TFotografías: Beatriz Jericó

Andrea Jaurrieta  se define como una mujer intensa. Nos recibe con una cálida sonrisa, alejada del drama que envuelve su primer largometraje, Ana de día. Y es que la película nos traslada a un mundo onírico, donde su protagonista descubre que una mujer idéntica a ella ha ocupado su lugar. Dándose cuenta de que por primera vez es totalmente libre, Ana decide explorar su libertad, probando sus límites y buscando el sentido de su propia existencia. Sin embargo, la rutina llegará a su nueva vida y una pregunta le atormentará: ¿es posible huir de uno mismo?. El filme, interpretado por Íngrid García Jonsson, Fernando Albizu y Mona Martínez en los principales papeles, se estrenó el pasado 9 de noviembre.

 

 

Has estudiado un grado en audiovisual, un máster …¿crees que para trabajar en el cine es tan necesaria tanta formación?

Sí, creo que he aprendido mucho, y que no podría hacer las cosas que hago hoy día sin esa formación. Depende también mucho del alumno. De mi facultad, tan solo dos de mi clase nos dedicamos al cine como directores de largometrajes, de noventa personas que suele llegar a tener un aula de la Universidad Complutense. También es tan lento y tedioso sacar un proyecto cinematográfico que muchos del gremio optan por buscar otras salidas en el mundo de la comunicación alejadas del cine.

Si pudieras escoger un proyecto, ¿qué preferirías hacer, actuar o dirigir?

Me siento muy segura dirigiendo, pero actuar me parece divertido y disfruto con ello. Aunque es cierto que sufro muchísimo cuando me veo en series, en grabaciones, en películas en las que he actuado… Me digo: “¿pero qué has hecho, Andrea?” [risas].

¿Cómo te decantaste por el terreno audiovisual?

Quería hacer arte dramático en Madrid, al cien por cien. Mis padres me dijeron que eso no era una carrera de verdad, así que como a mí me gustaba mucho el cine, decidí meterme en comunicación audiovisual porque era lo que más relación tenía con la interpretación. De hecho, estudiaba a la vez arte dramático, y cuando la terminé me metí ya a dirigir, estando todavía en cuarto de Comunicación Audiovisual.

A día de hoy no me arrepiento lo más mínimo de haber estudiado ambas carreras.

¿Crees que actuar te ayuda a dirigir mejor?

Sí, sin duda, sobre todo a los actores. La dirección de actores para mí es, a mi opinión, lo más importante. Cuando empiezas a hacer la primera lectura de guion con ellos te das cuenta de que pueden existir esos personajes. Los actores me dan algo más de lo imaginado y plasmado en el guion, porque se lo han preparado de antemano. Cada actor es un mundo, además, y es necesario saber cómo tratar con ellos para que te den lo mejor de sí mismos. Es como ser un psicólogo, y es de las cosas que más me gustan a la hora de dirigir.

¿Con qué actores te encantaría trabajar?

A mí me gusta mucho Daniel Day Lewis, pero para mí uno de mis actores favoritos del mundo mundial fue Marcello Mastroianni. También me encantaría dirigir a Penélope Cruz. Creo que es una actriz que se lanza a los proyectos de lleno; y de actores españoles, me gusta mucho Raúl Arévalo.

«Si quiero contar una historia, aunque sepa que va a ser complicado sacarla adelante, lo hago igualmente «

Trabajas también en publicidad, ¿qué es lo que te aporta trabajar en ese ámbito?

Creo que me ayuda a trabajar con equipos que yo no conozco de antemano, gente con la que trabajas un día y ya no la vuelves a ver, o gente con la que te tienes que adaptar de manera muy rápida, y eso es importante para dirigir un equipo. Trabajar en ese ámbito no solo me ayuda a mejorar mi capacidad de gestionar equipos, sino a ser muy rápida en la toma de decisiones, porque en publicidad te dan, por ejemplo, un límite de dos días para rodar y un presupuesto altísimo. Hay que ser superhábil para saber cómo reaccionar.

¿Cómo funciona el mundo de la publicidad?¿Cómo se desarrolla un anuncio publicitario?

El cliente propone una idea a una agencia, esa agencia valora la idea, y si la aceptan busca productoras que la desarrollen y la produzcan. Es como una mini-película.

Hablemos de tu largometraje, ¿cómo surge Ana de día?

Surge a lo tonto por una llamada de teléfono con un amigo. Me dijo: “imagina que llamas a casa y te contestas a ti misma al teléfono. ¿Qué movida, no?”. Y yo le dije que no, que era algo muy guay. Me fui de viaje a Murcia, y en una pensión de malamuerte escribí la trama de Ana de día en una sola noche: los personajes, la trama… Lo terminé de escribir más adelante cuando me trasladé a Roma con una beca que me dieron, las cuatro primeras versiones. Regresé a España con muchas ganas, decidida y muy “crecida” para sacar adelante la película, pero me dijeron que habíamos entrado en crisis y que era imposible. Llevo ocho años con el proyecto.

¿Qué ocurrió entonces?

Como vi que mover el proyecto no iba demasiado bien, decidí irme a Barcelona a realizar el máster de dirección a la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña), con la idea de que la productora Escándalo me produjera la película. La empresa quebró (allá por 2011 – 2012), pero la directora se reunió conmigo, interesándose por mi trabajo. La cosa se quedó ahí, aunque me dieron otra beca al año siguiente para seguir realizando la película, aunque en Madrid. Rodé mientras tanto dos cortos más, y conocí a través de Jonás Trueba a mi primer productor, José Nolla. Con él fuimos con el proyecto a RTVE, nos metimos a la búsqueda de subvenciones, distribuidores… pero no llegó a salir nada. No nos dieron nada, ni un duro: si no te lo da Televisión Española, no te lo dan desde el gobierno, si no te lo aprueban desde el gobierno, la televisión pública no te da nada, etc. Es una pescadilla que se muerde la cola. A todo esto, me llamaron para hacer de meritoria de dirección de la película de Almodóvar. En esa época me presentaron a otro pequeño productor que estaba empezando y cogió el proyecto. No salieron tampoco las ayudas por parte del Estado. Deprimida, me presenté a unas ayudas de Navarra con mi nombre, por ver si me daban algo. La gente insistía en presentarme a más productores, pero yo no quería, estaba desquiciada. Al final me dieron la ayuda de la comunidad navarra y comenzamos a rodar la película.

 

 

Siendo que desde las ayudas públicas no obtuviste apenas resultado, ¿qué opinas de las nuevas plataformas de distribución y producción privadas, como Netflix u HBO? ¿En qué medidas afectan a la industria?

Creo que lo más importante es que se haga cine, sea para proyectar en las salas de cine o en Netflix. Me parece lícito que se haga, aunque yo soy una romántica y prefiero ver las películas en pantalla grande. Por otro lado, también creo que España debe consolidar mucho más este tipo de producciones. Me parece absurdo que la gente diga que las películas de Netflix no pueden ir, por ejemplo, a Cannes. Estamos en el siglo XXI.

Tu primer largometraje, protagonista chica, temática abstracta y compleja… ¿cómo se te ocurre vender como primer proyecto algo tan complicado?

Creo que tienes que hacer lo que quieras. Si yo quiero contar una historia, aunque sepa que va a ser complicado, es lo que yo quiero contar. Ahora me estoy planteando si escribir una comedia para tener un poco más de fuerza, pero por otro lado cada vez que me siento a ello me viene a la cabeza la otra historia que estoy desarrollando ahora mismo (una historia que sé que tampoco la voy a poder vender muy bien). ¡Soy una masoca!

«Creo que lo más importante es que se haga cine, sea para proyectar en las salas de cine o en Netflix. aunque soy una romántica y prefiero ver las películas en pantalla grande»

¿Crees que por ser mujer te ha sido más complicado vender el proyecto?

No he sentido nunca que me ningunearan por ser chica realmente, pero me han dado respuestas donde se me quitaba crédito. Una vez fui a una televisión y me lo rechazaron diciendo: “es que claro, una chica guapa, joven y con talento como tú…”. Otros, por ejemplo, me dijeron: “vete a hablar con estas mujeres, que te entenderán mejor”. Creo que nunca iban con la finalidad de darme de lado a propósito por ser mujer, sino que de manera sutil existen ese tipo de discriminaciones. Me di cuenta cuando empecé con el largometraje, el mundo de los cortos es totalmente distinto.

¿Cuáles han sido tus influencias para la película?

Muchísimas. Me dicen mucho David Lynch y sí es cierto que me gustan mucho sus
atmósferas, pero Buñuel también ha sido siempre mi referente. Es mi top. [risas]

Háblanos de Ingrid García.Jonsson, ¿cómo ha sido trabajar con ella?

Es muy inteligente. Llevaba su propio raccord de todo, no solo del emocional. Era tan consciente de dónde estaba su personaje en cada momento, que me lo ponía muy fácil a la hora de dirigir. De hecho, la última semana rodamos cosas del inicio de la película, tras tres semanas de una carga emocional muy intensa para su personaje. Llegamos, se puso la peluca, y cambió completamente el estado emocional de Ana: más apagada, más calmada, como al inicio de la película. Es una gran actriz, y eso es un lujo a la hora de dirigir.

¿Ana de día es una película feminista?

Sí, por supuesto.

¿En qué género la clasificarías?

Yo siempre digo que es un “drama existencial” [risas]

Cuando empezaste a escribir la película, ¿siempre la concebiste como una película costumbrista?

Sí, de hecho en las primeras versiones me solían criticar que por qué no mostraba tanto la vida del personaje, su hastío con su vida, etc. Y no, yo quería contar desde un principio el conflicto con la doble y luego ya meternos en su mundo, que parece que se ha detenido. Otros me decían que me iba mucho al costumbrismo, pero es lo que yo quería contar: es el mundo que a mí me gusta. Otra persona lo hubiera contado de otra manera, y habría contado incluso otra historia distinta.

¿Cómo definirías la película en un adjetivo?

Me surge “oscura”, pero creo que le pega mejor “onírica”

 

 

¿Qué proyectos tienes ahora entre manos?

Ahora mismo estoy desarrollando un documental con mi hermana sobre la Kelly Family. Llevamos ya varios años con el proyecto. Empezamos a investigar al grupo de música y descubirmos que tiene un pasado muy curioso: eran nómadas, vivían en barcos, viajaban por todo Europa con los niños… Nos dieron una pequeña ayuda económica y nos fuimos mi hermana y yo a grabarnos siguiendo sus pasos. Estamos intentando ahora contactar con ellos, pero hemos conseguido obtener acceso a varios archivos que nos están ayudando para el documental. Eso por un lado. Y por otro, estoy escribiendo ahora una adaptación de una obra de teatro que trata sobre la vuelta al pueblo de una mujer. Esa vuelta al pueblo la hace reconciliarse con sus demonios. Para mí es un poco como un cierre de Ana de día.

Si pudieras elegir entre cine y televisión, ¿qué escogerías antes para dirigir?

Cine, pero porque casi no veo ni series ni la televisión. Pero no me cierro las puertas a nada.

Un director que te guste

Buñuel, Almodóvar, Saura, Javier Rebollo y Pilar Miró.

Una canción

Últimamente escucho mucho a un grupo que se llama Alabama Shakes. Me gusta mucho el rock y el soul.

Una película clásica que recomiendes

¡Qué pregunta tan difícil! Sé que es un poco tópica decir esta, pero Al final de la escapada me marcó mucho.

Un miedo

Volar. Y las cucarachas.

Y por último, un libro

La náusea, de Sartre [risas]. Sí, lo sé: soy una intensa.