Mónica Morado ha irrumpido en la escena musical dejando claro que viene para quedarse. Con su música íntima y ecléctica, ha demostrado ser capaz de llenar el escenario solo con su voz, su guitarra y su honestidad. Cantautora de toques florales y letras cuidadas, se encuentra grabando su primer disco mientras recorre salas y locales en los que consigue cautivar al público con una música cercana y con mucha verdad.

 

 

Como artista emergente, si tuvieras que presentarte ante alguien que no te conoce, ¿cómo te definirías como artista y como persona?

¡Qué difícil! Mi respuesta a esa pregunta es diferente cada día. Como dice Drexler, si quieres que algo muera tienes que dejarlo quieto, y yo procuro estar siempre en movimiento. Creo que es como todos deberíamos vivir; entendiendo que el cambio es algo bueno, que significa que vamos viviendo, desarrollándonos, y evolucionando. Pero hoy por hoy diría que soy una persona humilde, que tiene mucho respeto por la música, la artesanía y la profesión que supone hacer canciones. También me fascina todo lo que puede conseguir la música, que es una herramienta maravillosa para tender puentes, hacer que otra gente entre en contacto con diferentes realidades y también gestionar mejor la tuya propia. Pero a nivel personal, es la mejor manera que tengo de poner mis pensamientos en orden, de expresarme y de entenderme.

 

Tengo entendido que la música te ha acompañado desde pequeña, ¿Cuándo surge tu pasión por ella?

Desde que tengo uso de razón, la música ha sido una parte importante en mi vida. Recuerdo que cuando por fin conseguí que me regalasen mi primer “walk-man” no me separaba de él, ¡me parecía increíble eso de poder estar en cualquier sitio llevando la música conmigo! Además, al tener sangre del norte adoraba la gaita y me moría por aprender a tocarla, pero por cosas de la vida acabé aprendiendo clarinete. Estuve muchos años tocando y estudiando, pero era muy joven y el instrumento me había tocado un poco de rebote, así que terminé renegando un poco de aquello. Luego tuve que ir aprendiendo a reencontrarme con la música de nuevo, decidiendo qué era lo que realmente me gustaba y quería.

 «Desde que tengo uso de razón, la música ha sido una parte importante en mi vida»

Y ahora has decidido lanzarte a ello precisamente en el momento más complicado, ¿cómo ha sido empezar en este mundo durante una pandemia mundial?

Pues hay tanta gente que conozco que lo ha pasado fatal este año… aunque se ha demostrado durante la pandemia que la cultura es lo que nos hace sentirnos vivos y acompañados, a la hora de la verdad se ha seguido castigando mucho a un sector que ya de por si es precario. En mi caso yo tengo la suerte de que acabo de lanzarme al público y voy feliz a tocar a cualquier sitio, y eso estoy pudiendo hacerlo. También me ha venido bien el tiempo en casa para componer más, y que la gente haya ha estado más atenta a las redes también creo que me ha dado más empujón por todo el ánimo que he ido recibiendo.

 

Ahora que mencionas las redes… ¿Qué tal te llevas con ellas? ¿Las utilizas más para promocionar tu trabajo o como diario personal?

Como mucha gente, tengo una relación amor odio con ellas. Uno de los debates que más me fascinan es el de si se puede separar al artista de su obra, y creo que esa línea se ha difuminado mucho con las redes sociales. Entiendo que son esenciales para darse a conocer y que también pueden tener cosas muy buenas como facilitar el contacto entre público y artista. Pero también son un arma de doble filo porque parece que ahora tiene que ser el/la artista el producto para que la gente haga caso, en vez de la música. Personalmente yo no me siento cómoda con eso y en mis redes evito hablar de cosas muy personales. Quizá eso me perjudique, pero prefiero que la gente que quiere saber de mí escuche mis canciones, que al final son mucho más reales que cualquier post.

 

En una época como la actual, en la que la mayoría de la gente prefiere ritmos pegadizos para bailar, tú apuestas por canciones con letras cuidadas y que en muchos casos abordan temas como la crítica social o la salud mental… ¿por qué arriesgarse?

 No es que prefiera una cosa u otra, es que yo ahora mismo no sé hacer otra cosa. El otro día escuché que el artista tiene el deber de contar la realidad de una manera imaginativa, y así lo veo yo. Al fin y al cabo, cuando me siento a escribir no lo hago pensando en qué tengo que decir para que enganche, sino que lo hago por la necesidad de contar algo que me frustra, me hace feliz o me entristece. Y de alguna manera siento que cuidar no solo el mensaje sino también su forma es una manera de respetar humildemente el oficio tan bonito y tan difícil que es hacer canciones. Luego ya, a nivel personal, me cansa el protagonismo que tienen las relaciones románticas en las canciones. Yo claro que he escrito sobre el desamor, pero también sobre la precariedad, la frustración con la sociedad actual, sobre sentirse sola… si consigo que una sola persona empatice con ese mensaje, le sane un poco o le haga pensar, ya estaré contenta.

«Me cansa el protagonismo que tienen las relaciones románticas en las canciones»

Eres una persona con gran fondo académico, ya que más allá de la música has estudiado y trabajado en el ámbito de la igualdad de género. ¿Crees que eso se refleja en tus letras o influye en que las cuides tanto?

Bueno, intento que mis valores se reflejen en todo lo que hago, que no es nada fácil. Hoy es tan simple colgarse etiquetas que hace que a muchas personas se les olvide que luego hay que ser consecuentes con ellas. Yo tengo el privilegio de haber podido estudiar mucho y disfruto mucho haciéndolo, y ahí encuentro también inspiración que luego inevitablemente se traslada a la música.

 

En tus conciertos también pones un toque diferente ya que cantas una canción de Lorca…

Hace unos meses la escuché de nuevo por casualidad y me atravesó. Como las grandes obras, aunque se compuso en un contexto muy concreto, tiene una sensibilidad atemporal. El público que me ha escuchado cantarla ha sido muy diferente y siempre me sorprende la manera tan espectacular que tiene la canción de conectar con la gente. Además, yo estudio bastante historia y para mí es importante meter un poco de eso también en mis conciertos, que así reflejan mejor quién soy. ¡Un poco intensita! (risas)

  

Y ya a nivel general, ¿Quiénes dirías que son tus referencias a la hora de componer?

Pues un poco de todo porque creo que todo lo que escuchas te acaba influenciando a la hora de escribir. A nivel musical, tengo muy presente a gente que admiro y escucho muchísimo como Zahara, Morgan, Carmen Boza, Quique González, Anni B Sweet… Pero en mis canciones también creo que se nota mucho que soy una gran consumidora de música en inglés, de gente como Dawes, James Bay, Ron Sexsmith o Daughter… Y luego también saco mucho de la poesía, de los libros, del cine…

 

Además de ellos, ¿Qué más suena en tu playlist estos días?

Mis playlists siempre son un mix brutal de cosas, bastante representativas de cómo funciona mi cabeza. Ahora mismo estoy muy enganchada a gente increíble que he descubierto hace poco como Conociendo Rusia, Finneas o Clairo, pero los intercalo con otros que no pueden faltar en mi día a día como Norah Jones, Drexler, Nina Simone, Dawes, Natalia Lafourcade…

 

Y para terminar, ¿Qué podemos esperar de Mónica Morado próximamente? 

Pues estamos trabajando mucho y si todo va bien en los próximos meses empezará a ver la luz mi primer EP, que no me puede hacer más ilusión. Y mientras tanto, seguiré tocando todo lo que pueda.