Cada semana que pasa me digo a mi mismo “no vuelvas a escribir de política, sal de ahí, no te va a llevar a ningún lado” pero la altura de los políticos españoles no da para menos. Ya dije que qué triste desear volver a los largos años de bipartidismo corrupto; pero al menos solo nos robaban, no se habían propuesto acabar con nuestra salud mental. Cada semana el circo mediático-político llega a niveles extraordinarios. Ya sin la rutina parlamentaria, con sus ritmos y tiempos sosegantes, en comparación con este estado de precampaña constante en el que el único que parece tranquilo -o por lo menos no aparece y se le presupone tranquilo- es el Presidente Sánchez.
«Ya dije que qué triste desear volver a los largos años de bipartidismo corrupto; pero al menos solo nos robaban, no se habían propuesto acabar con nuestra salud mental»
En primer lugar la vuelta de Pablo Iglesias después de su baja de paternidad se ha saldado con la reivindicación de que cambiar pañales le ha hecho un mejor posible Presidente del Gobierno, la certeza de que los medios de comunicación somos unos impresentables que cobramos del capital -¡yo también quiero mi dinero!-; (algo que ha dejado claro mientras hacía una gira de reencuentro en todos los medios de comunicación, que me divertiría ver convertida en el Neverending Tour de Bob Dylan, con el que lleva dando la vuelta al mundo ininterrumpidamente treinta años, supongo que con ninguna gana de pasar por casa -y por casa nos referimos a Princesa, 3-) y con la ruptura con IU en Madrid.
La izquierda española, pero sobre todo la madrileña, parece que se conoció en el 15M, como cuando conocí a mi exnovia durante un festival; tardó tres años en dar el paso definitivo, y el creer que Unidos Podían les ha durado otros tres años, como el amor a Beigdeber. ¿Alguno de esos medios que trabajan para el capital podría contarnos a todos qué pasa exactamente aquí? El silencio alrededor de estos temas es inquietante. Sobre todo porque no se deja de hablar de ello, pero nadie da una sola clave válida que pueda ayudar al votante a decidir quién se ha cargado realmente el invento.
Por su parte la derecha ha decidido que de perdidos al ruedo y han anunciado un impresionante cartel para la corrida del 28A, que casi casi coincide con la Feria de San Isidro: imagino también una lucha interna de según que posibles diputados al abrir el armario en casa: ¿traje de chaqueta o de luces? Como bien apuntaba Javier Solana (al final he terminado diciendo esto demasiado joven) el Congreso es un lugar donde se hacen leyes. Por no decir aquello de “Manolete, si no sabes torear,…”.
«La izquierda española, pero sobre todo la madrileña, parece que se conoció en el 15M, como cuando conocí a mi exnovia durante un festival; tardó tres años en dar el paso definitivo, y el creer que Unidos Podían les ha durado otros tres años, como el amor a Beigdeber»
El omnipresente Steve Bannon, uno de los hombres más envidiados del mundo ahora mismo tras mudarse a Roma a destrozar la democracia occidental, tiene que estar descojonándose de la situación, jugando al ajedrez con un alfil con el casco de Abascal y una torre con la cara de Ortega Smith dandole jaque a las piezas de su bando y del contrario. Por eso Albert Rivera ahora se llama Alberto Carlos y le ha ofrecido un acuerdo de gobierno al PP y Pablo Casado, sin descongelar la sonrisa le ha dicho que sería un gran ministro de exteriores.
En Ferraz y en Moncloa, después de la presión a la que se vieron sometidos durante la negociación de los presupuestos han aprendido y espacian las apariciones y las declaraciones. Ya no hay fotos en el twitter de Moncloa, ya no se les escucha a ellos. Por eso Sánchez ha presentado hoy sus 110 propuestas junto a un corazón y el tema de conversación ha sido el presidente Mexicano. Apenas se oye nada. Excepto cuando abren los periódicos y se encuentran por un lado las encuestas en las que cada vez le sacan más puntos al segundo, y por otro las encuestas en las que cada vez hay más partidos luchando por ser el segundo, que se les escucha aplaudir. Muy bajito.