Atroz, pero fácil de explicar, la cuasi guerra civil que vive Sudán desde hace dos semanas se resume: dos hombres peleando por el poder. El general Abdel Fattah al-Burhan comandante supremo del Ejército y Presidente de facto del país se enfrenta a su número dos, el general Mohamed Hamdan Dagalo. Vaya es la vieja historia, conocida por tantas sociedades, que insiste en repetirse.
La frivolidad atroz de esta disputa por el gobierno que desangra a un país tan pobre en una lucha fratricida nos recuerda demasiado a lo vivido en su vecino meridional. Poco después de su independencia (2015) de Sudán, Sudán del Sur se vio arrastrado a una guerra civil capitaneada por un Presidente, Kiir Mayardit, contra su Vicepresidente, Riek Machar. En Sudán del Sur las armas mataron a miles en unos pocos años. Pero la falta de acceso al agua potable, el cólera y las intoxicaciones alimentarias se cobraron más muertos.
“la cuasi guerra civil que vive Sudán desde hace dos semanas se resume: dos hombres peleando por el poder”
Aunque Sudán es algo más rico que su antiguo vecino escindido, pero no demasiado. Casi el 80% de sus habitantes malviven con aproximadamente 678’44 euros al año. El acceso a luz eléctrica, a servicios sanitarios y agua potabilizada se reducen a una minoría.
Estos factores explican en gran medida su baja esperanza de vida, mortalidad infantil y fallecimientos en el parto. Sí bien, estos últimos dos factores han de vincularse también a la mutilación genital femenina. Esta práctica no sólo se encuentra muy extendida en el país. Cerca del 87% de las sudanesas han sido mutiladas. Además, abunda su modalidad más peligrosa, la que la OMS denomina tipo III. Consiste en mutilar los labios mayores y menores de la vulva. Después se cose la boca de la vagina. No se descose hasta la noche de bodas, como garantía de la virginidad de la novia.
“la mutilación genital femenina se encuentra muy extendida en el país. Cerca del 87% de las sudanesas han sido mutiladas”
El país también presenta una tasa elevada de analfabetismo (60%) y carencias periódicas de combustible y bienes de consumo a causa de sus pésimas infraestructuras y logística.
Para hacernos una idea, la semana pasada hubo un alto al fuego en la zona de la capital, donde tienen lugar los combates más encarnizados. Aunque no se respetó por completo, hubo un cierto margen para huir de Jartum, la capital, y otros núcleos urbanos donde se concentran las luchas en este momento. No obstante, la falta de combustible obligó a muchos a quedarse o a abandonar sus vehículos para huir a pie.
“la semana pasada hubo un alto al fuego en la zona de la capital, […] la falta de combustible obligó a muchos a quedarse o a abandonar sus vehículos para huir a pie”
Si el conflicto se prolonga, la crisis humanitaria alcanzará proporciones catastróficas. La falta de agua potable matará a más gente que las balas.
No obstante, hay algunos motivos para un optimismo tímido. Retomando la comparación con la guerra civil de Sudán del Sur, allí el conflicto se nutría de tensiones étnicas profundas. En Sudán, en cambio, los combates derivan de la lucha personal por el poder.
En abril de 2019, los militares depusieron al dictador Omar al Bashir quien cumplía treinta años en el poder. Pese a las promesas de una rápida transición a un gobierno civil democrático, estamos en 2023 y una Junta Militar sigue rigiendo el país.
“En abril de 2019, los militares depusieron al dictador Omar al Bashir”
Según sus manifiestos, Hamdan Dagalo asegura que se ha levantado en armas para forzar la transición a la democracia. Igual resultaría algo más creíble si la fama de este líder castrense no viniera de la mano de las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Este grupo paramilitar se hizo un nombre en los noticiarios internacionales cuando pocos meses después de la caída de al Bashir, el 3 de junio de 2019, cuando ejercieron de brazo armado de la Junta Militar. Desde hacía unos días los civiles presionaban en las calles de Jartum reclamando la entrada de civiles en el gobierno.
“Hamdan Dagalo asegura que se ha levantado en armas para forzar la transición a la democracia”
Las Fuerzas de Apoyo Rápido disolvieron las manifestaciones disparando contra los civiles. Se contabilizan aproximadamente 100 muertos y 70 violaciones de hombres y mujeres. Este dato puede parecer chocante, pero entre pueblos guerreros, la violación de hombres está normalizada como arma de guerra. El episodio se conoce como la “Masacre de Jartum”.
La mayoría de los integrantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido fueron conocidos antes como los yanyauid, literalmente, “jinetes armados”. Étnicamente pertenecen a las tribus Baggara y algunos grupos minoritarios nilo-shaarianos. Durante el conflicto de Darfur (2003), los yanyauid operaron como un grupo paramilitar partidario del gobierno de Omar al Bashir, aunque oficialmente era independientes
“las Fuerzas de Apoyo Rápido fueron conocidos antes como los yanyauid”
En realidad, se trataba de un cuerpo de élite de las Fuerzas Armadas, financiado y armado por el dictador sudanés. Su independencia formal se convirtió en la excusa predilecta de al Bashir y su cúpula militar para negar toda relación con el genocidio de Darfur.
Los yanyauid se ganaron su fama de luchadores sanguinarios no sólo luchando contra rebeldes armados. Más de 400.000 civiles de las minorías fur, zaghawa y masalit hallaron la muerte a sus manos. La intervención internacional detuvo las matanzas, pero el grupo se mantuvo activo y su vinculación con el ejército sudanés cada vez se volvió menos discreta.
“En el genocidio de Darfur los yanyauid masacraron a más de 400.000 civiles de las minorías fur, zaghawa y masalit”
El liderazgo de Hamdan Dagalo no se estancó en el mero caudillismo, sino que modernizó el grupo. Mejoró su formación y adiestramientos. También le buscó vías de financiación que lo hicieran más independiente. ¿Uno de sus amigos? Los mercenarios rusos del Grupo Wagner y el propio gobierno ruso.
A juzgar por su pasado reciente, cuesta imaginar a Hamdan Dagalo como un campeón de la libertad. Más probable parece que, si no el propio Presidente derrocado, personas cercanas a él que se han visto apartadas del poder, azucen ahora a los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido para recuperarlo.