El guion. Pocas palabras son tan usadas tanto por aficionados al cine como por los profesionales o críticos cinematográficos. Hoy hemos querido charlar con Jesús Mesas Silva, uno de los jóvenes guionistas de más proyección del panorama español y que pese a su juventud ha trabajado en series de la originalidad y calado de “Águila Roja” o “Estoy vivo” para que nos cuente sobre el trabajo que lleva a cabo un guionista.

 

Vamos al principio… Defíneme que es un guionista

Alguien que se queja por todo y tiene un color de piel cetrino, como añejo, ¿sabes? Color de pasar mucho tiempo en casa. Somos gente que, por vocación o masoquismo, terminamos dedicándonos a escribir historias. Y es un trabajo que no cambiaría por nada del mundo.

 

Tanto escribir, tanto escribir… ¿Has pensado en escribir un libro?

Cada día. Pero soy demasiado vago para escribirlo.

 

Vale, volvamos al cine. ¿desde cuando viene tu afición al cine?

Desde niño me gustaba contar historias, era una forma de expresarme. Veía con mi madre desde muy pequeño películas de terror y supongo que por eso me gusta tanto este género. Mi primer relato se llamaba “El crimen de la mano negra”, y contaba la historia de una mano cortada, que entraba en casa de mis padres y los mataba. Tenía ocho años. Desde entonces creo que mis padres empezaron a dormir con un cerrojo en su habitación. ¿Mi pasión por el cine? Todo el mundo se inventa leyendas personales con eso: “Me empezó a gustar el cine viendo Los Cazafantasmas con un año”, “me enamoré del cine viendo a Godard”. Mierdas. Supongo que me empezó a flipar el cine porque me planteaba una forma de evadirme de la realidad. Esta respuesta podría haberla dado Tim Burton pero es verdad. Además, películas como “Jóvenes Ocultos” o “Game Over (Se acabó el juego)”, que es una peli francesa con un niño enfrentado a un papá Noel asesino, marcaron mucho mi forma de entender las narraciones, las historias. Empecé a pensar que cualquier narración con niños y armas caseras merecía la pena ser contada. Y así me enamoré del cine. Mi historia de amor por el medio no tiene mucho glamour, lo siento.

 

¿Y guionista? ¿Cuando empezaste a pensar en ser guionista?

Mi viaje fue en tres pasos. Primero empecé a comprarme la revista Cinemanía cuando tenía 11 años y estaba a punto de estrenarse “Independence Day”. Durante meses, me obsesionó la escena de la sombra del platillo volante sobre Washington y la destrucción de la Casa Blanca que ponían en el tráiler. Me obsesioné tanto que quise saber quién había rodado la película, cuándo se estrenaba y toda la pesca. Al final fue un zurullo de película y mi primera gran decepción, pero me sirvió para asomarme a la industria cinematográfico. Después, el siguiente paso fue Pulp Fiction. Tendría 13 años. Todavía jugaba con muñecos y empecé a rodar una película sin cámara con esos muñecos fingiendo la estructura de guion de Tarantino. Para mí Tarantino es dios, una inspiración, y el 27 de marzo que es su cumpleaños, mi navidad. Aunque también me encanta Steven Spielberg, pero eso es otra historia. Así que, si Independence Day me hizo conocer que había una industria detrás de las películas, Pulp Fiction me hizo amar la artesanía de contar historias… El tercer paso que me llevó a tomar la decisión de ser guionista vino en el año 96 o 97, no recuerdo. Debería tener unos 15. Y fue con Tesis, de Alejandro Amenábar. Ver que alguien español conseguía hacer un peliculón siendo tan joven, me llevó a decidirme. Así que cambié mi idea de ser médico y volqué toda mi energía en convertirme en guionista o director. Yo era un chico de clase media que vivía en Badajoz y aquello era como creer todavía en los Reyes Magos (esto me lo dijo para desanimarme un amigo que era un poco cabrón). Pero cuando perdía la esperanza, yo pensaba en Tarantino, Amenábar y en qué mierda de película fue Independende Day para lo bien que pudo haber estado.

 

La pregunta del millón… ¿Como se llega a ser guionista profesional?

Con una mezcla de suerte y trabajo. Yo vine a Madrid después de estudiar en una escuela de cine, pero vine por motivos personales. Empecé a estudiar el Máster de guion de Globomedia porque tenía que hacer algo con visos a un futuro profesional. Yo quería dedicarme a dirigir cine, pero terminé la Escuela y me di cuenta de que las puertas del cine estaban cerradas. Así que decidí estudiar el máster de Globomedia, hice prácticas en una serie de televisión llamada Águila Roja y hasta hoy… No tengo un apellido ni una familia con pasta, todo lo que he conseguido ha sido por mi curro. Eso es algo que me enorgullece, la verdad, y es algo que siempre intento transmitirles a la gente que aspira a entrar en esta industria. Se puede. Pero tienes que ser tenaz, tienes que tener capacidad de sacrificio y saber que hasta que tengas un cierto reconocimiento vas a tener que tragar mierda a paladas. Podría decir otra cosa pero te estaría mintiendo. Al final, siempre tienes que pensar en lo bonito y lo guay que es dedicarte a contar historias y que te paguen por ello. Cuando te desanimes piensa en la historia. La historia es la Reina.

“Al final, siempre tienes que pensar en lo bonito y lo guay que es dedicarte a contar historias y que te paguen por ello. Cuando te desanimes piensa en la historia. La historia es la Reina”

Tu primer trabajo profesional fue en una serie que fue una autentica novedad, como es Águila Roja… buen comienzo…

Sí, la verdad, entré a través del master de guion de Globomedia. En el master se hacían unas prácticas de tres meses remuneradas con trescientos euros, y eso te permitía meter cabeza en las producciones de Globo. Era difícil, pero era una forma de entrar. Para que te cogieran en las prácticas de una serie tenías que escribir una prueba: Consistía en presentar una trama de esa serie y dialogar dos escenas. Yo tenía claro que debía entrar en Águila Roja. Era una locura. Un ninja en el siglo de Oro… Cómo no iba a estar deseando escribir en ella. Pero sin embargo, en el master había mucho talento y por tanto mucha competencia. La primera prueba que escribí para Águila Roja era sobre un meteorito que caía en La Villa y convertía a todos en zombis. Menos mal que dos días antes me fíe de mi instinto y cambié la prueba por completo. Por aquellos días, sufrí la muerte de alguien cercano y me enfrenté a ese proceso por primera vez en mi vida: Esa mezcla de desconcierto, frustración, rabia, pena profunda que sufren los familiares. Me llegó. Y entonces decidí que la trama que había escrito sobre zombis no tenía ningún calado emocional real y era una gilipollez. Así que decidí escribir una prueba de guion para Águila Roja que trataba sobre la muerte de Sátur. Ese personaje era casi el protagonista de la serie, interpretado por Javier Gutiérrez. Entonces, de alguna forma, si no hubiera vivido ese momento tan jodido en la vida real, puede que no hubiera entrado en Águila. O sí. Lo único que sé es que estuve allí seis años, 76 capítulos. No puedo dejar de agradecérselo a la gente que fue generosa conmigo y me hizo un hueco al principio: Mi compañero Guillermo Cisneros y sobre todo, la gran Pilar Nadal, que era la productora ejecutiva de la serie y decidió darme una oportunidad cuando la crisis de 2008 había golpeado a la industria y los equipos eran muy reducidos. Terminé participando en el episodio final de la serie y es una experiencia que jamás olvidaré. Águila Roja fue mi escuela.

 

Luego vendría otra serie realmente original y por lo que nadie daba un duro por ella, “Estoy vivo”…

Sí, acababa de terminar Águila Roja hace unos meses y estaba en paro. Un día me llamó Daniel Écija y dijo que quería verme. A mí me saltó el móvil de la oreja. Daniel Écija es uno de los grandes productores de televisión de este país, yo ya había trabajado en Águila con la empresa Globomedia, pero nunca había llegado a conocer a Dani. Así que quedé con él. Me explicó que tenía un proyecto de serie, sonó en la reunión Stranger Things, ciencia ficción, un asesino en serie, reencarnaciones… Yo quise saltar del asiento y besarle y pedirle por favor que me contratara, pero me contrató antes de hacer nada, menos mal. Estuve en el barco desde el principio de Estoy Vivo, y terminé siendo coordinador de guion gracias a Dani, al que también debo mucho, y que me ha enseñado mogollón. No es peloteo, es cierto.

 

¿Como se trabaja un guion?

En televisión el proceso del guion es un trabajo colectivo. Primero pensamos la historia del capítulo, las tramas, hacemos un documento que se llama escaleta donde aparece cada escena del episodio, y después nos repartimos esas escenas para dialogarlas. A partir de ahí, ya tenemos un capítulo escrito y empezamos el proceso de reescritura. Escribir es un coñazo. Quien te diga que es placentero, miente. Y quien te diga que no es placentero, también miente. Con lo cual, me estoy contradiciendo. Así que vaya chapuza de respuesta estoy dando.

“Lo más difícil de escribir un guion son los personajes”

 ¿Qué es lo más difícil de hacer un guion?

Los personajes. Y también lo que hace que te despiertes cada mañana con ganas de escribir tu serie. Esta industria está llena de mierdas, puñaladas por la espalda y dificultades diarias, pero la historia, que se basa en unos personajes, es lo que te motiva. Porque todas las historias son al final historias humanas sobre emociones humanas. Esa es la dificultad también. Me gusta contar historias donde los personajes se comporten como personas reales. Hay series o películas donde la trama manda y los personajes parecen perros idiotas persiguiendo un hueso. Hay que ser efectistas, claro, hay que presentar giros en la trama, claro, pero lo difícil y lo satisfactorio es ir creando un personaje capítulo a capítulo. Ese es el gran triunfo de la televisión sobre el cine, para mí. Tener horas y horas por delante de desarrollo de personaje y que este sea un proceso orgánico. Es lo más difícil del guion como te digo.

 

Un guion que admires por su dificultad…

Pulp Fiction, el episodio de la boda de Sherlock, el episodio de Futurama de la civilización que nace en el culo de Bender o cualquiera de Azcona, o cualquiera de Richard Curtis. Puede que el guionista británico sea mi guionista favorito precisamente por su cariño hacia la creación y diseño del personaje.

 

El guion que cuando lo viste pensaste “vaya maravilla”

Cualquiera de los anteriores.

 

Un pelicula /serie famosa de la que pienses que el guion es muy flojo……

No me gusta criticar el trabajo de otros en público. Soy un hipócrita. Y está muy feo.

 

¿Comedia o drama? Cual te gusta mas y cual es más difícil para trabajar

Cualquiera que me pague el alquiler. Me gustan las historias dramáticas contadas desde un punto de vista cómico, casi siempre luminoso y esperanzador. Es curioso porque soy la persona más cínica y poco vitalista que puedas conocer, pero a la hora de escribir siempre termino yendo hacia la luz, como Darth Vader en El Retorno del Jedi. Dicho esto, me parece mucho más difícil hacer comedia que hacer drama. Admiro a los guionistas de comedia porque es un género en el cual te la juegas a una reacción: O haces reír o haces el ridículo. No hay término medio. Un chiste que no funciona es como clavarte una aguja en un ojo. El silencio del público duele. Por eso durante mucho tiempo huí de hacer comedia, porque es un género muy exigente, donde hay que pelear cada línea de diálogo. Ahora estoy escribiendo mi primera comedia. En serie. Espero que os haga reír cuando se estrene. Si no, me pasaré de nuevo al drama pero esta vez con más oscuridad que antes (risas)

 

¿Te gustaría más trabajar en cine o en TV?

Cualquiera que me pague el alquiler. Como dije antes.

“Estoy en una serie de comedia, con un repartazo, un equipazo de guion y Daniel Écija a los mandos. O nos hostiamos o salimos por la puerta grande. Eso es lo guay de este negocio.”

 ¿Proyectos?

Estoy en la productora de Daniel Écija, The Good Mood Productions, y he colaborado en algunos pilotos que están moviéndose por las cadenas, y ahora soy guionista y coordinador de una comedia de la que no puedo contar demasiado. Porque siempre hablo de más y termino cagándola. En una entrevista de la época de “Estoy Vivo” al final de la primera temporada, conté el final que teníamos previsto para la siguiente. Hablo, hablo, y no paro. Como de todo se aprende, solo te diré que estoy en una comedia, con un repartazo, un equipazo de guion con Sara Cano y Jorge Valdano Saénz. Y Daniel Écija a los mandos. Con esta serie, o nos hostiamos o salimos por la puerta grande. Eso es lo guay de este negocio.