Intentar definir a Antonio Morillas no es fácil porque  ¿cómo se define a un poeta?, ¿Qué decir sobre alguien que tras sus observaciones nace un verso?. Antonio es un poeta y con eso está dicho todo.
Al introducirte entre sus letras encuentras la libertad que el agua experimenta cuando se escapa entre los dedos de una mano, o el escalofrío del aire cuando te roza la piel. Incluso podría ser la ternura de una madre que aunque ya no esté, siempre permanecerá a su lado.
En su obra está muy presente el ambiente donde se mueve. Sus gentes, su casa, su pueblo y su familia conforman la tinta con la que Antonio escribe sus letras. Purullena, pueblo granadino natal del poeta ejerce gran influencia sobre él, algo que me lleva a pensar “¿Qué tendrá el agua de Granada para dar tan grandes escritores?”

 

Eres un hombre de apariencia fuerte sin embargo, quienes te conocemos podemos hablar de una gran sensibilidad. ¿Cuál es la fuerza y la debilidad de Morillas?

Mi debilidad es que soy una persona poco constante. Me voy por las ramas, me diluyo y me cuesta centrarme en las cosas. En cuanto a mi fortaleza, sin duda se trata de que soy una persona que no se rinde fácilmente.  Aunque piense que algo me va a costar mucho  o no soy capaz, en el fondo creo, y estoy convencido que lo voy a conseguir. A mis 62 años he sido así casi siempre, inconstante pero cabezota.

 

En tu obra encontramos colaboraciones en varias antologías: «Primavera y vino». (Guadix, 2017),  «Miradas desde la experiencia» (Cehegin. Murcia, 2017), y «Getafe con todas sus letras» (Ed. Edaf 2020).  En cuanto a tu trabajo como autor único, podemos descubrir al escritor en «Un paseo por los días» (Editorial Aliar. Granada, 2015) Poemario con el que debutas en el mundo de la literatura impresa. ¿Se te ha hecho largo el paseo por la poesía hasta llegar a plasmarla en un libro firmado por ti?

Bastante largo porque este libro abarca desde la adolescencia hasta el hombre de los cincuenta y tantos años. Decidí publicarlo a una edad ya madura y fue fruto de una conversación entre mi mujer y un amigo que me animaron a hacerlo.

Es una recopilación de poemas que trascurren desde el más cercano en el tiempo situado al principio del poemario, hasta terminar con los primeros poemas que escribí siendo muy joven.

«Cuando te estableces en un lugar donde encuentras amigos y trabajo comienzas a notar que tu sitio está en el lugar donde comes a diario, aunque no por ello te olvidas de tus raíces»

«Lo que cuesta nacer» (Editorial Nazarí Granada, 2018). Una novela autobiográfica narrada desde la perspectiva de la madurez. En ella encontramos al niño que fuiste en Purullena -Granada-  y al joven de Getafe –Madrid-.  ¿Es difícil crecer fuera de tus raíces?

Ahora con la perspectiva del tiempo no es difícil. Desde mi punto de vista tenemos varios nacimientos y como dijo Ángel Gabilondo –dirigente socialista de la CAM- en la presentación de la novela: “Cuando crees que has nacido del todo, te mueres”. Por cierto a él le debo el título del libro quien de una forma muy acertada me lo sugirió.

Desarrollar tu vida o madurar fuera de dónde has nacido es duro según lo vas viviendo. Naces en un lugar donde está tu casa, tus amigos, tu barro y tu nieve, pero resulta que de pronto te arrancan con cuatro años para llevarte a Suiza, más tarde Granada y por fin nos trasladamos a Madrid. Cuando te estableces en un lugar donde encuentras amigos y trabajo comienzas a notar que tu sitio está en el lugar donde comes a diario, aunque no por ello te olvidas de tus raíces. En el momento que lo vives es un todo continuo que sobrellevas.

Cuando miras hacia atrás te das cuenta que aunque ha costado, también me ha hecho más fuerte y mejor persona.

Al mirar aquella época parece diluirse, pero la miro con cariño, a veces con desasosiego y las menos con dolor.

 

«Las Arcas del Agua» (Editorial Hades Castellón, 2019). El título de este libro se corresponde con una avenida cercana a tu casa, que recorres cada día para acudir al trabajo o para tomar un aperitivo con tus amigos. ¿Es esta colección de relatos, el Arca de Noé donde recoges situaciones de tu diario?

«Las Arcas del Agua» es una avenida de cualquier sitio del mundo. en mi caso yo trabajo en Las Arcas del Agua, vivo cerca y visito sus bares. En ella he conocido personajes inolvidables.

El libro comienza con un relato dedicado a los autónomos personificado en Antonio Lozano, el dueño de uno de sus bares, pero él puede ser el autónomo de cualquier lugar o de cualquier negocio… Otros relatos están dedicados: a un argentino que llego huyendo de su país, al señor Cesáreo un hombre de 99 años  y sus deliciosas historias, a una camarera y así otros muchos.

La mayoría son personajes reales y otros, surgen a partir de alguien en concreto inventando una situación ficticia atribuible a él.

En definitiva es mi Arca de Noé particular lleno de personas inolvidables.

 

«Fría aritmética» (Editorial Nazarí, 2019). La portada es una imagen invernal y una rama, ahora sin hojas, que bien podrá sumar nuevos brotes o restar fría tristeza. ¿Por qué este título tan creativo? ¿Qué quieres expresar con él?

Fría aritmética es un libro lírico en el que “uno más uno nunca sumaron dos” y también es una huida de la soledad. En él se entrecruzan situaciones pasadas y otras más novedosas sobre diferentes aspectos del amor.

En determinados momentos de la vida, cuando uno más uno no suman dos, aparece tristeza y desazón aunque siempre queda la esperanza.

«Los que me leen dicen que les gusta mi forma de escribir poesía y, aunque en realidad yo no lo sé muy bien, sí tengo claro que me siento más cómodo entre versos que en la narrativa»

¿Dónde te encuentras más cómodo, entre versos o en la narrativa?

Cada situación requiere un relato o una poesía en función de lo que queras contar.

Los que me leen dicen que les gusta mi forma de escribir poesía   y, aunque en realidad yo no lo sé muy bien, sí tengo claro que me siento más cómodo entre versos que en la narrativa. Puede que sea porque requiere menos constancia y como ya te dije antes ese es un aspecto que me cuesta más conseguir.

 

¿Puedes adelantarnos que caminos recorrerán tus próximas palabras?

Sí, claro. Ya está listo un poemario que envié a la editorial junto a Fría Aritmética, aunque algo más largo y creo que mejor.  Se titula; Huella liquida. Un poemario dividido en dos partes, una general y otra “en la que digo tú nombre”, de personas que han pasado por mi vida. Preveo su presentación para la próxima primavera.

Además, existe otro con unas cincuenta imágenes de mi pueblo,  hechas por un fotógrafo local, que me han sugerido versos y que he recopilado para lanzar próximamente.

Por otra parte y a largo plazo, también estoy trabajando en la segunda parte de Lo que cuesta nacer. Lo hago desde un presente que surge a raíz de un cáncer que sufrí y lo retomo desde el punto donde acaba el anterior.

De momento, espero que pase esta situación tan difícil que estamos viviendo y continuo escribiendo hasta que podamos volver a las presentaciones.

 

Antonio Morillas recorre un camino en el que encuentra barro y nieve, amor y dolor, amistad y obstáculos, alegría y desazón… Pero sobre todo y gracias a ser un cabezota, como él mismo dice, ha conseguido superar situaciones muy difíciles que solo se consiguen cuando el poeta se empeña en demostrar, que la vida tiene la sensibilidad del verso y la fuerza del hombre.
¡Muchas gracias Antonio!