“Darrell Rivers se miró al espejo. Era casi hora de ir a la estación, pero la muchacha decidió que aún le quedaba tiempo para comprobar qué aspecto tenía con su nuevo uniforme escolar.
—Es precioso —murmuró Darrell, girando lentamente sobre sus talones—. Chaqueta parda, sombrero a tono, cinta naranja y blusa marrón con cinturón naranja. Me gusta.
Su madre se asomó, sonriente, a la puerta de su habitación.
—¿Admirando tu figura? —inquirió la señora Rivers—. A mí también me encanta ese conjunto. No cabe duda que el colegio Torres de Malory tiene un bonito uniforme. Vamos, Darrell. No conviene que perdamos el tren a principios de curso.”
«Primer curso en Torres de Malory» (Enid Blyton)
La feria del libro de Madrid se celebrará del 10 al 26 de septiembre en el parque de El Retiro y nosotros, lectores, aplaudimos. ¿Todos? No. Siempre hay algunos que buscan un no sé qué para criticar. Sale el cartel anunciador y ya está ahí la crítica en redes. Por suerte este año, quizá aún es pronto para cantar victoria, menos protestas que otros años.
El cartel, obra de la joven Andrea Reyes, quien, como destacó Manuel Gil, con una estética vintage y pintado en acuarela, no me digáis que no es romántico, rinde un bonito homenaje a la feria, a los lectores y a quienes pasan horas y horas en las casetas. ¿Cómo me entero yo de que hay, pese a todo, FLM 2021? Por un post en Facebook criticando el cartel. Un post de alguien de dentro del mundo editorial. Y entonces pienso: “¡Ay por favor! QUE HAY FERIA DEL LIBRO DE MADRID.”
¿Qué más dará el cartel? Lo importante es el acto y la fecha. Por mí como si lo anuncian en una servilleta de esas hechas de papel de fumar en las cafeterías antiguas. Hay feria del libro de Madrid. Repito. La felicidad está servida.
El cartel en cuestión a mi me encanta. Al primer golpe de vista recordé mis largas horas de lectura en el suelo de una habitación adolescente con los libros de Torres de Malory de la siempre amada Enid Blyton. Me llevó, con esa “caseta” de manualidades infantiles, a los tenderetes que colocábamos las niñas de Barbastro para vender pulseretas que nadie quería. Me trasladó, en definitiva, a una infancia lectora que empieza a quedar lejos.
¿Quién no quiere recordar lo feliz que fue leyendo a Blyton? Los cinco, Malory, Santa Clara o Siete secretos. Todos ellos con unas portadas inolvidables, de esas que te da exactamente igual si son feas o bonitas, porque a ti, en su momento, te encantaban ya que daban paso a un mundo de lectura que perdura hasta hoy. Y hoy, el cartel de Andrea Reyes, nos recuerda que fuimos niños que soñamos con cerveza de jengibre y aventuras en la isla de kirrin o con estudiar un curso en Torres de Malory. Y solo por eso se merece una enorme ovación. Por eso y porque nos anuncia que del 10 al 26 de septiembre volveremos a disfrutar de una feria que empezamos a echar demasiado de menos.
No sé vosotros, pero yo estoy tan agradecida al enorme esfuerzo que han realizado quienes organizan la #FLM21 que me da igual si el cartel es feo o bonito. Me va a encantar de todas maneras por el mensaje que contiene.
En septiembre, lectores, toca MADRID. Hasta entonces, me despido agradeciendo que me hayáis leído y contactado por redes para compartir conmigo vuestras impresiones. Nos vemos después del verano. Seguiremos hablando de literatura en The Citizen.