Tras la Sentencia Gürtell que ratifica la caja B del PP y refleja que el Presidente del Gobierno mintió en sede judicial al no reconocer que conocía de la existencia de estos pagos en B para evitar el reproche social, todos estamos de acuerdo en que las cosas no podían seguir como si no hubiera sucedido nada, pero de ahí, a presentar una Moción de Censura en menos de 24 horas, sin haberlo debatido internamente, sin haber hablado con uno solo de los necesarios socios de aventura y sin haber consultado a las bases como se comprometió al ser reelegido como el líder de la militancia socialista, como ha hecho Pedro Sánchez, va un abismo por el que puede que se despeñe todo el Partido Socialista Obrero Español.

La maniobra Loco Iván fue utilizada por los submarinos de la URSS y consistía en dar un giro de 180º para luego volver a la situación original y así comprobar que no les seguía un submarino enemigo aprovechando su estela. Aunque parecía que los rusos actuaban de una forma loca o errática lo cierto es que actuaban de forma deliberada para permitir que su sónar detectara posibles amenazas en su entorno.

La esperanza de los socialistas es que su Secretario General, Pedro Sánchez, que parece estar haciendo maniobras locas y erráticas, en el fondo albergue un objetivo que le permita salir airoso del tremendo lío en el que se ha metido, por su mala cabeza. Lamento anunciar a mis antiguos compañeros de fatigas que no creo que ni él mismo sepa dónde va con esta Moción de Censura y cómo pretende ganarla en el Congreso de los Diputados, lo único que todos tenemos claro es su clara obsesión por alcanzar La Moncloa como sea, aunque una vez en ella no pueda gobernar.

De estar en manos de otra persona, el PSOE hubiera reunido a sus órganos directivos, la Comisión Ejecutiva y, sobre todo, el Comité Federal, antes de anunciar que se había presentado una Moción de Censura con las firmas de todos sus diputados, sin ni siquiera hablar con ellos, utilizando unas hojas ya firmadas en blanco por si eran necesarias para alguna eventualidad. Una vez debatido en lo interno, algo que se podría haber hecho entre el viernes y el sábado, cualquier otro líder del principal partido de Gobierno de este país durante décadas, hubiera hablado con los dirigentes de aquellos que pudieran apoyar su Moción, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Y solo después de esto se habría optado por la presentación de la Moción de Censura, incluso sin contar con el apoyo de los anteriores.

La explicación que el propio Partido Socialista ha dado para tan precipitada actuación es que se quería evitar el peligro de que Mariano Rajoy dimitiera, disolviera las Cámaras y los españoles fuéramos llamados a las urnas para elegir a quién queremos poner al frente de nuestro país en este momento tan delicado. Es gravísimo que el PSOE reconozca que no ha querido dar voz a los ciudadanos, que asuma que si se ponen las urnas su resultado será lamentable, como anuncian las encuestas y con ello el sueño húmedo de Pedro Sánchez de dormir en La Moncloa solo sería eso, un sueño irrealizable.

Una vez se ha saltado al vacío, como ha hecho Pedro Sánchez, uno deja de ser dueño de su voluntad y pasa a estar al albur de las circunstancias y éstas no van a ser sencillas ni para el PSOE en General ni mucho menos, para su líder en particular. De momento, el Partido Popular que controla la Mesa del Congreso y tiene mayoría absoluta en el Senado ya ha fijado la fecha para debatir la Moción de Censura esta misma semana entre el jueves y el viernes, antes de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado por el Senado.

Los posibles socios de aventura, empezando por Podemos, ya han empezado a demostrar cuan poco de fiar son. Esta misma mañana, Pablo Iglesias ha dicho que apoyarían a Sánchez pero que, si el líder de los socialistas pierde la Moción de Censura, debería dejar la política. Algunos no hemos podido evitar la sonrisa al recordar que justamente hoy se cumple un año de que Pablo Iglesias perdiera su propia Moción de Censura y aquí le tenemos liderando Podemos casoplón de lujo con piscina mediante.

El resto de posibles apoyos andan, unos pidiendo qué hay de lo mío: Puigdemont y su hombre de paja Torra ya han pedido libertad para los políticos presos, los proetarras de Bildu han pedido por sus presos y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación del País Vasco… Otros andan decidiendo que harán: ERC ha dicho que cuando Pedro hable con ellos pues ya verán que hacen, el PNV dice que como no saben qué pretende Pedro con esto ya decidirán cuando le oigan… Y otros como Podemos y Compromís han dicho que apoyarán la Moción de Censura porque cualquier cosa que desaloje al PP les vale pero que el líder del PSOE debería haber hablado con ellos antes.

Con Ciudadanos decidido a que Mariano Rajoy salga del Gobierno, pero también a que seamos los votantes los que tengamos la última palabra sobre quiénes queremos que sean quienes nos representen en los próximos años y el PSOE empecinado en que Pedro Sánchez sea el presidente del Gobierno con sus exiguos 84 diputados y preso de Podemos y los independentistas, nada parece presagiar que la Moción de Censura vaya a salir adelante.

Pedro Sánchez anunció que celebraría elecciones pero que antes tendría que llevar a cabo una serie de Reformas para aplicar una suerte de “agenda social” por lo que no disolvería las Cámaras y pondría las urnas para que todos pudiéramos hablar alto y claro como se hace en democracia, con los votos, sino que se mantendría en el poder por un tiempo indeterminado. Este tiempo no sería inferior a lo que resta de legislatura porque la tarea que se auto impone es titánica con apenas 84 diputados, necesitando el apoyo bien de fuerzas antagónicas en sus programas sociales como son Podemos y Ciudadanos, bien teniendo que apoyarse en Podemos y en los secesionistas catalanes que solo van a lo suyo.

Cuando fracase la Moción de Censura, que fracasará solo habrá un derrotado, Pedro Sánchez y con él todo el Partido Socialista Obrero Español que por acción o con su silencio cómplice, ha empeñado el presente y el futuro de un partido centenario a esta maniobra a lo loco Iván.

El PP ganará unos días, pero todos saben dentro y fuera de esa formación, que esta legislatura se ha terminado y que Mariano Rajoy debe dar un paso atrás si es que quieren salvar algo del poder territorial que aún ostentan. Los independentistas catalanes vociferarán unos días sintiéndose más libres pero el artículo 155 seguirá controlando sus desmanes y la Justicia española persiguiendo sus latrocinios y Cataluña permanecerá como una Comunidad Autónoma de España. Podemos habrá conseguido un poco de oxígeno casi ahogados en la piscina del chalé de lujo de sus líderes, pero tendrá difícil cabalgar tamaña contradicción. Y Ciudadanos, superado el susto inicial de encontrarse con su primera prueba de fuego como futurible partido de Gobierno, seguirá recogiendo lo que otros se empeñan en lanzar por la borda.

El desenlace, antes de fin de año, en las urnas, contando votos expresados libremente por todos y cada uno de los españoles que tienen derecho a hacerlo y quieren hacerlo. Así es como debe ser en democracia y así es como será salvo carambola del destino.