No me ilusiona Koeman. Es más, no me ilusiona nada en este Barça excepto la dimisión fulminante de Josep María Bartomeu. Como es algo que desgraciadamente no va a pasar, porque para que eso ocurra habría que presuponerle a esta junta un mínimo de vergüenza que hace tiempo que se perdió, pues me voy haciendo a la idea de lo que puede ser el proyecto de este holandés que fue leyenda culé en los años dorados del Dream Team cuando los noventa todavía se estaban desperezando. Y es que eso, precisamente, dejarse llevar por la nostalgia y confundir pasado con presente es uno de los errores que no se pueden cometer si verdaderamente se quiere regenerar un equipo que lleva varios días en la UCI con pronóstico reservado.

«No me ilusiona Koeman. Es más, no me ilusiona nada en este Barça excepto la dimisión fulminante de Josep María Bartomeu»

Para empezar y a no ser que durante la temporada 20/21 se gane más de un título, algo harto improbable a estas alturas, el holandés recalará en el Barça porque el próximo presidente traerá consigo a su propio entrenador. Estoy de acuerdo en que para regenerar tanto un vestuario se debe tener carácter, pero también paciencia y tiempo para que tu idea cuaje. Antes de expulsar a las denominadas vacas sagradas, definición que viene como anillo al dedo para más de un jugador alejado de su forma física desde hace meses, la principal labor de Ronald Koeman será convencer a Leo Messi de que no viene aquí para ser un parche y de que la siguiente temporada no se perderá antes incluso de su inicio. Imagino la charla entre el astro argentino y el gigantón holandés con su cara congestionada, y cada vez me convenzo más a mí mismo de que no volveré a ver jugar a Leo con la blaugrana por muchos directores deportivos que despidan para hacerle el trauma más llevadero. La tarea de Tintín, como se le conocía en su época de jugador, es realmente titánica porque en el improbable caso de que consiga contar con Leo Messi para abanderar una revolución deberá tomar muchísimas decisiones e imponer una férrea disciplina. Koeman debe ser un auténtico enamorado del Barça para dejar a un combinado que era candidato a todo, como la Oranje, y bregar con una serie de estrellas venidas a menos que se aferrarán a su puesto como cualquier político medio de este bendito país. Otro añadido, es que a la hora de confeccionar su plantilla no tendrá apenas liquidez económica porque en el club no hay manera humana de cuadrar cuentas. Muchos de los pesos pesados que abandonarán el barco, se irán gratis.

«¿Hay algo positivo? Pues después de pensar mucho, creo sinceramente que sí. Dependiendo de la valentía del entrenador, el equipo puede tener la oportunidad de crear unos mimbres únicos»

Recapitulemos, Koeman cuenta con Bartomeu, no sabemos si todavía con Leo Messi y con un panorama desolador en el mercado de fichajes. ¿Hay algo positivo? Se preguntarán. Pues después de pensar mucho, creo sinceramente que sí. Dependiendo de la valentía del entrenador, el equipo puede tener la oportunidad de crear unos mimbres únicos. Echar mano de esa maravillosa cantera que tiene el club, con chavales listos para dejarse la piel y con el ADN Barça corriendo por sus venas. Recuperar algunos cedidos que todavía no han dicho su última palabra en el equipo y cohesionar todo esto con los jugadores que todavía sigan comprometidos y crean en la causa. Lo mejor que tiene el proyecto de Koeman es que no puede ser peor que el anterior, y desde esa perspectiva mediocre y cobarde únicamente cabe crecer. El equipo técnico del holandés es lo que más me ha llamado la atención y quizás lo que más confianza me ha transmitido, ya no solo la gran decisión de incluir a Henrik Larsson como enlace con los jugadores sino la de su segundo al mando. Alfred Schreuder, entrenador cuyo apellido me he visto obligado a cortar y pegar, fue el segundo de Ten Hag en ese Ajax que enamoró al mundo y también ha trabajado con Julian Nagelsmann quien es el entrenador revelación de esta Champions League.

Considero que las decisiones que se tomen en estas próximas semanas serán cruciales para el futuro del Barça, por lo que creo que lo más justo es darle tiempo para que las vayan tomando por si acaso me equivoco de todas todas y Ronald Koeman es el entrenador que demanda este equipo roto. Si verdaderamente es valiente y actúa por su cuenta siendo consecuente con sus ideas puede surgir algo bonito, de lo contrario será una temporada pérdida y eso es algo que este club no se puede permitir. Ajax, Benfica, Southampton, Valencia… y ahora el Barça. Todo esta en manos de este holandés errante, de él depende que los culés no solo le recordemos por aquel maravilloso tiro libre en Wembley que ya pertenece a otra vida. Welkom, Ronald.