Hace más de dos mil años, en la Antigua Roma, los hombres se creían muy honorables, rectos y pulcros en su comportamiento. Rechazaban las actitudes incívicas de pueblos a los que ellos llamaban “salvajes” con el único motivo de tener una excusa para invadirlos, mientras que dentro de las puertas de tan majestuoso imperio se realizaban demostraciones de salvajismo de bastante mayor calado que aquellas decían avergonzar a los impolutos senadores. Pan, circo e hipocresía. Todo se vuelve a repetir, nada es nuevo. En aquella esplendorosa época de nuestra historia se dijeron muchas frases que ahora ayudan a que la recordemos con mucha más fanfarria de la que seguramente tendría o que directamente atribuyó algún cronista a personajes al azar y quizás ninguna salió de la boca de nadie, aun así una de mis favoritas es: “Roma traditoribus non praemiat” o “Roma no paga a traidores”, refiriéndose a que una ciudad como aquella siempre estará a favor de la moralidad y nunca recompensará a quienes osen alcanzar los objetivos mediante el engaño o la traición. Pues bien, eso es precisamente lo que creo que ocurrirá en la apasionante final a ocho que se celebrará en Lisboa para decidir al campeón de Europa de esta eterna temporada que nos resistimos a dejar marchar. El equipo que menos traicione sus ideales y sepa conquistar esta guerra futbolística adaptándose a cada batalla de la mejor manera posible, se alzará con la Orejona. Porque esa es la clave en un torneo tan corto, ser capaz de mutar y plantarle cara a tu rival con las armas que se tengan, aunque sean ínfimas. No hay historia, ni astros que valgan, esto se va a decidir por estado de forma. En un torneo tan corto y puro, el ganador seguro lo merecerá ya que será el que mejor sepa gestionar los 270 minutos que le restan para morder metal. Vencerá el único que quede en pie. No es una carrera de fondo, es un sprint, pura supervivencia.
«En un torneo tan corto y puro, el ganador seguro lo merecerá ya que será el que mejor sepa gestionar los 270 minutos que le restan para morder metal»
Cada noche, desde el 12 hasta el 15 de agosto se disputará un partido de cuartos de final. El primer duelo, será uno de los más atractivos ya que se enfrentan PSG y Atalanta. Dos conjuntos antagónicos, el dinero contra lo que éste no puede comprar, Goliath frente a David, unos futbolistas atrapados en cárceles de oro contra otros que gozan de libertad para hacer vibrar a sus tifosi. En este partido, creo que todos vamos con la Dea. Es ese instinto que al ser humano le nace de posicionarse con el más débil, Bérgamo bien merece una gran victoria. Para intentar que sea la lógica la que se imponga, Neymar pilotará el transatlántico parisino-qatarí, ya que Mbappé llegará entre algodones. Necesitan una Champions League, porque para eso se construyó este proyecto a base de talonario. Es triste, pero es así. Ansían un título para cuadrar cuentas. Estoy convencido de que este partido será vibrante y mucho más igualado de lo que parece a pesar de las bajas en ambos conjuntos, balones al Papu Gómez y que el Dios del fútbol reparta justicia.
«El primer duelo, Dos conjuntos antagónicos, el dinero contra lo que éste no puede comprar…»
El otro encuentro de ese lado del cuadro, se disputará al día siguiente y en él pelearán por estar en semis tanto Leipzig como Atleti. La presencia de los alemanes en esta fase final, nos parece más rara que ver a Greta Thunberg tirar un tetrabrik en el contenedor azul del cartón. Su baza es el cerebro de un entrenador superdotado y que todavía está en la treintena, Julian Nagelsmann tiene aspecto de campeón del mundo de ajedrez y planteará un partido tremendamente complicada al Cholo Simeone aunque haya perdido a su Reina (Timo Werner) que goleará en Stamford Bridge. Puede parecer que el Atlético de Madrid está ante la mejor oportunidad de su historia, ya que muchos de sus fantasmas no viajarán a Lisboa, pero no podemos olvidar que Lisboa es el fantasma en sí mismo para los rojiblancos. Algunos atléticos todavía mojan la cama al oír alguna de estas tres palabras: “ramos”, “93” o “cabezazo”. A pesar de ello, los guerreros del Cholo son los máximos exponentes de la filosofía del partido a partido y no cabe duda que venderán muy cara su derrota. Prácticamente ya se están imprimiendo los carteles anunciando la semifinal entre PSG y Atleti, pero ojo porque el fútbol es muy cabrón y le encantan las bromas crueles del destino como sería la de obsequiarnos con un impresionante Atalanta-Leipzig luchando por un puesto en la final del máximo torneo continental.
«Puede parecer que el Atlético de Madrid está ante la mejor oportunidad de su historia pero no podemos olvidar que Lisboa es el fantasma en sí mismo para los rojiblancos»
Barça y Bayern de Múnich se citan en el tercero de los cuatro partidos de cuartos, los bávaros por boca de Lothar Matthäus ya han manifestado su superioridad y soberbia. Acostumbrados a liderar con tiranía una competición hecha a su medida y que año tras año debilitan fichando a las estrellas de los equipos que se atreven a hacerles una mínima sombra, acostumbran a mirar por encima del hombro a cualquiera. Es cierto que son una perfecta máquina engrasada y que tienen al mejor nueve del mundo, un polaco llamado Robert que mete goles con la misma facilidad que cualquier otra persona tiene para respirar; como también es cierto que este Barça agoniza en ideales y tiene muy poco fútbol, pero a un partido es un tremendo error dar a los blaugranas por derrotados. Quizás el Barça tenga poco fútbol, pero tiene al fútbol en sus filas. Leo Messi llega con hambre y con muchas cuentas pendientes tras fracasar de manera estrepitosa en Roma o Liverpool. No quiere volver a abandonar un terreno de juego con la cabeza gacha, y un poco de Leo Messi ya es mucho. Por todo esto, el Bayern haría bien en no confiarse. Torres más altas han caído, o centrales, que le pregunten a Jérôme Boateng.
«Quizás el Barça tenga poco fútbol, pero tiene al fútbol en sus filas. Leo Messi llega con hambre y con muchas cuentas pendientes»
Para finalizar esta fase, tendremos un City-Lyon que a priori también parece muy favorable para los de Pep Guardiola. Los franceses ocupan el lugar que CR7 había reservado, pero como hemos comentado con anterioridad el fútbol es tremendamente caprichoso y bello. Tras apear al Rey de Reyes y ser ridiculizado en Premier League por un alemán con una encantadora sonrisa y puñales escarlata, el Manchester City llega a esta final a ocho con la sensación de ser uno de los favoritos. Pep sabe que Europa sin Leo es poco más que una quimera, pero tiene una serie de tremendos peloteros comandados por Kevin De Bruyne quien consigue llevar al fútbol a su máxima expresión a pesar de esa cara de niño pelirrojo rebelde. El Lyon llegará hasta dónde lleguen las fuerzas de Depay, las milagrosas paradas de Lopes o la elegante distribución de Caqueret.
«el Manchester City llega a esta final a ocho con la sensación de ser uno de los favoritos»
Da Luz y el José Alvalade, Coliseos sin su pueblo, serán los escenarios de tan grandiosa y atípica Champions League. Ocho equipos luchando por la gloria a partido único. Disfruten, porque pasará muy rápido. Solo un conjunto merecerá pulgares hacia arriba. Lisboa no paga traidores.