Justo Gil llega a la Barcelona de los 60´s para intentar encontrar una cura para la enfermedad de su madre. A partir de ese momento todo un mundo (y submundo) se abre ante el joven y ambicioso Justo, y por ende ante los telespectadores de la magnífica serie de Movistar +.

Pero retrotraigámonos unos años. Corría el año 2.011 cuando Ignacio Martínez de Pisón publicó una novela llamada “El día de Mañana”. Rápidamente logro el favor del público, siendo sus derechos comprados por la productora MOD para su adaptación audiovisual. Años más tarde Movistar decide apostar por la producción de series de ficción; así surgen productos tan ambiciosos como “La peste”, “Velvet”, “La zona”… y, con menos ruido y promoción, “El día de mañana”. Pues bien, se puede decir que, junto con el fenómeno “Fariña”, la serie dirigida por Mariano Barroso ha sido la serie española revelación del año. Diálogos logrados, una gran producción y, fundamentalmente, una gran ambientación. El retrato que hace del tardofranquismo, con su burguesía, su clase media, y la esperanza y el desasosiego de esos años está francamente bien logrado.

Y eso que “El día de mañana” no era una novela fácil de adaptar. No solo por los problemas de producción, sino también por la cantidad de tramas paralelas y los numerosos personajes que pueblan la historia. Mariano Barroso, su director, consigue un producto “limpio”, sin artificios, que engancha desde el principio y donde deja que sea el espectador quién vaya definiendo y puliendo su opinión sobre los complejos personajes. En “El día de mañana” se huye de la estridencia, ese defecto (o casi característica) tan asentada en las producciones de ficción españolas, donde durante muchos años se ha optado por dar todo bien triturado al espectador, en forma de papilla audiovisual. Y es que la dirección no puede ser calificada sino como de excelente. Oriol Pla, en el papel protagonista de Justo Gil esta brillante. Personaje lleno de aristas, el papel de Justo no era nada fácil, ya que tenía que evitar caer en el maniqueísmo. Embaucador, sinvergüenza y vividor, Oriol Pla sabe mostrar sus recovecos morales de una manera.

Pero si creíble esta Oriol de pícaro buscavidas, no se puede dejar de resaltar a Aura Garrido en el papel de protagonista femenino, mostrando su evolución vital donde mediante una extraña relación con Justo consigue romper con las ataduras morales, evolucionando desde una pasividad asumida en los primeros compases de la serie hasta tomar las riendas de su vida liberándose de todos los corsés familiares y morales que la tenían atrapada.

Sin duda, una gran serie que puede marcar un nuevo camino en las producciones de Movistar +.