En estos días de pandemia se ha podido ver como hay pocos derechos que sean más vulnerables y sensibles que el derecho a libre reunión y a la intimidad. Porque de golpe nos hemos visto obligados a permanecer confinados y, lo que es quizás más duro, solitarios. ¿Hasta que punto puede el Estado inmiscuirse en la vida privada de los individuos? Y es que esta retórica ha sido una constante en la doctrina occidental en lo referente a la relación Individuo/Estado.
“¿Hasta que punto puede el Estado inmiscuirse en la vida privada de los individuos? Y es que esta retórica ha sido una constante en la doctrina occidental en la relación Individuo/Estado“
“Prohibido prohibir”, exclamaban los revoltosos estudiantes de Mayo del 69, slogan brillante de clara factura publicitaria pero sin duda de carácter hueco. Porque todos estaremos de acuerdo que el Estado tiene que tener unos mecanismos para regular la Sociedad así como el monopolio del uso de la fuerza.
La discusión versa principalmente sobre los límites y, sobre todo, sobre los matices. Un ejemplo claro es la prohibición de las drogas denominadas “blandas”. Echemos la vista atrás, y fijémonos en nuestro referente en la lucha contra las drogas, como son los Estados Unidos. Fue en los primeros años del Siglo XX cuando en el país norteamericano comenzaron las restricciones en el uso del cannabis, tanto como fines puramente médicos con intención puramente recreativas, circunstancia bastante habitual hasta ese momento, y en la mayoría de los centros urbanos era fácil encontrar hachís para consumo, circunstancia que cambio con la promulgación de la Ley de Pureza de Alimentos y Medicamento, donde se exigía que ciertas drogas y medicamentos, como el cannabis, estuviesen debidamente etiquetados y autorizados. A partir de ahí, poco a poco, todos los Estados fueron endureciendo su legislación hasta llegar a 1932 donde el gobierno norteamericano aprobó la Ley de Control Uniforme de Sustancias Peligrosas, que obligaba a todos los estados a unirse a la lucha contra el tráfico de drogas.
Por otro lado hay teorías que sostienen que por ejemplo la introducción de la marihuana en el listado de drogas perseguibles tuvo un origen más cultural que de orden público. Y es que la Revolución Mexicana iniciada en provocó un gran flujo de inmigrantes a los Estados Unidos, los cuales trajeron con ellos sus costumbres, como puede ser el consumo de la marihuana. Uno de esos hábitos era el consumo de «marihuana», y muchos estudiosos defienden que la demonización de la marihuana era básicamente una extensión de la demonización de los mexicanos que llegaban a los Estados Unidos. Sin duda, una curiosa teoría.
“Hay teorías que sostienen que por ejemplo la introducción de la marihuana en el listado de drogas perseguibles tuvo un origen más cultural que de orden público”
Actualmente la polémica sobre si este tipo de drogas o no debe estar prohibido no hace más que crecer, y es que hay argumentos de cierto peso para su legalización como puede ser su carácter relativamente inocuo, no especialmente perjudicial para la salud (y que de hecho perjudica menos que drogas admitidas legal y socialmente como son el tabaco y alcohol). Por otro lado la regularización tendría consecuencias en el mercado negro, consiguiendo que se disminuyera el tráfico de esta sustancia, repercutiendo así en el control de calidad, pues se evitarían posibles adulteraciones y su mercado controlado supondría un incremento estatal en la recaudación de impuestos, y unos beneficios económicos para el país. Y todo esto sin entrar en otra importante polémica como es su uso con carácter medicinal.
Pero hasta que se resuelve de una manera definitiva y concluyente esta polémica, los aficionados al consumo de este tipo de sustancias tienen la posibilidad de adquirirlas de una manera legal y controladas por medio de internet donde por ejemplo se puede obtener e liquid CBD para vapear con sabor a marihuana o hachís, con todos los controles sanitarios pertinentes.
Y es que la legalización de estas sustancias parece una discusión interminable que al igual que la diosa Atenea castigó a Aracne a bordar todas las horas de su vida, nosotros estamos condenados a volver sobre la polémica una y otra vez…