Se podría decir sin lugar a equivocarnos que Italia es una de las cunas del Arte. Y es que pocos países (por no decir ninguno) pueden ofrecer una riqueza ni remotamente parecida a la que ofrece al visitante el país trasalpino. Desde las creaciones de la Roma Imperial hasta la elegancia renacentista pasando por la opulencia barroca hacen de Italia un país único y diferente. Pero hay otra Italia, menos conocida, menos turística pero igual (o más) fascinante, cuyo uno de los mejores ejemplos puede ser la ciudad de Matera.

«Y en que en esta región ha sido habitada ininterrumpidamente desde el paleolítico y cuya capital fue fundada hace más de 2000 años, es un viaje a la historia»

Y en que en esta región, situada entre extensos campos de olivos y a pocos kilómetros de la costa del mar Adriático y que ha sido habitada ininterrumpidamente desde el paleolítico y cuya capital fue fundada hace más de 2000 años, es un viaje a la historia. Pero paradójicamente Matera ha sido históricamente una ciudad pobre, olvidada, despreciada, llegando a ser descrita a mediados del siglo XX como vergüenza nacional por políticos como Palmiro Tigliatti.

Porque Matera es una sorpresa en sí misma, una ciudad fascinante y fascinada que propone al visitante una serie de atractivos únicos y diferente, siendo indispensable conocer su Catedral del siglo XIII ubicada en el punto más alto de la ciudad, y que está levantada sobre las ruinas de un antiguo monasterio benedictino, o la tenebrosa y fascinante Iglesia del Purgatorio, construida en el siglo XVIII debido al deseo de los fieles de la ciudad de celebrar la muerte como comienzo de una vida superior y el de ensalzar las almas de sus difuntos.

Pero tiene algo que la hace totalmente diferente a todo lo que se pueda imaginar, los llamados Sassi (piedras, en italiano), un pintoresco asentamiento de casas rupestres excavadas en roca calcárea que ofrece una panorámica de laberinto de calles, color arenoso y acumulación caótica de construcciones totalmente diferente a casi cualquier asentamiento que se pueda encontrar en la Europa Continental, evocando a ciudades como Jerusalén, y donde las viviendas están superpuestas unas sobre otras, formando un laberinto de calles curtidas por el paso del tiempo.

Hay que conocer el Palombaro, una enorme cisterna excavada bajo la céntrica Piazza Vittorio, que ha sido utilizada hasta las primeras décadas del siglo pasado para la recolección de agua potable. El embalse, de 15 metros de profundidad y que contiene unos 5.000 metros cúbicos de agua, formaba parte de un ingenioso sistema de recolección de agua formado por una compleja red de canales, cuevas, túneles, cisternas subterráneas, para recuperar agua de lluvia, y agua subterránea cerca del Castillo Tramontano. Pero todavía mas impresionante es el complejo rupestre excavado en una enorme roca que se levanta en medio de los Sassi y que alberga en su interior dos sorprendentes iglesias excavadas en la piedra: la de Santa María de Idris y la de San Giovanni in Monterrone.

«Y si quieres “vivir” una experiencia realmente inmersiva, nada mejor que dormir y disfrutar desde dentro los Sassi di Matera, en el boutique Hotel Il Palazzoto Residence & Winery , una residencia excavada en la propia roca pero con todas las comodidades»

Y si quieres “vivir” una experiencia realmente inmersiva, nada mejor que dormir y disfrutar desde dentro los Sassi di Matera, en el boutique Hotel Il Palazzoto Residence & Winery , una residencia excavada en la propia roca pero con todas las comodidades. Y es que en sus 10 habitaciones, cada una con su propia personalidad, ofrece no solo un lugar muy especial donde dormir, sino una experiencia gastronómica muy diferenciada con una oferta de vinos organicos (Radino) de cosecha propia realmente exquisita. Un hotel exclusivo para una experiencia inolvidable.

Porque Matera se merece darse a conocer no solo como un destino turístico tradicional sino como una referencia para determinado tipo de viajeros que buscan la autenticidad y la diversidad y para los cuales el viaje no sea solo turismo sino toda una experiencia vital de enriquecimiento personal, una apuesta turística que en el 2019 consiguió el título de la Capital Europea de la Cultura, reconocimiento otorgado por la Comisión Europea.

Es la Italia para los muy italianos. No tarden, Matera les espera.