El pasado sábado 18 septiembre Antonio Orozco se convertiría en el comandante de vuelo que aterrizó con éxito en el Centro Hípico de Mairena del Aljarafe. Cabaret Festival 2021 había recogido en su escenario la presencia de grandes artistas como El Barrio. Era el momento de presentar Aviónica, el octavo trabajo discográfico de Antonio Orozco, un álbum que persigue el propósito de que el público “sea capaz de volar a través de la música”.
Tal y como anunciaban los megáfonos del recinto “el vuelo tendría una duración de una hora y cuarenta y cinco minutos aproximadamente” seguido de una bienvenida a bordo a todos los asistentes al evento. La distancia de seguridad entre los asistentes, la toma de temperatura en la entrada del recinto y la mascarilla obligatoria durante todo el concierto fueron algunas de las medidas gestionadas por el personal de organización del evento.
Tras escuchar el arranque de los motores como si de una simulación se tratase, el vuelo despegó con “Hoy”, un tema que induce a vivir el presente, el aquí y el ahora de ese concierto que empezaba a tomar estabilidad tras el despegue. Desde sus asientos el público pudo ser testigo de la vitalidad y alegría que emanaba del cantante, quien mostró en todo momento su compromiso con el mismo. Así es como, mientras entonaba “El viaje”, decidió bajarse del escenario y caminar por el pasillo habilitado para estar más cerca de ese público sevillano que lo acogió con los brazos abiertos.
El repertorio estaba compuesto por un amplio registro que abarcaba numerosos géneros musicales desde baladas, pinceladas de rock, un toque electrónico y, sobre todo, compases flamencos en sus versos. De esta forma sonaron canciones como “Giran y Van”, “Si Quieres Hablamos” o “Es Tu Vida” todos ellos temas pertenecientes a su proyecto musical más reciente, Aviónica. Tras entonar la primera, tuvo lugar una gran ovación con palmas acompasadas por parte del público que provocó que el artista llegase a emocionarse sobre el escenario.
Han sido tiempos difíciles para la industria musical y son muchas las puertas que, al principio, parecían cerrarse, pero Orozco mostró su parecer al respecto “lo que veo ahora mismo es una ventana abierta a lo que está por llegar, todo vuelve a empezar. Esta es la manera, con la alegría, con música…”. La Covid-19 cambió nuestra manera de relacionarnos, “se nos amontonaba la familia, los te quiero, los te espero, los nos vemos…”. Seguidamente pronunció unas palabras en homenaje a todas aquellas víctimas del coronavirus, a las que ya no están, pero también “a todas las personas que se levantaban por la mañana con la única intención de hacer que la vida de los demás fuese más fácil, más sencilla, más digna”. Su mensaje hizo que el público se fundiera en un gran aplauso.

Antonio tomó la iniciativa para introducir uno de sus grandes éxitos y aludir a un referente en el mundo de la poesía. “Me gustaría deciros a todos, como decía un poeta mexicano maravilloso que se llamaba Jaime Sabines, que «aunque no llevéis tatuada en la frente una estrella y una luz que os alumbre todos los días por el camino que sepáis todos vosotros que, a partir de ahora y para siempre, estaremos todos nosotros hechos de pedacitos de cada uno de vosotros»”. Con esta carta de presentación dio comienzo “Estoy Hecho De Pedacitos De Ti” señalando a sus espectadores.
Llegó el momento de una canción dedicada a “los héroes de cada uno de ustedes” acordándose “de los que están, de los que estuvieron y también acordarnos esta noche de los que ya no están”. En efecto, “Mi héroe” fue la siguiente en el repertorio “una canción que hace mucho tiempo dejó de ser canción para convertirse en un abrazo gigantesco”. Esos héroes que resultaban que “ni tenían capa, ni volaban por encima de las aguas, ni tiraban bolas de fuego” y es que “los héroes son héroes porque nadie sabe que lo son”.
Una escenografía que apostó por una iluminación multicolor con haces de luz de todas las tonalidades que envolvieron el escenario. Todo un espectáculo visual que acompañaba a la perfección los movimientos y ritmo del cantante y que, en determinadas ocasiones, se remató con cañones de confeti. Aquella noche guardaba una sorpresa muy especial para Antonio Orozco: la figura de Pastora Soler entre la multitud. Compañera de oficio y gran amiga de Orozco, la artista andaluza se encontraba sentada en una de las mesas situadas en el Front Stage. Un acontecimiento totalmente inesperado.
Con los sentimientos a flor de piel tras los discursos pronunciados, llenos de mensajes reveladores, se acercaba el momento del cierre del espectáculo. “Casa no tenéis, ¿no?” bromeaba entre risas el cantante ante la negativa del público por regresar a casa, dispuesto a proporcionarle un hogar al músico catalán. La canción elegida como la guinda del pastel fue “Lo que tú quieras soy”. Terminaba una noche llena de emoción, sensibilidad y, sobre todo, reflexión personal al sentirnos partícipes e identificados con cada una de las letras.
Orozco dio las gracias a su público por escoger este vuelo con su compañía en la que no hubo ningún incidente técnico. Durante una entrevista sostuvo que “la aviónica es lo que permite que un avión se sostenga en vuelo” y aquella noche el público sevillano se convirtió en su aviónica, el que le elevó a gran altitud durante el concierto. La música tiene el poder de hacernos sentir, “tiene una capacidad hermosa de rellenar los recuerdos bonitos y que quedan para siempre” haciendo alusión a que aquella noche quedaría en el recuerdo de los presentes, en una anécdota que relatar algún día.