Apenas sé cómo se me ha ocurrido esta locura, pero allá vamos. Entre esta semana y la próxima, intentaremos sintetizar el conflicto palestino-israelí en unas pocas líneas. Como sería imposible pretender que soy totalmente imparcial, al menos, miraré de bosquejar las percepciones emocionales de cada bando.

Contra la creencia más extendida, este conflicto no empieza después de la Segunda Guerra Mundial, con millones de supervivientes de “El Holocausto” desembarcando en Tierra Santa. ¿Cómo hubiesen resistido unos recién llegados hacinados en campamentos de refugiados una ofensiva árabe a los veinte y pocos meses de su llegada? Para ser justos, el sionismo nunca se ha incomodado demasiado con esta leyenda heroica, ni siquiera cuando se ha usado en su contra para presentar la fundación de Israel como una invasión que llegó casi de la noche a la mañana. Sin embargo, la presencia judía en Palestina era una realidad sólidamente asentada a finales de los años veinte.

“este conflicto no empieza después de la Segunda Guerra Mundial, con millones de supervivientes de “El Holocausto” desembarcando en Tierra Santa”

La convicción de que con el fin de la religión se acabarán los perjuicios se ve drásticamente desmentida cuando ojeamos la historia del antisemitismo. Con el fin de las monarquías absolutas, en Europa se consolidó una política de tolerancia religiosa. En principio esto auguraba que el viejo odio a los judíos se perdiera como tantos malos hábitos del medievo. Nada más lejos. La humanidad apenas conoce dificultades para argumentar sus perjuicios: religión, ciencia, economía… Todo se puede manipular.

Las teorías pseudocientíficas sobre la raza tomaron el relevo al fanatismo religioso con vertiginosa velocidad. Episodios como ataques a la población judía, sobre todo en la Europa del este, o el famoso caso Dreyfus (1894) en que un teniente francés fue condenado por espionaje sin más pruebas que su etnia, inflamaron el proyecto sionista.

“Episodios como ataques a la población judía, o el caso Dreyfus (1894), inflamaron el proyecto sionista”

En paralelo, florecían teorías de la conspiración contra los judíos a quienes se les acusaba de ambicionar el dominio mundial. El primer gran exponente de esto se plasma en Los protocolos de los sabios de Sion (1902), una falsificación de la policía secreta rusa, que recogía este plan secreto de los judíos para hacerse con un gobierno mundial anticristiano.

Ante semejante panorama, muchos judíos empezaron a ver claro que necesitaban un Estado para vivir en paz y a salvo.

“muchos judíos empezaron a ver claro que necesitaban un Estado para vivir en paz”

Inicialmente no estaba muy claro dónde había de ubicarse tal nación para los descendientes de Jacob. Por supuesto siempre estuvo en el imaginario sionista el regreso de Palestina. De allí los había expulsado el emperador Vespasiano en el año 70 d.C., después de una revuelta judía que terminó con la destrucción de Jerusalén y del Segundo Templo. ¿No sería prodigioso que tras casi dos mil años de la segunda diáspora retornaran a Tierra Santa? Para la rama más religiosa y tradicional del sionismo aquello los colocaría a la altura de figuras como el profeta Esdras y los judíos que tras la destrucción del Templo de Salomón (586 a.C.), el primer Templo, y la primera diáspora regresaron a Palestina (516 a.C.) desde su cautiverio en Babilonia.

Sin embargo, la mayoría del sionismo era más bien laico y estaban abiertos a soluciones mucho más pragmáticas. Aparece así el proyecto de comprar a Argentina una fracción de territorio poco poblado. Menos conocido, pero más cercano a realizarse estuvo el proyecto de que Israel se estableciera donde hoy está Albania o, al menos, parte de ella. Con su dominio sobre los Balcanes resquebrajándose, se pensó que el Imperio Otomano vería con buenos ojos ceder a los hebreos, en lugar de a los eslavos aquella provincia.

“la mayoría del sionismo era más bien laico y estaban abiertos a soluciones mucho más pragmáticas que volver a Palestina”

Después de la Primera Guerra Mundial estos proyectos dan un vuelco en favor del proyecto de restaurar Israel en Palestina. Hasta 1917-18, todo Oriente Medio había y la mayor parte de la Península Arábica se encontraban bajo control turco. Pese a compartir la misma religión que los árabes, estos siempre fueron ciudadanos de segunda en el Imperio Otomano, así que a los ingleses y los franceses les resultó bastante sencillo animar a una revuelta árabe contra Estambul.

La promesa de un gran reino árabe con capital en Damasco se vio defraudada por el Acuerdo Secreto Sykes-Picot, entre París y Londres. Acabada la guerra, Siria, Jordania y Líbano se convirtieron en protectorados franceses. Reino Unido incorporó Irak y Palestina a sus dominios que ya abarcaban en la zona Kuwait, Qatar, Omán, Egipto y Chipre. Cuesta poco imaginar hasta qué punto los árabes se sintieron traicionados.

“La promesa de un gran reino árabe con capital en Damasco se vio defraudada por el Acuerdo Secreto Sykes-Picot, entre París y Londres”

Entonces en 1917, cayó como una bomba la Declaración de Balfour: el Imperio Británico se comprometió ante el mundo a crear en Palestina un nuevo “hogar nacional” para el pueblo judío.

Muchos sionistas vieron el cielo abierto. ¡El imperio colonial más poderoso del mundo se convertía de repente en su aliado! En el Antiguo Testamento se atribuye a la inspiración de Yahvé la decisión del emperador persa Ciro de permitir a los judíos regresar a su Tierra. ¿Se repetía la historia?

“cayó como una bomba la Declaración de Balfour”

Los antisemitas también vieron el cielo abierto. La Declaración de Balfour fue impulsada por uno de los líderes más conocidos de la comunidad judía en el Reino Unido, el barón Rothschild, banquero y político conservador. A largo plazo esta circunstancia se ha utilizado para asegurar que Israel es un vástago de los millonarios judíos. La contabilidad sionista, perfectamente documentada, revela que los hebreos más acaudalados del mundo apenas invirtieron en el proyecto del regreso a Palestina, sino más bien fueron millones de pequeños donantes sobre todo judíos, pero también gentiles simpatizantes de la causa.

Las circunstancias no tardaron en dar la razón a los más escépticos, como el líder sionista internacional, Ben-Gurión. Las intenciones británicas no emanaban de una empatía sincera por el padecimiento histórico de los judíos. El texto de Balfour era calculadamente ambiguo. Crear un «hogar nacional» para los judíos no es lo mismo que crear un «Estado» hebreo.

“El texto de Balfour era calculadamente ambiguo. Crear un «hogar nacional» para los judíos no es lo mismo que crear un «Estado» hebreo”

Pese a la purga de Vespasiano, la presencia judía en Palestina nunca había desaparecido del todo. Hacia finales del siglo XIX, la migración ya se había incrementado ligeramente, sin que la población hebrea dejara, por ello, de ser una minoría de apenas el 5%. A mediados de la década de los treinta, el porcentaje rondaba el 30%.

El gobierno británico alentó la migración judía durante casi una década. Con la presencia judía en la zona pretendía prevenir cualquier conflicto entre autoridades coloniales y árabes en el protectorado de palestina. Para ser exactos, vieron en la instrumentalización del sionismo una oportunidad para sustituir un conflicto por otro de corte interno. Sin embargo, a principios de los años treinta esta política muere de éxito.

“El gobierno británico alentó la migración judía durante casi una década”

Las primeras olas de migración hebrea fueron bastante bien recibidas por los árabes. En especial, los terratenientes palestinos se encandilaron con aquellos simpáticos judíos a quienes vendían parcelas de tierra desértica a precios desorbitados. Por cierto, sin que las autoridades británicas hicieran nada por prevenir estos abusos comerciales contra la migración que ellos mismos promovían.

Mediante esa legendaria laboriosidad obstinada que se asocia a los judíos, aquellos eriales desangelados se convirtieron en granjas relativamente fértiles mediante técnicas de regadío y labranza modernas. Este es el origen histórico de los Kibutz o granjas comunitarias. Emplazamientos clave para el surgimiento del Estado de Israel, los trabajadores de los Kibutz cobraban el mismo sueldo, sin importar su antigüedad o cargo, los hijos se criaban en común y prácticamente todas las comidas se hacían en comedores comunales.

“los terratenientes palestinos se encandilaron con aquellos simpáticos judíos a quienes vendían parcelas de tierra desértica a precios desorbitados”

¿Por qué modificó su política el Imperio Británico? Como decimos porque tuvo demasiado éxito. La jugada prosionista no sólo irritó a los palestinos, sino al conjunto del mundo árabe que ya estaba bastante caldeado desde la puñalada de Sykes-Picot. Por si el riesgo de un alzamiento árabe no era poca cosa, a lo largo de los años treinta, el peligro de una nueva guerra mundial se ve cada vez más cercano. ¿Y si los árabes se aliaban con el otro bando?

A mediados de los años treinta Londres bloquea la llegada de más judíos a Palestina. Ni siquiera hará excepciones con los judíos alemanes, privados de su nacionalidad tras la aprobación de las Leyes de Nuremberg (1935), cuando los pogromos de la noche del 9 al 10 de noviembre, conocidos como la Noche de los Cristales Rotos (1938), dejaron claro cuán insegura era su situación en Alemania.

“A mediados de los años treinta Londres bloquea la llegada de más judíos a Palestina”

En la propia Palestina, los árabes empezaron a recelar de los Kibutz, cuyo número había aumentado demasiado para su gusto. Además, su concentración en una franja concreta del territorio parecía precipitar la división de un territorio que consideraban propio. Rápidamente, empezaron a registrarse episodios de violencia. Ante la pasividad de las fuerzas británicas, los judíos empiezan a adiestrarse militarmente, o, mejor dicho, paramilitarmente. Este no es sólo el origen de las fuerzas armadas de Israel, sino de la Brigada Judía (30.000 soldados) que lucharía con los ejércitos ingleses en la Segunda Guerra Mundial.

A finales de 1936, los británicos se ven obligados a dejar de mirar para otro lado. Sus tropas intervienen en Palestina para detener el conflicto entre etnias que ya merece describirse como una auténtica guerra civil. La paz impuesta por las bayonetas inglesas dejó mucho resentimiento en ambos bandos. Los judíos lamentaban que hubiesen tardado tanto en intervenir. Los árabes empezaban a ver a los ingleses y a los judíos como uno y lo mismo.

“A finales de 1936, los británicos se ven obligados a dejar de mirar para otro lado y parar el conflicto entre etnias”

Ya con la Segunda Guerra Mundial en marcha, alrededor de 1940, se produce un alzamiento panarabista en Irak, Jordania, Siria y parte de palestina. Al frente del movimiento se encuentra Amin al-Husayni, el Muftí de Jerusalén. Este líder palestino fraguó la alianza, o, al menos, el intento, entre el panarabismo y los nazis. Los ejércitos coloniales británicos aplastaron su revuelta demasiado pronto y, poco después, forzaron la abdicación del Sah de Irán, también pro-alemán, en favor de su hijo, Reza Pahlevi, el último monarca de aquel país.

En gran medida, la alianza entre el panarabismo y los nazis fue accidental. Se resume en aquello del enemigo de mi enemigo… Sin embargo, Amin al-Husayni fue más allá. Visitó los campos de exterminio, trabó amistad con figuras como Eichmann y defendió públicamente el genocidio.

“la alianza entre el panarabismo y los nazis fue accidental. Se resume en aquello del enemigo de mi enemigo… Sin embargo, Amin al-Husayni fue más allá”

La influencia de Amin al-Husayni en el conflicto palestino-israelí no parece de entrada relevante. Pero a nivel psicológico merece un estudio profundo. Sus conexiones y simpatías con el nazismo propiciaron el decaimiento de la vocación de gran parte del sionismo por alcanzar un acuerdo con los árabes-palestinos que propiciara un nacimiento pacífico del Estado de Israel. En su lugar, se extendió el convencimiento de que sólo mediante la fuerza alcanzarían su objetivo.

Así, con la convicción de que palestinos e israelíes eran enemigos, ambas comunidades llegan a 1947. La Segunda Guerra Mundial ya ha acabado y los inglese han elaborado un plan para dividir palestina en un estado judío y otro palestino.