A partir de ahora BOHEMIAN RHAPSODY no es solo una canción, es una película que dependiendo de tu cercanía a la banda de Queen te atraerá en mayor o menor medida.
Protagonizada por Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy y Josep Mazzello, son los responsables de dar vida a Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon. Todos ellos conforman Queen.
Si al entrar en la sala del cine estás buscando descubrir en profundidad la historia de su protagonista, deberías ir a otro lugar. Sin embargo si deseas pasar un buen rato con su música y conocer la trayectoria artística, un tanto edulcorada de la banda, has elegido el lugar adecuado.
El filme, enclavado en el género biopic, no indaga en la vida personal del cantante sino en la trayectoria artística de Freddie en particular y de Queen en general. Nos muestra, en el discurrir de los años 70, a un hombre que busca su hueco en la música. Lo encuentra uniéndose a los miembros de un grupo ya constituido como tal y que darán lugar al emblemático conjunto.
Trasgresores, como ellos mismos se definían, tenían por objetivo «hacer música para los inadaptados, para los marginados del fondo de la sala que tampoco encajan en la sociedad». Pero si atendemos a la afluencia en sus conciertos, en número de discos vendidos y el perdurar en el tiempo, podemos ver como consiguen demostrar que entre el común de los mortales existen muchos más de lo que, seguramente en un principio pudieron imaginar.
Queen aparece con defectos y virtudes, con éxitos y fracasos, con distanciamiento y separación, es decir un reflejo de la personalidad de sus componentes, pero sobre todo la historia de estos cuatro hombres, es una carrera marcada por el carácter de una estrella fugaz como fue su vocalista.
«La cinta es un himno a la banda muy disfrutable por los seguidores del grupo y quizás se queda un poco corto para quien vaya buscando intimidades de la vida del líder»
Los trajines de un controvertido rodaje, han dado más que hablar que la propia película en si. Cambios de director y de protagonista le dan un tinte polémico que, seguramente a Freddie Mercury, desde la otra realidad donde ahora se encuentra, le habrán provocado alguna que otra sonrisa de satisfacción que no le da el contenido lineal y superficial que nos muestran finalmente. Desde el inicio, la grabación ha estado salpicada por broncas y denuncias de carácter sexual entre director y protagonista que fueron solucionadas con despidos y nuevas incorporaciones.
La cinta es un himno a la banda muy disfrutable por los seguidores del grupo y quizás se queda un poco corto para quien vaya buscando intimidades de la vida del líder. Recorren de soslayo sus inclinaciones sexuales dejando entrever su homosexualidad en un par de escenas con un camionero pero sin entrar en detalles. Mary Austin (Lucy Boyton) en su papel de novia, amor platónico y amiga intima eterna, junto con la última pareja del cantante, Jim Hutton, presentan a Mercury como bisexual. Pasan de puntillas por una vida marcada por la soledad, sexo, desvaríos, drogas y el sufrimiento final por el SIDA. Un billete manchado de polvo en una mesa y la imagen de alguien con la mortal enfermedad son, tan solo, algunas de las imágenes que encontraremos.
Aquí hallarás un coktel explosivo de música, espectáculo, realidades justificadas por la discreción reinante en Hollywood, en definitiva una versión moderada hecha para fans, quienes por otra parte y según comentarios de las redes, abandonan la sala muy satisfechos
-Ficha técnica-
Año: 2018
Duración: 134 min
Dirección: Bryan Singer
Guión: Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy y Josep Mazzello
Música: John Ottman
Protagonistas: Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy, Josep Mazzello y Lucy Boyton.