Un país como España se caracteriza por cientos de cosas buenas, pero si de algo podemos sentirnos orgullosos es de nuestra democracia y de la presunción de inocencia, derechos que llegaron de la mano al caer la dictadura.

«La presunción de inocencia» un concepto tan obvio como abstracto, que los tribunales españoles cumplen con absoluta dignidad. Incluso con aquellos que   asesinan a sus esposas, hijos, políticos, fuerzas de seguridad del Estado… en fin, la justicia es ciega y otorga al reo una condición que nuestro sistema recoge en la más alta normativa.

Sin embargo, no siempre fue así y parece que se nos ha olvidado. ¿Alguien recuerda quien trajo de la mano estos derechos? El ciudadano Borbón (como algunos le llaman) defendió e instauró, entre otros un nuevo sistema de gobierno en España: la monarquía parlamentaria.

Debo reconocer una actitud poco adecuada y una conducta menos ejemplar, en cuanto a negocios se refiere, durante los últimos años de reinado del que hoy es el rey emérito. Una piedra que llevará ya para siempre en su currículo y, peor aún en las páginas de la historia.

Ahora, si colocara en una balanza los dos párrafos anteriores, creo que ni siquiera este aparato sería capaz de saber hacia que lado inclinarse. Aunque para eso está el peso de la gravedad que la Constitución y la presunción de inocencia imprime sobre todo español.

Entonces sí, aquí veo con claridad y tristeza como algunos no están dispuestos a otorgar (salvo a quien ellos quieran), ambos derechos.  Después sonrío, somos una inmensa mayoría, como ocurrió durante la Transición los que abogamos por permitir que cualquier español, resida donde mejor le parezca siempre y cuando rinda cuentas a la justicia. Una idea, que por cierto, refleja el comunicado de Zarzuela aclarando dudas a cualquier sector disidente de Moncloa.

El diario El País, en su editorial califica hoy la decisión como adecuada, responsable y pertinente. Estoy completamente de acuerdo y a esto añado la presunción de inocencia del actual monarca quien de momento caracteriza su trabajo por las características que El País describe en la decisión de su padre.

Antes he nombrado algunos de los diferentes tipos de reos que tienen derecho a defensa ante un juez, pues bien ¿alguien piensa que deberíamos juzgar a su hijo o a la profesión de su hijo?  Creo conocer la respuesta ¿Y tú?