Xavier Molina Figueras (Girona, 1972) es farmacéutico, y actualmente es el Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE). Hemos podido conversar acerca de la masonería, los Derechos Humanos, la libertad, el franquismo y la persecución. La masonería ha sido perseguida obsesivamente por los regímenes totalitarios de uno u otro signo político, pero el actual Gran Maestre de la GLSE mira hacia adelante. Le gusta hablar en presente y en futuro, sin olvidar lo vivido. Ha sido un encuentro interesante y fructífero; de conversación agradable y franca, Xavier Molina explica la importancia del progreso, los Derechos Humanos  y la dignidad. Pasen y disfruten de este nuevo Encuentro por los Derechos Humanos. Hablemos de libertad, de igualdad y de fraternidad.

 

La francmasonería sigue siendo en España, en buena medida, una desconocida. ¿Qué es la francmasonería? ¿Qué puede aportar a la sociedad?

Te doy toda la razón, para el público en general la francmasonería es una gran desconocida. La masonería es un método de crecimiento personal. En un trabajo simbólico e iniciático buscamos que el ser humano reflexione sobre uno mismo y la sociedad. Iniciático porque pretendemos despertar las ideas de cada uno y recordar principios básicos del ser humano. Simbólico porque por medio de las herramientas de los arquitectos clásicos, buscamos la reflexión y el trabajo interior de la construcción de la perfección imposible.

“La masonería es un método de crecimiento personal. En un trabajo simbólico e iniciático buscamos que el ser humano reflexione sobre uno mismo y la sociedad”

La francmasonería ha sido históricamente perseguida por los regímenes totalitarios de uno u otro signo político. ¿Por qué cree que sucede? ¿Piensa que se han restañado esas heridas?

Pretendemos ser no solo un foro de librepensamiento sino también una escuela de librepensadores. Personas adultas que reflexionan acerca de temas actuales y respetan la libertad y pluralidad de opiniones. Ese respeto implica también que seremos reservados al comentar lo que opina otra persona de cualquier tema. Este ejercicio de libertad no liga muy bien con cualquier dictadura o régimen poco transparente. Creo que es por ello que somos perseguidos allí donde la libertad de pensamiento es encarcelada por la opinión única del gobernante.

La experiencia la tenemos en España, pero por suerte empieza a quedar lejos. Son más de 40 años de democracia. Nuestra historia es nuestra escuela en el presente, pero también miramos al futuro. Se hizo un daño irreparable, pero vamos a construir entre todos el futuro de la francmasonería en España.

 

¿Qué tiene que decir la masonería sobre los Derechos Humanos? ¿Qué piensa que ha aportado y que puede aportar en esta materia?

Aunque algunos piensen lo contrario, la masonería como institución nunca ha participado en nada. Al contrario que muchos masones que sí aportaron significativamente en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos o en su defensa a lo largo de la historia. Me gusta pensar que somos una escuela, y que los “alumnos” (todos los masones somos alumnos, puesto que no hay profesores), libremente y acorde a lo que han aprendido por su cuenta, en parte gracias al método masónico, influyen de forma relevante en la sociedad. Y no solo por medio de grandes figuras políticas o sociales, sino también a pie de calle, entre la gente que humildemente defiende aquello que ya muchos consideran como un hecho, los Derechos Humanos en Europa, por ejemplo, pero aún nos queda un largo recorrido para su plenitud.

“Somos perseguidos allí donde la libertad de pensamiento es encarcelada por la opinión única del gobernante”

Parece que la masonería no es un hecho monolítico y uniforme. ¿Tiene algo qué decir al respecto de que haya una masonería que excluye a las mujeres? ¿Es compatible la defensa de los Derechos Humanos con la segregación por razón de sexo o género?

La masonería es un reflejo de la sociedad, pero también de unas tradiciones que para algunos son difíciles de cambiar. La GLSE, Gran Logia Simbólica Española, no hace ninguna diferencia por género, pero cierto que quedan algunas organizaciones con tradición de segregar por género. Podría tener sentido desde el punto de vista social años atrás, hoy carece de sentido.

 

Tengo la percepción de que está habiendo un nuevo repunte de odio ante diferentes colectivos sociales, entre ellos la francmasonería. ¿Lo percibe usted también así? ¿Piensa que en España se puede declarar públicamente que se pertenece a la masonería sin que eso suponga ningún coste?

Estamos viviendo el auge de la extrema derecha en todo Europa, y en España nos ha llegado con algo de retraso, pero al final, llegó. En todos los lugares pretenden resolver problemas complejos con soluciones que parecen muy simples, que llegan a la gente de forma muy fácil, y estas recetas siempre incluyen un elemento de superioridad. Ni lo dicen ni lo reconocen, pero al final la consecuencia es el desprecio al que consideran diferente.

Aunque a nosotros no nos ha tocado sentirnos entre los colectivos despreciados, cualquier masón aborrece la idea de superioridad o desprecio al que es diferente.

“La Gran Logia Simbólica Española, no hace ninguna diferencia por género, pero cierto que quedan algunas organizaciones con tradición de segregar por género”

Uno de los lemas de la masonería es Libertad, Igualdad y Fraternidad. ¿Es la sociedad actual libre, igualitaria y fraternal? ¿Qué puede aportar la masonería para que el mundo sea más libre, más igualitario y más fraternal?

Como diríamos los masones, trabajamos en ello. Es nuestro lema, sin duda. Y sin duda la sociedad no es libre, igualitaria ni fraterna, pero nunca habíamos estado tan cerca de serlo. Los ejemplos que estamos viviendo estas semanas de esfuerzo y compromiso a raíz del COV-19 son un buen ejemplo. No estamos exentos de contradicciones, y claro está, también tenemos ejemplos de lo contrario, pero afortunadamente son los menos.

 

Parece que buena parte de la sociedad actual ha asumido como innegociables los Derechos Humanos y su defensa. Diferentes ONG, asociaciones y organismos internacionales los defienden y promocionan. ¿Piensa que los Derechos Humanos gozan de buena salud? ¿Cree que hemos llegado a un punto de no retorno en materia de derechos y libertades?

Desde una perspectiva histórica, pues sí. Hay más países y constituciones democráticas que nunca, pero parece que ahora los avances se hacen cada vez de forma más lenta. Por ejemplo, importantes sectores de nuestra sociedad no hacen suya la idea de la igualdad de la mujer o el respeto a la libertad de género. Se avanzó mucho en poco tiempo, pero parece que hemos tocado un techo invisible y que vamos algo para atrás. Lo peor es que aún nos falta un largo camino por recorrer en la defensa de los Derechos Humanos

 

¿Diría que un masón está obligado a defender los derechos humanos? ¿Es obligatoria su defensa para pertenecer a la francmasonería?

Entre los masones nos reconocemos como hermanos, y desde luego no sabría reconocer como hermano a alguien que no defienda los derechos humanos. Sería una contradicción. Un masón debe reconocerse por su defensa a la libertad de expresión y la defensa de los derechos básicos de cualquier ser humano.

“Entre los masones nos reconocemos como hermanos, y desde luego no sabría reconocer como hermano a alguien que no defienda los derechos humanos”

Tengo la impresión de que España no ha hecho suficiente por restablecer la honorabilidad de la masonería, como sí ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno. El franquismo les expropió todos sus bienes, además de abocarlos al exilio, la muerte o los trabajos forzados. ¿No cree que es hora de que el Parlamento español haga una declaración al respecto? ¿Piensa que el silencio será suficiente para ver consumado ese restablecimiento de la dignidad?

Son muchas las instituciones que han reconocido la honorabilidad de la masonería. Se puede hacer más, seguro. Quizá ya sea tarde y complejo abordar una reparación material, y con la crisis que tenemos en ciernes, pues más bien imposible e incluso inapropiado ante las muchas prioridades que tendrá el estado en los próximos años. La normalización de la visión de la masonería en nuestra sociedad es la asignatura pendiente, y es donde el gobierno puede colaborar sin necesidad de restar recursos a otras prioridades. Poder decir con orgullo a cualquier persona que eres masón sin ser juzgado por ello. También forma parte de los derechos humanos más básicos.

 

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