Fotografías Alex Roló

¿Quién es Jazmín Beirak?

Es una persona reflexiva, alegre, a la que le gusta mucho cocinar, y que cuando cocina para los demás suele cocinar de más… Hija única de padres argentinos que vinieron a España en el 76. Y profesionalmente se ha dedicado a la gestión cultural, a la investigación en las políticas culturales, y ahora es Portavoz de Cultura en la Asamblea de la Comunidad de Madrid.

 

¿Cómo entras en política?

Siempre me ha interesado participar en los asuntos comunes, ya en el instituto formaba parte de las asociaciones de alumnos, donde por cierto era la vocal de Cultura. Luego estuve vinculada a los movimientos sociales, especialmente a la ocupación, en centros sociales como el Laboratorio. Tras un cierto tiempo al margen me reenganche a la actividad política con el 15M, empujada por ese clima de transformación social que se generó.

 

Y entras en Podemos en el Círculo de Cultura… ¿En ese momento pertenecías o estabas afiliada a algún partido?

No, a mí nunca me había interesado la política de partido hasta el surgimiento de Podemos. Con ese clima, Podemos aparece como una herramienta, como la palanca que puede permitir llevar a cabo un cambio en la sociedad, a nivel institucional. Y a través del circulo de cultura comienzo a colaborar, y de ahí acabé de Diputada Autonómica…

 

¿Te consideras Historiadora del arte, Gestora Cultural o política profesional?

Pues supongo que una mezcla de historiadora, gestora y coyunturalemente política. Yo me definiría como investigadora de políticas culturales, esa es la actividad que más me interesa, y, en realidad, el trabajo que estoy desarrollando ahora tiene mucho que ver con ese interés pero desde otro lado.

 

 

¿Y cómo te ves dentro de 10 años? ¿Te ves como política?

Hum… No me veo como política. Sí vinculada a la cultura y a las políticas culturales, pero yo creo que mi ciclo como política institucional o de partido habrá terminado.

 

En 10 años me veo vinculada a la cultura y a las políticas culturales, pero yo creo que mi ciclo como política institucional o de partido habrá terminado

 

Si mañana pudieras elegir un puesto

Ahora mismo, por el trabajo que he llevado a cabo en estos últimos 4 años en la Comunidad de Madrid, me gustaría tener un puesto de responsabilidad de cultura en el gobierno de la Comunidad. Estos 4 años he aprendido mucho de cómo funciona la Administración Pública, la situación de la cultura en la Comunidad de Madrid y tengo muy claro lo que hay que hacer en nuestra región.

 

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la política profesional?

Es verdad que no me acabo de sentir política profesional, y tampoco tengo un especial interés en hacer “carrera” dentro de un partido, aunque en este momento de mi vida sí me interesa comprometerme con este proceso que se inició con Podemos. La verdad es que hay veces que ha sido más duro de lo que yo esperaba, pero por otro lado está siendo un proceso muy enriquecedor, estoy aprendiendo mucho de la Administración Pública, de las políticas públicas, de cómo funcionan los partidos políticos, etc… En ese sentido es un proceso privilegiado.

 

Todos los políticos son iguales”….

Yo creo que no, porque no todas las personas son iguales. Hay buenos y malos políticos en todos los partidos. Ahora, yo creo q no hay que fiar toda la acción pública a atributos personales. Tiene que haber una suerte de mecanismos, de estructuras, de medidas que garanticen que no se cae en ciertas inercias. Por eso nosotros, a diferencia de otros partidos,  tenemos una serie de elementos como la limitación de mandato, de salario, etc. que nos recuerda que estamos de una manera transitoria para luego volver a nuestras profesiones.

 

¿Cuál crees que es el cambio más necesario y urgente en la política cultural de la Comunidad de Madrid?

En términos generales, yo creo que hay un problema principal y es que la cultura no tiene relevancia social, la cultura no importa. No lo digo como acusación o reproche, sino como diagnóstico. A pesar de que la cultura es inherente a los seres humanos, las manifestaciones artísticas y expresiones que están bajo la etiqueta de “cultura” no importan colectivamente. Parece que la cultura sea algo que tiene que ver solo con la gente que trabaja en ella, pero no algo de todos. Y creo que eso es el resultado de políticas culturales específicas y concretas que no han puesto en el centro la participación y acceso a la cultura, que forme parte de la vida cotidiana, sino que se han centrado más en grandes eventos, grandes acontecimientos, y, sobre todo, en el uso de la cultura para otros intereses.  Y eso no ha sido beneficioso para la gran parte del sector profesional y ha alejado la cultura de la gente.

 

 

Osea, popularizar su acceso

Más que popularizar, reconectar la cultura con el interés social, que sea disfrutable, sentida como propia, y para eso hay que volver a entender la cultura como un derecho. A base de no ejercer el derecho a la cultura casi se ha olvidado que es un derecho. Hay unos derechos culturales como la creación, la participación y acceso a la cultura, y la toma de decisiones en los asuntos relacionados con la cultura que hay que garantizar. En ese sentido, creo que es necesario una Ley de Cultura y derechos culturales en la Comunidad de Madrid.

 

Más que popularizar, creo que hay que reconectar la cultura con el interés social, y para eso hay que volver a entender la cultura como un derecho

 

¿De las iniciativas que has llevado a cabo como responsable de cultura de Podemos en la Asamblea de Madrid de cual es de la que estás más orgullosa?

Estoy muy contenta con dos iniciativas, la primera es la del cambio de la Ley de Espectáculos de la Comunidad de Madrid que hicimos muy pronto en la legislatura, en 2015, gracias al impulso de Queremos Entrar, un grupo de trabajo formado por jóvenes que le metió mucha energía en conseguir que las personas menores de 18 años pudieran entrar y actuar en las salas de conciertos.

La otra es el trabajo que hemos llevado a cabo con las Escuelas de música y danza. Hemos trabajado codo con codo con una plataforma que engloba Asociaciones de Alumnos, profesores, y otros agentes relacionados con cultura. Dichas escuelas se crearon en los 80´s para que la música y la danza formaran parte de la vida de la gente, que puedan preparar a profesionales pero también para generar afición y disfrute entre la gente

En el 2012 el Gobierno de la Comunidad de Madrid retiró la subvención a estas escuelas, por lo que algunas tuvieron que cerrar y otras subir de una manera exponencial sus tasas. Por ejemplo, en el municipio de Madrid las tasas subieron de 50 a 150 euros (ahora con Carmena esto se ha revertido), lo que implicaba que con dos hijos fueran 300 euros…. Los afectados ya venían movilizándose, pero cuando yo llegue a la Asamblea identifiqué este problema, me reuní con ellos y empezamos a trabajar en el tema para intentar que la Comunidad de Madrid vuelva a subvencionar estas escuelas, como se hace en muchas otras autonomías.

 

 

¿Lo habéis logrado?

No, el PP está bastante cerrado en banda. Y eso que desde la Unión Europea se ha recomendado que estas escuelas se financien a tercios entre el municipio, la Comunidad Autónoma y las familias, y así se está implementando en el País Vasco, o en la Comunidad Valenciana o Cataluña donde se están financiando al menos en una parte

 

La cultura es ingobernable, declaraste hace poco… ¿ves la cultura como una prolongación de la lucha política?

Cuando digo que la cultura es ingobernable me refiero a que no se pueden predecir los efectos de la cultura. Una de las cualidades de la cultura es que no controlas lo que va a suceder. Por ejemplo, Los Juegos del Hambre; bajo una óptica se puede ver como un mero producto comercial, y sin embargo es una película que conectó con muchas reivindicaciones sociales en determinados países. A veces se piensa que la parte política esta solamente vinculada al contenido en sí, cuando la parte más transformadora muchas veces son los procesos que se puedan generar. La parte más política de la cultura es esa posibilidad de abrir nuevos espacios de lo posible. Por eso, creo que el papel de una política cultural, aunque parezca paradójico, es profundizar en esa cualidad de ingobernabilidad de la cultura.

 

Una crítica muy extendida a la izquierda es que piensan que la cultura les pertenece

Es cierto que hay veces que sectores de la cultura están en sintonía con reivindicaciones asociadas a la izquierda, pero creo que es importante separar el compromiso político de los agentes culturales del potencial de transformación que vehiculan el arte y la cultura, ya que en el segundo caso no siempre coincide con unas sensibilidades situadas en ese mapa. Hace unos meses hubo una exposición muy interesante en el Centro Fernando Fernán Gómez llamada “El pintor de canciones”, con una historiografía desde la España de finales de los años 40. Ahí se podía ver como tanto la izquierda como la derecha no comprendieron las experimentaciones culturales que se estaban produciendo. Unos porque les parecían demasiado frívolo, mientras que a los otros les parecía demasiado provocativo. La cultura muchas veces ha tenido que pelearse tanto con la derecha como con la izquierda. Creo que la cultura tiene que escaparse de su captura por distintas instrumentaciones políticas.

 

«LA parte más política de la cultura es esa posibiliDad de abrir nuevos espacios de lo posible 

 

Supongamos que fueras Consejera de Cultura en la Comunidad de Madrid… ¿Qué presupuesto crees que debería dedicarse a la cultura?

Lo primero de todo es saber en términos reales cuál es el presupuesto global existente…nosotros manejamos como objetivo un 2% del presupuesto total. En la actualidad está alrededor de un 0,8%. Obviamente habría que hacerlo paulatinamente y soy consciente de que en cuatro años es difícil, pero esa tiene que ser la tendencia.

 

¿Te gustan los toros?

No.

 

¿Lo consideras cultura?

Yo creo que no todo lo que ha formado parte de la cultura de una sociedad es necesario que siga formando parte de esta. La cultura se va trasformando, los valores de la sociedad van cambiando y yo creo que la tendencia natural es que la fiesta de los toros no vaya formando parte de centralidad cultural. Han sido parte de nuestro legado cultural, y eso dice cosas de nosotros, como lo diría el hecho de que ya no formaran en un futuro parte nuestras prácticas culturales.

 

¿La cultura debería basarse en la iniciativa privada o pública?

Es uno de los debates tradicionales en la política cultural. Yo creo que hay una serie de necesidades culturales que siempre van a requerir una financiación pública porque no no son sostenibles en términos de mercado, pero son necesarios. Creo que tiene que haber un compromiso de financiación pública innegociable. Ahora, también creo que es muy interesante trabajar con procesos mixtos, con inversión privada y pública. En mi opinión sería   beneficioso que exista en la Comunidad de Madrid una Ley de Mecenazgo que abarcase desde los micromecenanzgos hasta los mecenazgos más amplios, en línea de la ley de que hay en Navarra. Hay que apostar por eso, pero una financiación pública es innegociable. Por otro lado para que una ley de mecenazgo sea efectiva también tiene que existir un férreo control del fraude fiscal.

 

 

¿Crees que hay una cultura de derechas y de izquierdas?

Yo me rebelo mucho contra esos enunciados, el problema de la derecha con la cultura, de cierta derecha, es que ha buscado su rentabilidad económica o política; el Gobierno en la Comunidad de Madrid es un ejemplo, ha entendido cómo la cultura sirve de escaparate, para construir una imagen y  que sirve de contrapeso a políticas de corte antisocial. Por otro lado, la izquierda cuando no ve en la cultura una función social y no considera que cubra una necesidad básica, pues no le da importancia. Y creo que ambas posiciones son problemáticas.

 

¿Con que figura pública te gustaría ir a comer?

Con Alexandria Ocasio-Cortez, ¡y después a bailar! Es una figura pública que me está generando mucho interés, tiene un discurso muy consistente, con mucha fuerza y representa una corriente renovadora.

 

¿Un pintor? No sé, Modigliani, Magritte, Bacon…

¿Un artista?  Claude Cahun, fotógrafa, o Giacometti, en escultura.

¿Un cineasta? Jacques Audiard

¿Un libro?  “Nada se opone a la noche” de Delphine de Vigan.

¿El Prado o el Reina Sofía? No me gusta elegir esto… los dos.

¿Impresionismo o expresionismo? Expresionismo.

 

¿Qué opinas de la polémica con Woody Allen? ¿Se debe borrar de la vida pública a alguien por su vida privada?

En términos concretos creo que hay que analizar caso por caso, fuera de sensacionalismos y de juicios públicos rápidos. Como reflexión general y una vez se demuestra la veracidad de los hechos que se señalen pues es un tema que me rompe la cabeza, porque hay una parte de mi que le gustaría decir “da igual, hay que separar al artista de la persona”, pero hay otra parte que dice que si no ponemos por delante ciertos principios, ciertos valores las cosas no cambian. Es un tema al que no lo encuentro una fácil salida.

 

¿Qué libro estás leyendo ahora?

Dos libros; Un libro sobre física cuántica llamado “Cuántica. Cómo interpretar la teoría de la ciencia más rara” de  Philip Ball y “Cómo acabar con la contracultura “de Jordi Costa.