El Partido Popular, que tanto se ha beneficiado del voto de los pensionistas, de las personas mayores de este país, siendo el partido más votado entre los mayores de 55 años, puede haber encontrado, en este colectivo, su propio desastre de Annual.

Lo que ayer eran loas a nuestros jubilados, los que estaban sosteniendo a las familias, ayudando a hijos y nietos en paro, soportando los rigores de la crisis como un ancla firme en la que se sujetaban sus familias. Buenas y responsables gentes de edad que comprendían que, durante los tiempos duros, sus pensiones apenas se revalorizaran o incluso, perdieran poder adquisitivo a base de medicamentazos y copagos. Ahora se han tornado en crítica feroz a estos ingratos que piden, nada menos, que sus pensiones suban con el IPC, como toda la vida del señor.

Se los recrimina ahora que ¡se han comprado pisos! y que, por tanto, no tienen que pagar hipotecas o alquileres por lo que son unos privilegiados que han de contentarse con su pensión y no pedir dignidad en el trato de un Gobierno que les debe tanto, después de una vida de trabajo y sacrificio. O que sus pensiones “solo” han perdido unos puntos de poder adquisitivo mientras que los salarios de los trabajadores se han visto reducidos en torno al 30%. Mal de muchos, consuelo de abuelos.

Lo cierto es que hablar de pensionistas, en conjunto, es injusto y mueve a confusión. En España hay, a día de hoy (según las cifras de la propia Seguridad Social) 8.699.056 pensionistas, que cobran un total de 9.573.282 pensiones. Esto es así porque hay jubilados que cobran dos pensiones, bien porque cotizaron en el Régimen General y en clases pasivas antes de la aprobación de la Ley de Incompatibilidades, bien porque son viudas que además de la propia pensión contributiva cobran la parte correspondiente de la de viudedad y algunos casos más.

Entre un contingente humano tan amplio hay diversas situaciones que nada tienen que ver unas con otras. Porque la pensión mínima para personas de más de 65 años, con cónyuge, se fija en 788,90€ al mes, cuantía que se reduce a 639,30€ si uno está solo y a 606,70€ si el cónyuge no está a su cargo (es decir, tiene su propia pensión) o la pensión de viudedad oscila entre los 739,50€ si se tienen cargas familiares y los 484,20€ si se es menor de 60 años. La pensión máxima se fija en 2.580,13€ para todas las pensiones. Y finalmente se fija una pensión no contributiva de 369,90€.

No hace falta ser doctor en economía para comprender que, entre tanta variedad de ingresos, las situaciones son completamente diferentes y que, perder poder adquisitivo con 2.500 euros es menos dramático que perderlo con 606€ o 369€. Por tanto, deberíamos tratar de buscar soluciones equitativas y no igualitarias. Soluciones que ayuden a subir las pensiones mínimas que tiene a algunos de nuestros mayores viviendo en la miseria. Soluciones que pasen por no considerar igual lo que es completamente diferente, el derecho adquirido tras una vida de cotizaciones de la solidaridad social de atender a quien, no habiendo cotizado a contribuido a la construcción de este país, teniendo hijos, cuidando de la familia, ayudando en el campo…

La pensión media en España está en torno a los 1.065,53€, pero la diferencia entre Comunidades Autónomas oscila en más de 600€, por lo que no es lo mismo un jubilado de Vizcaya, cuya pensión media es de 1.346,66€ que la de un jubilado de Orense que es de 735,03€. La pensión media de viudedad en España es de 652,17€ y de nuevo existen importantes diferencias entre Comunidades Autónomas. Luego abundo en que no puede haber una solución única e idéntica para todos los jubilados, sino que debería estudiarse cómo mejorar las pensiones menores, cómo garantizar una pensión digna a nuestras abuelas, que no se incorporaron al mercado de trabajo pero que hicieron posible que lo hicieran sus maridos, cuidando de los mayores, de los hijos, de la casa, del campo… y todo ello sin recibir un euro a cambio y, lógicamente, sin cotizar a la Seguridad Social, pero generando riqueza.

Según el estudio elaborado por el barómetro VidaCaixa, el 20% de los jubilados cobra menos de 1.000€ al mes. Solo un tercio de los que terminan su vida laboral cobran más de 2.000€ de pensión y unos cuatro millones cobran menos de 1.500€. Y esto solo en el colectivo de pensionistas por jubilación tras agotar la vida laboral, ya hemos hablando antes de lo que sucede con las viudas y los viudos o con los que no llegaron a contribuir lo necesario para tener una pensión. Nuevamente queda claro que hablar de pensionistas en general es un error, porque no son un colectivo heterogéneo.

Hecho este retrato somero de la realidad de la que estamos hablando, lo cierto es que el Partido Popular está siendo insensible y bastante torpe en su respuesta a las justas reivindicaciones de los jubilados que hoy se movilizan por las calles de toda España. Primero los ignoraron, después empezaron a demonizarlos, como insolidarios o egoístas y ahora tratan de engañarlos con supuestas rebajas fiscales en el IRPF, que solo beneficiarían a aquellos que cobran más porque las pensiones medias y mínimas ya están exentas de tributar por su cuantía; o con un cheque para mayores de 80 años ( solo un 30% de nuestros jubilados) porque son los que, según ellos, tienen más gasto de medicinas o dependencia (sic).

Olvidan cuántos de esos mayores hipotecaron sus casas para tratar de rescatar a sus hijos y hoy se ven desahuciados o con deudas millonarias que se comen sus pensiones y les obligan a vivir en el umbral de la miseria. Olvidan cuántos de esos mayores han dejado de tomar sus tratamientos porque el PP les obligó a copagar sus medicamentos y esos pocos euros los necesitan para comer, o para dar de comer a sus hijos y nietos. Olvidan cuántos de esos mayores recogieron en sus casas a hijos y nietos al ser víctimas de la destrucción de empleo brutal en la que ha estado inmersa España en los últimos años. Olvidan cuántos de esos mayores son niñeras, cocineras, paseadores de niños, educadores a tiempo parcial, acompañantes a actividades extraescolares varias, guarderías, enfermerías, “casas de socorro” de los escasos y valiosos niños que hay en España. Olvidan.

Y ahora, el PP se enfrenta a una realidad aterradora, en su peor momento según las encuestas, con Ciudadanos comiéndoles la tostada del centro derecha español, de la derecha regeneradora, de la defensa de España, los jubilados le exigen que cumplan sus promesas. Les aseguraron que la subida del 0,25% de sus pensiones era debida a la crisis, pero que cuando se creciera económicamente, que cuando se creara empleo, volverían a subir con el resto de la vida y ahora resulta que era mentira. No hay dinero, dicen desde Moncloa, pero todos vemos como se perdona el rescate financiero (en Estados Unidos se ha recuperado hasta el último euro destinado a salvar la banca). No hay recursos, dice Montoro, pero se encuentran millones para rescatar autopistas de pago, que nadie pedimos, que no necesitábamos y que se construyeron con sobrecostes enormes, quizás a cambio de ayudar en alguna campaña electoral. No hay fondos, pero se renegocia el cupo vasco a la baja para que el PNV apoye los Presupuestos Generales del Estado del PP, más privilegios para los que más tienen a costa de todos. Igual lo que no hay es capacidad o, lo que es peor, voluntad.