El uso de dispositivos móviles ha aumentado entre los menores tanto en su ámbito de ocio como en el de aprendizaje debido a la inclusión de las TIC en las aulas. Pese a que estas herramientas ofrecen multitud de beneficios, también entrañan riesgos importantes.
Por eso es muy importante recordar a todos los padres o responsables de menores que Internet no es un juguete. Existe muchos peligros potenciales y por eso debemos educar y cuidar a los menores para que puedan tener una navegación segura.
Los riesgos más importantes que se pueden encontrar son los siguientes:
- SEXTING
Consiste básicamente en hacerse fotos eróticas y colgarlas en las redes sociales o enviarlas a través del móvil. Esta travesura o atrevimiento puede tener un efecto devastador, puede caer en manos equivocadas.
- CYBERBULLING
Es el acoso a través Internet, pero sin fines sexuales. Es decir, el uso de medios telemáticos (Internet, telefonía móvil, videojuegos on-line, etc.) para ejercer el acoso psicológico entre iguales. Se excluye el acoso o abuso de índole estrictamente sexual y los casos en los que intervienen personas adultas.
- GROOMING
Es el acoso sexual de adultos a menores, utilizando las redes sociales. El primer paso lo dan utilizando esa imagen o vídeo erótico del menor que han conseguido previamente, a veces mediante perfiles falsos.
- CONTENIDO INAPROPIADO
Pueden ser de diverso tipo: violentos, relacionados con el consumo de sustancias estupefacientes, lenguaje soez, pornografía, pornografía con menores y contenidos pedófilos, racistas o xenófobos, la apología de terrorismo, fabricación de artefactos explosivos, armas, juegos online de adultos, juegos de azar, apuestas o, sencillamente, páginas de hábitos poco saludables.
Cabe destacar las páginas relacionadas con la anorexia y bulimia, que incitan las jóvenes a caer en estas enfermedades. Disponen de sus propios acrónimos y hay comunidades de adolescentes creadas para compartir, exponer, incitar y aconsejar cómo dejar de comer, vomitar, etc. sin que se levanten sospechas entre familiares. Estas páginas se camuflan bajo los acrónimos Ana (anorexia) y Mía (bulimia). Tienen su propio lenguaje y utilizan blogs, chats, foros y redes sociales para promover sus “ideas” y “principios”. Se consideran “Diosas” y también se llaman “princesas o muñecas de porcelana”. También utilizan siglas, como IMC o BMI (índice de masa corporal), DA, TCA o ED (desorden alimentario), AN (anorexia), BN (bulimia). Algunos diminutivos, como Prin (princess o princesa) o Thispo (thinspiration).
Entre otros consejos, encontramos auténticas actitudes de riesgo como, por ejemplo, métodos para autoinfligirse dolor, cada vez que piensan en comida o “carreras” para ver quién pierde más peso en menos tiempo. El hecho de utilizar acrónimos, pseudónimos, diminutivos, etc. hace que, la tarea para filtrar estos contenidos, sea muy complicada.
- COMUNIDADES PELIGROSAS
En Internet es fácil encontrar grupos con un trasfondo perjudicial e inapropiado para los menores por su extremismo, odio y violencia por motivos étnicos, políticos, religiosos, de género, de identidad sexual, de clase social, etc.
- BULOS, MITOS Y FRAUDES
Es frecuente que se puedan encontrar con noticias falsas e incluso fraudes, que son difundidos con gran rapidez a través internet. Los menores son muy vulnerables a este tipo de noticias ya que no tienen la madurez suficiente para identificar la falsedad de la información.
- RETOS VIRALES
Se han convertido en uno de los mayores peligros en Internet. Bajo la apariencia de simples juegos entre amigos, se convierten en ocasiones en situaciones de riesgo que producen lesiones graves o incluso la muerte. Algunos ejemplos: Ballena azul, Momo, Balconing, Juego de asfixia, Reto de la canela, etc.
Para que el menor pueda enfrentarse a los distintos riesgos que se puede encontrar y pueda controlar la situación, debemos:
- Enseñar a nuestros hijos a contrastar la información e identificar fuentes de confianza.
- Escuchar y entender las inquietudes de los menores para que se sientan seguros y puedan compartir sus experiencias sin temor a la reacción de los adultos.
- Concienciar y promover el cuidado de la privacidad. Es necesario hacerles partícipes de las implicaciones y riesgos que supone no proteger la privacidad, tanto en la actualidad como de cara al futuro, mostrando las consecuencias para que comprendan todo lo que está en juego.
- Concienciar de lo peligroso que puede ser compartir información sensible (imágenes íntimas, contraseñas, geolocalización, mensajes que pudieran perjudicarles), aceptar como amigos a quienes no conocen en persona y quedar con desconocidos, etc.
- Hablar de los peligros que se pueden encontrar.
Por último, debemos recordar que la ley española no permite que por debajo de los 14 años los niños y adolescentes se abran cuentas en las redes sociales.
“El Reglamento de protección de datos de la Unión Europea, que entró en vigor el 25 de mayo de 2018, establece que la edad a la que los menores pueden prestar por sí mismos su consentimiento para el tratamiento de datos personales en el ámbito de los servicios de la sociedad de la información (en el que se incluyen las redes sociales) es de 16 años. Sin embargo, permite rebajar esa edad y que cada Estado miembro establezca la suya propia. El límite inferior es de 13 años. “
A partir de 14 años: Facebook, Snapchat, Youtube, Twitter, Instagram, Google.
A partir de 16 años Whatsapp, Telegram
Podéis encontrar en los siguientes enlaces más información de cómo proteger y educar sobre el uso correcto de Internet.