrificar los derechos de los ancianos. Aunque como individuo u organización te centres en la defensa de un grupo de DDHH es importante entender que estos son un conjunto. Si sólo se defienden algunos y otros se atacan, no se defiende.

«No entiendo porque para defender los derechos de unos hay que sacrificar los derechos de otros. De forma simplificada esto es lo que supone despreciar a las personas trans negándoles su identidad»

Tú eres partidario de regular la gestación subrogada. Mucha gente te diría que eso no son DDHH, sino una forma de explotación de la mujer.

Bueno, yo siempre propongo la misma pregunta: ¿podemos asumir que la mujer española puede consentir en libertad un proceso como la gestación por sustitución que estaría mediado por un juez? La clave está en que la mujer y todas las partes estén debidamente informadas. Para mí, la conculcación de derechos pasaría si se le oculta información a la mujer o a cualquiera de las partes. Y, después, el modelo con el que me siento cómodo es el altruista, en el que haya una compensación para los gastos debidamente justificados, como pasa con la donación de gametos.

A partir de ahí, soy el primero que entiende los riesgos que plantea la gestación subrogada en términos de explotación, pero dar por sentado que una mujer no puede tomar esa opción libremente, para mí es convertirla en una menor de edad.

Por eso creo que lo importante es asegurar un contexto legal que garantice esa libertad de elección y prevenga situaciones de explotación.

 

Mucha gente diría que hoy día la lucha de los DDHH debe centrarse en los derechos económicos y sociales.

En parte es cierto, pero siguen quedando DDHH de contenido político. Algunos son nuevos y están en vías de implantación, como el matrimonio igualitario o la eutanasia. Sin embargo, los derechos políticos más antiguos pueden verse amenazados. La libertad de prensa, sin ir más lejos. Estos días, escribí un artículo sobre el caso de Yarold Leyte Quintanar, en México.

 

¿Nos hablarías un poco de él?

Desgraciadamente es uno de tantos, en ese país. La ONU viene llamando la atención por el aumento de la tortura policial en México. Yarold ha sido condenado a 22 años de cárcel por confesar un homicidio que nunca cometió. Confesó bajo tortura claro. Lo lamentable, como te digo es que no es un caso aislado, ni en México ni en el mundo.

Por eso es importante, especialmente entre las generaciones jóvenes, que nunca olvidemos que los derechos no se regalan, se exigen y que su preservación requiere de un esfuerzo igual o más importante. A menudo damos pasos atrás sin darnos cuenta.