Fotografía Candela Ceniceros
Inmaculada Sáenz y Daniel Barrutieta son la alcaldesa y el teniente alcalde del municipio riojano de Nieva de Cameros y de su aldea, Montemediano. Les preguntamos por la vida en el pueblo, la España Vaciada, sobre enfoques de gestión rurales, y en especial sobre el potencial del mundo rural para la reconstrucción del país tras la pandemia del COVID-19.
Nieva de Cameros es un municipio que durante el invierno cuenta con menos de cincuenta habitantes, pero que por sus infraestructuras puede convertirse en el espacio de vida común de muchos más. Hay casas por llenar y espacios públicos por ocupar, desde la plaza del pueblo hasta los senderos de los montes que rodean el municipio. Aquí, en este pedacito de mundo donde lo público y lo común siguen siendo importantes, es donde ponemos el punto de mira hoy para presentar un nuevo camino hacia la reconstrucción.
Como hemos dicho, Nieva es un municipio de apenas cincuenta habitantes. Cuando hablamos de redes vecinales y asociaciones dentro del mismo, ¿a qué nos referimos ?
Realmente municipios como Nieva o Montemediano actúan como un tejido cuyos hilos unen a cada uno de los vecinos. Aquí siempre hay alguien cerca, ya sea en la casa de al lado o en la calle de en frente: siempre hay alguien dispuesto a ayudar. Las “cuadrillas”, por ejemplo, actúan como una especie de motor de vida durante todo el año, pero momentos más puntuales, como cuando en verano los hortelanos comparten sus cosechas con aquellas personas que no tienen huerto, afianzan el espíritu de solidaridad vecinal.
Por otra parte, en el ámbito asociacional, pese a ser pocos habitantes contamos con al menos tres asociaciones, entre las que destaca la Asociación Cultural, que con más de 300 socios, es la encargada de la dinamización del pueblo. También queremos destacar el Club BTT, que organiza una carrera que se ha convertido en el evento más multitudinario del año.
Pero queremos insistir en que cada uno de estos “núcleos” no actúa estrictamente por separado, sino que hay una red que une a todos ellos. Un ejemplo de transversalidad entre asociaciones es la creación de un “cinefórum” que se organiza todos los sábados de invierno por la tarde, y que no sería posible sin la colaboración de las asociaciones.
De hecho, todo lo que construimos lo hacemos desde la implicación de los habitantes, siempre dispuestos a invertir su tiempo para llevar a cabo cualquier actividad.
«Partimos de la base de que uno de nuestros objetivos como ayuntamiento es aumentar el número de vecinos, ya que consideramos que esto llevará al desarrollo del pueblo»
En estos momentos está de actualidad la carta que se ha enviado a Pedro Sánchez desde la España Vaciada reivindicando su papel en la reconstrucción del país tras la fase de confinamiento. ¿Qué posición tiene Nieva sobre esta plataforma de reciente creación?
Partimos de la base de que uno de nuestros objetivos como ayuntamiento es aumentar el número de vecinos, ya que consideramos que esto llevará al desarrollo del pueblo.
Por lo tanto, nuestro municipio en concreto forma parte de una plataforma llamada SOS Cameros, que se unió a la plataforma de la España Vaciada desde la manifestación de Madrid en marzo de 2019 bajo el lema “ser pocos no resta derechos”. Siempre hemos sido muy activos dentro de la misma, y de hecho, la primera reunión fuera de Madrid de la plataforma se realizó en Nieva. Además, en ella se nombraron unos portavoces entre los que nos encontramos como ayuntamiento.
Desde la España Vaciada nos hemos organizado recientemente con el objetivo de formar parte del Pacto de Estado para salir de esta crisis actual. Somos agentes sociales con ventajas respecto a los demás, ya que desde los territorios despoblados hemos conseguido dar una mejor respuesta ante la crisis, especialmente en la atención directa a todas las personas.
Desde las redes sociales y los medios de comunicación observamos las crecientes protestas desde el mundo rural que culpan al Gobierno de una gestión de la crisis demasiado urbanocéntrica, ¿consideran que es cierto?
Apoyamos estas protestas. En un primer momento entendemos que las decisiones se hayan tomado de forma nacional, pero esperamos que la desescalada no sea igual en las ciudades que en los pueblos. Confiamos poder volver pronto a la naturaleza, porque eso también es salud. De hecho, desde el ayuntamiento consideramos que tenemos la capacidad de organizar a los habitantes para que puedan salir a pasear de forma segura.
Además, nos unimos desde aquí a las reivindicaciones por el derecho al autoabastecimiento, que pasa necesariamente por labrar y sembrar nuestros huertos entre abril y mayo. Hoy en día se está permitiendo solo a los agricultores que forman parte de la cadena productiva ir a sus huertos, y nosotros, pese a no formar parte de esta cadena, consideramos que deberíamos tener pronto el permiso para cuidar nuestras tierras.
El problema es que quienes determinan las decisiones viven en despachos y en grandes ciudades, y por ello ven nuestras demandas con cierta lejanía.

Tras la salida del confinamiento, quizás haya gente que se replantee la vuelta al mundo rural. ¿Qué se propone desde Nieva para promover la repoblación?, y ¿cuáles son los problemas diarios y trabas institucionales a las que os enfrentáis?
Nosotros defendemos ser una oportunidad de futuro para muchas personas, pero tenemos grandes problemas para desarrollar todas nuestras capacidades.
Hay dos pilares básicos para atraer a la gente: la vivienda y el trabajo. En cuanto a la vivienda, tenemos la ventaja de que los alquileres son baratos, pero también desde el ayuntamiento hemos pedido una subvención para habilitar vivienda social. Además, estamos creando una bolsa de vivienda a partir de las casas vacías que se pueden ofrecer a las personas que están dispuestas a emprender aquí una vida.
Y con respecto al trabajo, apostamos por el empleo público, pero estamos peleando por territorializarlo, es decir, tener la capacidad de priorizar a quien quiera desarrollar su vida en el pueblo (sea habitante en la actualidad o no) a la hora de acceder a los puestos de trabajo públicos del municipio. Para ello hemos hablado con varios sindicatos con el objetivo de poder premiar en este sentido a quienes apuesten por vivir aquí.
Por lo tanto, los principales problemas a los que nos enfrentamos son: ciertos problemas de infraestructura como es la mejora del acceso a internet; las trabas burocráticas para territorializar el empleo público; y la falta de subvenciones, ya que no tenemos apenas presupuesto.
Tenemos que ver la crisis del coronavirus como una oportunidad, por lo que queremos sentar unas bases en torno a lo que hemos hablado, que permitan a la gente tras el confinamiento, si ese es su deseo, venirse al mundo rural. El objetivo es que encuentren aquí esas bases.
«Hay dos pilares básicos para atraer a la gente: la vivienda y el trabajo»
En cuanto al futuro que se viene, al salir de la crisis que estamos atravesando debemos construir sociedades más resilientes, ¿cuál debería ser el papel del mundo rural en esta construcción?
Debemos incidir en que la salida es una nueva oportunidad para la revalorización de lo rural, ya que esta crisis nos está demostrando lo frágil de los entornos urbanos, no solo en materia de salud, sino también de dependencia energética y alimentaria. Pero más allá del coronavirus, hay miles de personas que mueren al año por la contaminación, y ante eso el mundo rural tiene el potencial de dar respuestas.
Estamos ante la necesidad de aprender a sobrevivir a amenazas como esta, y es por ello que desde la política nacional y municipal debemos cuidar la vida, teniendo en cuenta su enorme fragilidad. Es necesario también cuidar nuestro medio, apostando por una vida más sencilla, pero también más resiliente ante las amenazas del mundo en el que vivimos. Sin nuestra vida y nuestro medio no se puede construir nada más.
Somos una gran oportunidad, ya que vivir en el medio rural no solo es más barato, sino también mucho más sostenible y saludable. Por ello trabajamos para impulsar la ocupación de estos espacios vacíos para que se llenen de vida: las casas, las calles, los huertos.
Y por último, queríamos acabar con la famosa frase de Eduardo Galeano con la que comenzamos nuestra campaña electoral: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Y esto es lo que nos mueve.