Pocas épocas trajeron más cambios que los años 60. Desde el arte hasta la política, desde el deporte hasta los derechos individuales, todos los pilares en que se sostenía la sociedad fueron puestos en duda. Y si toda época tiene sus iconos, los 60´s quedaron magníficamente reflejados en un puñado de instantáneas. Fotos icónicas como los atletas de color en el podio de las olimpiadas de México con el puño en alto revindicando sus derechos, o la niña huyendo del napalm rodeada de soldados norteamericanos en Vietnam supieron captar la esencia de una década que traería cambios hasta ese momento casi inimaginables. Fue una revolución social, política pero también, sexual. Porque las mujeres, quizás por primera vez en la historia, reclamaron su lugar en la sociedad.
“La sexualidad era un derecho de las mujeres, y si por un lado la píldora marcaba la sexualidad como fin y no como medio, el uso de un consolador la dotaba de una marcada autonomía en el placer”
El punto de partida fue la aprobación de la píldora en Estados Unidos en mayo de 1960 y en pocos años se instala una nueva moral donde la monogamia es sustituida por la poligamia. “Haz el amor y no la guerra” se puede leer en fanzines, camisetas y pintadas, se habla del amor libre y los sostenes son quemados públicamente en las universidades… y se populariza el uso de vibradores femeninos. Porque si bien el origen de estos aparatos hay que datarlo a finales del Siglo XIX cuando un médico inglés inventó lo que puede ser considerado el primer vibrador de baterías para mujeres, este fue realizado con fines estrictamente médicos (si “médico” puede ser entendido el combatir lo que en la época victoriana se conocía como «histeria femenina» mediante la masturbación), popularizándose su uso a mediados de los 60´s. La sexualidad era un derecho de las mujeres, y si por un lado la píldora marcaba la sexualidad como fin y no como medio, el uso de un consolador la dotaba de una marcada autonomía en el placer.
Y es que a partir de su indudable faceta lúdica, los vibradores también son instrumentos útiles para mujeres que padecen anorgasmia, vaginismo, trastornos del deseo sexual o problemas secundarios a los tratamientos oncológicos. Así en diversos estudios se ha podido constatar que mejoran la función sexual, además de promover comportamientos más saludables. Pero no solo en su finalidad, sino también en su diseño y comportamiento estos instrumentos han evolucionado en cientos de formas y diseños hasta llegar al que sin duda está resultado ser un verdadero fenómeno social, los succionadores de clítoris, del que se puede decir que ha marcado un antes y un después en el tema de los juguetes eróticos.
“… estos juguetes han evolucionado en cientos de formas y diseños hasta llegar al que sin duda está resultado ser un verdadero fenómeno social, el succionador de clítoris, que ha marcado un antes y un después en el tema de los juguetes eróticos”
¿Pero en dónde que radica su magia? Para comenzar hay que señalar que su funcionamiento es sumamente sencillo. En un pequeño cuerpo de menos de 17 cm. (el cual no tiene nada que ver con la fisonomía masculina) se le suma un cabezal el cual rodea el clítoris con una asombrosa suavidad y precisión, el cual no ejerce ningún tipo de contacto con el clítoris en sí, ya que ejerce la presión mediante ondas expansivas y aire, aumentando el ritmo sanguíneo y emitiendo de esta forma pequeñas «explosiones», y es que todo está pensando por y para el placer. Porque pese a su denominación de “succionador” no es un “aspirador” en miniatura sino que lo que produce es un excitante vacío en el clítoris, lo cual, unido a unas enérgicas pulsaciones, lo estimulan sin tocarlo, de una forma que no se ha sentido antes. Y a partir de ahí, la gloria en 11 diferentes niveles de intensidad garantizando el orgasmo en pocos minutos. Porque a diferencia de otros juguetes tradicionales, al no tratarse de vibración si no de ondas, no solo estimula la parte más superficial del clítoris, sino toda la estructura interna, con la ventaja añadida de no generan la hipersensibilidad que a veces lleva a que muchas mujeres paren tras un primer orgasmo con estos juguetes “tradicionales” porque el roce en el clítoris se vuelve un tanto molesto.
Otra característica del succionador es que está diseñado únicamente para ser usado exclusivamente en el clítoris, lo que hace se diferencie de esos modelos prefijados que ponen el foco de la sexualidad en la penetración. Parece ser que su “éxito” está casi garantizado, lo que ha llevado a algunos expertos a llegar a hablar del “síndrome de Charlotte” (la protagonista de la popular serie “Sexo en Nueva York”, donde la convencen para que se compre un vibrador y acaba recluida en casa, enganchada al placer infalible). Sea como fuera está claro que este pequeño “amigo” ha supuesto una pequeña revolución, y que junto a la “Casa de Papel” o la última novela de Pérez Reverte, el Satisfyer se puede considerar uno de los triunfadores de este 2019.
Porque como dijo una famosa activista sexual, «En el futuro, 2019 será recordado por lo que ha supuesto el Satisfyer». Y es que este pequeño aparato es, sin duda, el triunfador del 2019. Estas tardando.