Ayer Hungría y Polonia paralizaron las medidas económicas con que la UE espera aliviar la crisis provocada por la COVID-19. Este tipo de ayudas extraordinarias se habilitan mediante un Plan Financiero Plurinacional de la UE, un proyecto de inversiones y gasto a siete años vista, cuya aprobación necesita de un voto unánime de los Estados. Basta que uno vote en contra para suspender todo el proceso.

Ya en verano vivimos un episodio parecido ¿recordáis? Mark Rutte, primer ministro de Países Bajos, paralizó dos veces las negociaciones del plan de recuperación porque quería que estas se basaran en créditos y no en ayudas a fondo perdido. En abril de 2021 tiene elecciones y en el país de los tulipanes ser duro con Italia, España y otros países da votos. Irónico para un gobierno que tuvo que recibir respiradores adicionales de Alemania.

«las medidas económicas con que la UE espera aliviar la crisis provocada por la COVID-19 … se habilitan mediante un Plan Financiero Plurinacional de la UE … cuya aprobación necesita de un voto unánime de los Estados»

¿Ocurrirá como entonces? ¿Tras un breve e intenso tira y afloja llegaremos a un acuerdo? Me parece más que probable. Precisamente Polonia y Hungría están bastante necesitadas de ayuda financiera. En verano, precisamente, hicieron frente común con nosotros, Italia, Grecia y Francia, frente a Países Bajos. Celebraron el acuerdo casi más que nosotros.

¿Qué ha pasado en cuatro meses? La Comisión Europea condiciona la entrega de fondos y ayudas al respeto al Estado de Derecho. ¡Qué draconiana! Por alguna razón los gobiernos húngaro y polaco creen que no sacarán matrícula en ese examen así que han decido votar no al Plan Financiero, a la vez que acusan a la UE de intromisión en su soberanía.

«la tensión en Varsovia y Budapest puede haber acabado de dispararse a raíz de la Estrategia para la Igualdad LGTBI que la Comisión Europea anunció esta semana»

El problema aquí es que los gobiernos húngaro y polaco han iniciado algo así como una revolución conservadora. Esta se proyecta en dos ámbitos: la defensa de una Europa blanca, con roles de género muy definidos, un esquema familiar tradicional y cristiana. Bueno, cristiana en el sentido de no queremos musulmanes ni gays, ni aborto. El sermón de la montaña y ayudar al prójimo tienen menor importancia.

En Polonia hay municipios declarados libres de homosexuales. El pasado mes se aprobó una reforma severamente restrictiva del aborto por un tribunal constitucional bien seleccionado. En Hungría las leyes entorno a los medios de comunicación hace años que suscitan preocupación.

Polonia y Hungría bloquean inclusión de derechos "LGBTI" en la UE

Además, ambos gobiernos han mostrado interés en ampliar sus poderes. En Hungría esto se ha producido en unos términos más personalistas, alrededor de la figura de Orban. En Polonia no existe un caudillo claro, sino más bien la cúpula del partido Ley y Justicia.

¿Es justo decir que Hungría y Polonia siguen una deriva autoritaria? ¿Qué es el autoritarismo? La diversidad de sus manifestaciones concretas encuentra un lugar común el desmantelamiento de los checks and balances. En otras palabras, se acaba con los controles sobre el Gobierno y la Administración. Por un lado, se anulan los controles internos, privando de su independencia funcionariado. En paralelo se aminoran progresivamente el control parlamentario y judicial.

«la Presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, lo ha dejado claro: habrá igualdad de derechos para familias LGTBI en toda la UE»

En nuestro país se habla a menudo de politización de la justicia. Este es un factor de riesgo para posibles derivas autoritarias. Sin embargo, la línea se cruza cuando el gobierno o una mayoría parlamentaria no autoritaria empiezan a nombrar a jueces de altos tribunales o se establecen sistemas de acceso a la carrera judicial cuya imparcialidad al evaluar al aspirante no queda garantizada. Luego, se les sustraen competencias: ciertos actos del gobierno se liberan por ley del control judicial, por ser actos políticos. Una vez hecho esto, aparecen las jurisdicciones especiales. Finalmente se purga la mermada judicatura de quienes no sean adictos al gobierno.

En la Hungría de Orban se pretendían crear una serie de tribunales administrativos para enjuiciar, entre otros, los delitos contra el honor del gobierno. Una jurisdicción especial nombrada a dedo por el Ministerio de Justicia. Después de fuertes presiones, la Comisión Europea ha conseguido que el gobierno magiar se comprometa a no implementar dichos tribunales, pese a que el parlamento aprobó la ley que le da cobertura para hacerlo. Polonia acumula más de un par de sanciones por negarse su gobierno a publicar las sentencias de su propio tribunal constitucional que no le gustaban, entre otras perlas.

Sin embargo, en mi opinión, la tensión en Varsovia y Budapest puede haber acabado de dispararse a raíz de la Estrategia para la Igualdad LGTBI que la Comisión Europea anunció esta semana. Desde 1999, la UE ha ido implementando progresivamente políticas contra la discriminación LGTBI en ámbitos como la Administración Pública, las Fuerzas Armadas, la policía o el mundo laboral. Ahora, la Presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, lo ha dejado claro: habrá igualdad de derechos para familias LGTBI en toda la UE.

«En la Hungría de Orban se pretendían crear una serie de tribunales administrativos para enjuiciar, entre otros, los delitos contra el honor del gobierno. Una jurisdicción especial nombrada a dedo por el Ministerio de Justicia»

¿Matrimonio igualitario en toda la UE? Me temo que no podrán llegar tan lejos, pero se quedarán muy cerca. Para empezar todos los Estados estarán obligados a reconocer algún tipo de vínculo legal para personas del mismo sexo y la crianza de hijos comunes. Además, a fin de garantizar la plena libertad de circulación y residencia en la UE, se pretende que todos los países reconozcan los derechos de parejas y familias LGTBI adquiridos en otro Estado miembro. Ergo si una pareja lésbica polaca se casa en Berlín, su gobierno habrá de reconocer ese matrimonio.

Me da que esta perspectiva no ha entusiasmado a gobernantes que han hecho de la homofobia una de sus señas de identidad política. Entre esto y dar marcha atrás en el control de la judicatura la paciencia se les ha acabado y la pataleta era inevitable. Pero ya se sabe que las pataletas duran poco. Hungría y Polonia siempre han sido más de jugar al gato y al ratón.