Tras la Sentencia que condena a 9 años de prisión, 5 años de libertad vigilada, 50.000 euros de indemnización y 15 años de alejamiento, a los integrantes de “La manada”, cinco jóvenes que abusaron sexualmente de una chiquilla de 18 años durante los San Fermines de 2016, nadie ha quedado contento. Los acusados que pensaban salir absueltos esgrimiendo los argumentos jurídicos que ha utilizado el magistrado en su voto particular, que el sexo fue consentido. La víctima que confiaba en que la condena fuera más alta, de 22 años, apreciando la agresión sexual, el robo del móvil y algunos agravantes. Y las mujeres en general que sienten que esta Sentencia perjudica a todas las mujeres al dar la impresión de que violar sale gratis en España.

No pretende esta columna de opinión hacer sesudas disquisiciones sobre el tipo penal del abuso y la agresión, ni sobre criterios jurídicos indeterminados como la prevalencia y la intimidación o sobre la práctica y valoración de la prueba en casos de violación, para ello hay numerosos artículos publicados por expertos en materia penal que lo han aclarado todo, sobre todo la diferencia entre el abuso, en el que no se aprecia violencia o intimidación y la agresión sexual donde si concurre uno o ambos requisitos.

Me gustaría detenerme en la sensación que hay en la calle de que los violadores salen impunes de este caso y, por ende, de cualquier otro ataque contra la integridad sexual de las mujeres que se producen en España, y no es así.

Para empezar, el día de los hechos, la Policía Foral de Navarra creyó a la chica, la atendió con enorme profesionalidad y detuvo a los presuntos agresores tan solo unas horas después. Y ya en esos San Fermines, hubo manifestaciones en contra de los abusos contra las mujeres que venían produciéndose en esas fiestas en lo últimos años. Numerosas muestras de repulsa contra ese tipo de violencia machista y de solidaridad y apoyo hacia la víctima surgieron por toda la geografía española y eso no debe olvidarse.

El juez de instrucción creyó a la chica y mandó a los cinco componentes de “La manada” a prisión provisionalsin posibilidad de eludir la cárcel bajo fianza, cárcel que no han abandonado en estos casi dos años que ha durado la instrucción y el juicio, pese a sus numerosas peticiones de libertad, llantos incluidos. Y en la que siguen tras la sentencia, pese a que caben aún diversos recursos ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra y ante el Tribunal Supremo.

Dos de los tres jueces que integran la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Navarra, han creído a la chica, su versión de los hechos, su no consentimiento a mantener relaciones sexuales con “La manada”, su miedo, su paralización ante la superioridad numérica y física de sus agresores y en base a ello han condenado a los cinco por abuso sexual agravado a nueve años de prisión. Solo uno de los miembros ha sido insensible al sufrimiento de la mujer, solo uno de los miembros ha ignorado que cinco tíos enormes habían arrinconado a una cría de apenas 18 años en un rellano oscuro, solo uno y su opinión no ha sido determinante.

La mayoría de la opinión pública española ha creído a la chica, no solo la ha creído, sino que ha empatizado con su dolor, con su sufrimiento, con su miedo y se ha lanzado a las calles para apoyarla, antes y después de la Sentencia.Las redes sociales están llenas de mensajes de ánimo, de cariño, de simpatía hacia la joven y consternación hacia lo que sienten como una pena insuficiente de sus agresores.

Lo que no me parece justo es que la indignación nos lleve a ignorar todo lo que acabo de explicitar, que, tanto desde las instituciones policiales, como judiciales y la sociedad en su conjunto, han creído a la víctima frente a sus cinco agresores, algo que no siempre ha sucedido así y esto dice mucho y bueno tanto de la sociedad española como de su Justicia, en sentido amplio. Si parece lo contrario, puede que otras víctimas tengan miedo de denunciar, que prefieran no pasar por el horror de un juicio si sienten que al final no van a recibir justicia. ¡Que no venza la manada!

Ahora, todas las partes en el litigio, la víctima, los acusados, Fiscalía y el Gobierno Foral de Navarra que actúa como acusación particular, han anunciado que van a recurrir la Sentencia, unos porque la consideran insuficiente, otros porque piensan que es excesiva. De ese modo, además de los tres magistrados de la Audiencia, van a conocer de los hechos, cinco magistrados del TSJ de Navarra y puedo que finalmente, también haya dictamen del Supremo, si se recurre a él, por lo que hay oportunidadde que instancias superiores aclaren si además de la prevalencia concurrió también intimidación y por tanto hay que agravar las penas y, de paso, se siente jurisprudencia aclarando estos criterios que son tan elásticos en la legislación actual.

Por otra parte, el legislativo, nuestros políticos, esos que andan rasgándose las vestiduras en los medios de comunicación a la caza de algún voto, hoy a favor de incrementar las penas a los violadores, ayer en contra de mantener la prisión permanente revisable para los violadores reincidentes, deberían plantearse que hay que reformar algunos aspectos del Código Penal, como por ejemplo los delitos contra la integridad sexual, sin aspavientos ni demagogias. Hay que hacerlo para proteger a las víctimas y para preservar la buena imagen de la Justicia, su independencia e integridad.

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Martu Garrote, 45 años, abogada en ejercicio, analista político en tertulias de televisión y radio y ha sido Directora Adjunta de EL OBRERO y subdirectora de El Socialista Digital. Aficionada a la lectura, el buceo, la fotografía y la cocina.