Vetusta Morla es uno de mis grupos españoles favoritos, cada canción es una experiencia indescriptible y sus letras suelen transportarme a lugares muy lejanos. De entre todas sus obras maestras, una de las que más recuerdos entrañables me provocan es Copenhague que es una canción compuesta en homenaje a los “no lugares” que no existen y las mismas personas les hacemos existir. Cada vez que analizo la situación de Luis Suárez y Gareth Bale, me viene a la cabeza la  frase del maravilloso tema del grupo madrileño “el valor para marcharse, el miedo a llegar” y pienso en lo difícil que es saber irte cuando todavía te queda un poco de dignidad a la que agarrarte.

«Lo que está claro es que como aficionado a este deporte, me da una enorme pena que dos estrellas salgan por la puerta de atrás de lugares en los que han sido tan amados»

Son dos casos más unidos por las semejanzas que por las diferencias, y de los que resulta tremendamente difícil envilecer a cualquiera de las dos partes porque nunca sabremos al 100% los entresijos internos de la relación entre jugadores y clubes. Lo que está claro es que como aficionado a este deporte, me da una enorme pena que dos estrellas salgan por la puerta de atrás de lugares en los que han sido tan amados. Quizás el valor no resida tanto en marcharse del club de manera física, sino en tener el valor para reconocerse a si mismo que ya no son lo que eran y que su etapa ya ha terminado. Muy pocos han sabido colgar las botas sin arrastrarlas previamente, un ejemplo que me viene a la cabeza es el de Zinedine Zidane con aquella camiseta blanca Adidas de tirantes y la cabeza gacha mientras se despedía de un Bernabéu triste ya que era conocedor del fútbol que todavía atesoraba el galo en sus Predator.

Yo, como aficionado del Barça, estoy deseando que Luis Suárez abandone el club. Respetando en todo momento la figura del charrúa, tercer máximo goleador de la historia del Barça y poniéndome en su lugar, creo que es lo mejor para todas las partes. Incluso para él, aunque todavía no lo sepa. En mi opinión, el nueve uruguayo debe salir porque ya se ha convertido en una parte nociva del vestuario. Es un estandarte de los éxitos del club, pero también de sus fracasos. Sale en la foto de Roma, Liverpool y Lisboa, pero la diferencia de otros que también aparecen es que Luis Suárez nunca aceptaría un rol de revulsivo que sobre el papel sonaría perfecto porque todavía sigue siendo letal. Tiene demasiado poder sobre el vestuario y una influencia descomunal sobre un Leo Messi que necesita desintoxicarse. El problema es que parece ser que cuando te dicen que una compañía no te conviene, más cerca quieres estar de ella. La revolución necesaria para el Barça solo se puede dar siempre y cuando las vacas sagradas abandonen el barco, por lo que no solo debe existir tal cambio sino que además debe dar la sensación de que es profundo. Si Suárez se va, que no lo tengo tan claro, dará aire económico al club y esperanzas a los aficionados de que no todo vale. Quizás sea la única forma de que comencemos a comprender el significado de la palabra “meritocracia” y de que al propio Leo, al levantar los ojos en el pasto y no ver a su inseparable colega, le vuelva a ilusionar el proyecto del club. A Luis Suárez le vendría bien marcharse, porque todavía le quedan muchos goles y garra que aportar. Porque ojo, decir que el ciclo del charrúa en el Barça ha muerto no es contradictorio con manifestar que puede dar mucho en otro lugar.

«… decir que el ciclo del charrúa en el Barça ha muerto no es contradictorio con manifestar que puede dar mucho en otro lugar»

Gales. Golf. Madrid. Ese es el orden de prioridades de Gareth Bale, según la dichosa pancarta que sus compañeros de selección exhibieron tras una victoria galesa. Soy de los que opinan que la felicidad y el estado de ánimo de un jugador influyen muchísimo en su rendimiento, Bale no es feliz en Madrid en gran parte por culpa de Zinedine Zidane. Al final el británico quedará como culpable y se irá del club entre insultos de parte de la afición blanca, mientras que el entrenador galo lo observa con su media sonrisa sabedor de que ha ganado el pulso. Ni Gareth es tan malo, ni Zidane es tan bueno. Es cierto que el galés quizás no haya hecho todo lo posible, pero estaréis conmigo en que es muy difícil dar lo máximo de ti cuando el que debería ser tu apoyo no cree en ti. Porque Zizou también tiene un ramalazo tirano, o los suyos o ninguno. Morir con los tuyos siempre es respetable, pero siempre que vengan bien dadas. Bale me parece uno de los futbolistas con más aptitudes de todos los que han visto mis ojos, un portento físico y que a pesar de no cuajar, ha dado un gran rendimiento al club de Chamartín. Acabará yéndose si el Madrid paga parte de su ficha, y no cotiza que esta temporada en algún club de la Premier la vuelva a romper y el chico aburrido que se dedicaba a hacer travesuras en las gradas de estadios vacíos nos parecerá un recuerdo baladí.