Fotografías Alex Roló
Bernabé Fernández pasa por ser una de las caras más reconocibles de los productos televisivos de ficción. Desde series tan míticas como “Médico de familia” o “Al salir de clase”, hasta las más actuales como “Servir y proteger” o “Centro médico”, se puede decir que Bernabé es uno de los actores con más personalidad y carisma dentro del mundo de las series españolas. Sonriente y puntual, en las distancias cortas es tan cercano como pudiera ser en los papeles que interpreta.
¿Cómo decidiste ser actor?
No recuerdo que hubiese un momento en que tomase la decisión, es algo que estuvo ahí creo que desde que tengo uso de razón. La decisión de estudiar interpretación fue a los quince años, enlacé una escuela con otra hasta los veinticuatro. De adolescente entré en varios grupos de teatro aficionado, pero la primera vez que trabajé como profesional fue haciendo alguna «publi» y videos internos… En televisión lo primero fue «Médico de familia».
Empezaste en “Médico de familia”, luego “Al salir de clase”…
Bueno sí, hice mientras personajes episódicos en otras series y con diecinueve años vino “Al salir de clase”.
Aquello fue un boom
Fué tremendo. En aquella época había menos series que ahora. Además la forma de verlas era otra; al no estar colgadas en internet si querías ver una serie había que grabarla o hacerlo a la hora a la que la emitían, así que para muchos era una costumbre salir del instituto y ponernos “Al salir de clase” mientras comíamos. Eso creaba mucha más fidelidad, ya que como espectadores veíamos las series a la vez y formaban parte de muchas conversaciones sin miedo a spoilear a nadie.
Viendo tu carrera se puede decir que casi has enlazado un trabajo con otro…
No, he tenido varios parones. Puede que la percepción desde fuera no sea así porque en los momentos sin trabajo he solido tener algo pendiente emisión, y casi siempre he tenido la suerte de que antes de que saliera ya había surgido otro proyecto. Digo suerte porque, al menos en mi caso, la sensación de no trabajar teniendo algo aún por mostrarse no tiene nada que ver con esa incertudumbre de sentirse sin nada entre manos. La posibilidad de que un trabajo mostrado pueda dar lugar a otro hace que la incertidumbre se lleva de otra forma.
¿Después de “Al salir de clase” tu siguiente personaje fijo fue en “El barco”?
Con tanta visibilidad sí, aunque entre medias tuve otros trabajos en tele con continuidad. Sobre todo con “Cosas de la vida”, una serie de Disney Channel, y otra que rodé en Argentina que se llamaba “Alma pirata” .
¿Qué tal fue la experiencia de trabajar allí?
Fue muy oxigenante, necesitaba cambios y aquello me vino fenomenal, también para reciclarme un poco en escuelas de allí. Creo que vivir una época fuera de tu país es una experiencia muy estimulante; cuando es por elección propia, claro.
¿Mucha diferencia en la forma de trabajar con respecto a España?
No tanto, recuerdo que en aquel momento me sorprendió la rapidez con la que se grababa, pero actuamente también en España se funciona con esos ritmos.
¿Qué cambios has notado a lo largo de estos veinte años en cuanto a la realización de las series?
Sobre todo en el tema de la iluminación y la estructura a la hora de rodar las secuencias. Antes el planteamiento de realización era más básico, casi siempre con tres cámaras fijas grabando a la vez. Ahora, incluso las series diarias como «Servir y proteger» están mucho más cuidadas, se plantean planos recurso, detalles… Afortunadamente ha habido mucho cambio en veinte años, y ahora la televisión no es tan distinta al cine.
“La repercusión de las series en los 90´s no tienen nada que ver con las de ahora. Una serie actual puede ser muy mediática pero solo mientras se está emitiendo y un poco más. Sin embargo, series como “Médico de familia” o “Al salir de clase” aún tenían impacto durante mucho tiempo después”
¿Y lo que es en su repercusión?
La repercusión que había en los noventa no tienen nada que ver con las de ahora, es cierto. Incluso series actuales que pueden ser muy mediáticas, creo que su mayor repercusión se suele dar más durante la época en la que se está emitiendo y poco más. Sin embargo, “Médico de familia”, “Compañeros” o “Al salir de clase” aún tenían impacto durante mucho tiempo después. Veíamos las series semana a semana, a veces durante años, no existían las maratones que hacemos ahora. Eso provocaba que las historias estuviesen más presentes en el día a día de los espectadores, que formasen parte de sus vidas. Además ahora vivimos en una época de tal sobreestimulación que estamos algo desensibilizados, lo que provoca que las experiencias no sean tan impactantes. El exceso de estímulos también hace que nuestros “tiempos muertos” no se empleen en rememorar situaciones, ya sean propias o de la serie que vimos anoche… Y rememorar hace que los recuerdos se anclen, que tomen cuerpo en nuestra memoria y, por tanto, que se fije más aquello que vemos o leemos.
De todas las series que has hecho, ¿con cuál te quedas?, ¿en qué papel te has sentido más cómodo?
¡Qué difícil! [ríe]. No puedo decir que todos, no sería verdad, pero sí han habido varios entre los que es difícil elegir. No necesariamente cómodos, pero sí muy estimulantes. Como actor, la comodidad a veces puede ser tu peor enemiga si quieres explorar lugares expresivos distintos, más divertidos. Creo que tal vez sería Palomares, mi personaje en “El Barco”, porque siempre tenía giros impredecibles, donde se mostraban nuevos aspectos de su carácter sin que se viese afectada a su coherencia. Era muy excitante ir descubriendo a cada capítulo diferentes capas, su pasado…
¿Te consideras un actor de televisión o simplemente por circunstancias profesionales has trabajado más en televisión?
En realidad he hecho mucho más teatro que televisión, aunque no haya sido tan visible. A mí me gusta trabajar en los tres medios por igual, cada uno tiene su encanto…
En igualdad de condiciones (presupuesto, nivel de dirección, equipo técnico…), ¿qué preferirías hacer: una obra de teatro de gran renombre, una serie tipo Vis a Vis, o una película de gran presupuesto?
Antes tenía esa preferencia más clara, pero ahora me doy cuenta de que depende de la historia, el personaje, quien lo dirija… Cada medio ofrece aspectos diferentes que puedo preferir dependiendo del deseo de ese momento, pero no hay un medio con el que disfrute más así general. El teatro me ofrece más facilidad para fluir, porque cuando uno lleva cierto número de funciones puede permitirse no pensar en el texto, las marcas de iluminación, las notas de dirección… A base de repetir todo eso se interioriza y luego surge mientras uno puede fluir con el personaje sin que el pensamiento interrumpa, y a eso también ayuda poder seguir el orden cronológico del personaje. En audiovisual esto es muy distinto, pero al no tener que proyectar una expresión hacia el patio de butacas se pueden crear atmósferas de mayor intimidad, encontrar un tipo de naturalidad más realista en el tono del texto, verse arropado en el contexto de las localizaciones reales… Cuentas también con lo excitante de que cada día sea algo completamente nuevo.
¿Crees que se puede ser un actor sin pasar por el teatro?
Sí, yo creo que sí. Siempre se ha dicho que la calidad de un actor pasa por su experiencia previa en teatro, pero hay actores increíbles en teatro que no encajan tan bien en audiovisual y viceversa. Por supuesto que hay muchos actores todoterreno que brillan en todas las áreas, pero eso no les hace necesariamente mejores en cada una de ellas.
Un director con el que te apetezca trabajar…
Hay muchos… me encantaría trabajar, a nivel internacional, con Darren Aronofsky, Alfonso Cuarón o Christopher Nolan; nacional, con Iciar Bollaín o Abril Zamora, por ejemplo.
“Como actriz Penélope Cruz me parece espectacular, que siempre trabaja con un riesgo y una honestidad brutal”
¿Y alguna actriz en especial?
Con Penélope Cruz. Además, justo anoche estuve viendo «Loving Pablo» y me parece que ella siempre trabaja con un riesgo y una honestidad brutal. Me parece espectacular….
Tu mayor cualidad como actor…
Soy muy entusiasta
Tu película ideal…
Si fuera con Aronofsky, un thriller psicológico con tono surrealista… bien perturbador, con un personaje que pasase por distintas etapas vitales. Con Nolan algo de ciencia-ficción con un personaje de pasado truculento. Con Iciar Bollaín, Alfonso Cuarón o Marina Seresesky me encantaría participar en una peli con fondo social, por ejemplo con un personaje que se descubre a sí mismo a partir de circunstancias extremas. Una tragicomedia de Abril Zamora o Woody Allen, con un personaje al que mostrar mis aspectos más neuróticos y contradictorios… ¡Son tantas las películas y personajes ideales…!
¿Qué prefieres: ver una serie o ir al cine?
Siempre ir al cine. Hay algo en el ritual de entrar en una sala de cine que es incomparable al sofá de una casa.
Lo último que has visto en el cine ha sido…
“Bohemian Rhapsody”.
¿Cómo te ves dentro de veinte años?
Actuando, ojalá [risas]
Muchos actores según maduran comienzan a pensar en dirigir… ¿Tú lo has valorado alguna vez?
Nunca lo he pensado, pero quién sabe…
Si pudieras cambiar algo de la industria audiovisual española, ¿qué cambiarías?
Creo que no es algo que ahora sea fácil de cambiar, pero sería que los personajes protagónicos estuviesen menos sujetos a clichés. Aunque hay excepciones como en “La casa de papel”, en general creo que sobre todo los protagonistas aún se suelen reflejar con un perfil muy predefinido en base a lo que siempre hemos visto. Al igual que sería muy positivo mostrar más presencia de mujeres y visibilidad de distintas culturas, también sería muy enriquecedor mostrar que la realidad humana es mucho más variada que los estereotipos de los protagonistas a los que nos han acostumbrado. La sociedad ha evolucionado, las personas nos damos cuenta de que esos estándares que nos han vendido ni obedecen a la realidad, y creo que el sector audiovisual debería también evolucionar en ese sentido. Creo que la gente ya no busca ese tipo de personaje “aspiracional” en el que proyectar su fantasía del éxito, sino que piden referentes reales con los que poder identificarse, caracteres que muestren más la versatilidad humana.
¿Y lo que más te gusta de ser actor?
La sensación de fluir, de volar mientras actúas. No ocurre siempre, pero esa experiencia de disolverse en la situación a través del personaje y olvidarse de absolutamente todo es algo mágico.
Algún proyecto cercano…
Estoy con varios, pero aún no puedo decir nada…
Una película
“Mother!”, de Aronofsky
Un actor
Joaquín Phoenix
Un cantante
Rozalén
Un libro
“El lobo estepario”
Un miedo
Muchos [risas] Puede que a lo que más sea a la locura.