La semana pasada, Gabón vivió su propio golpe de Estado. El parecido con lo ocurrido en Níger es, como poco, notable. En ambos casos, el principal agente golpista fue la Guardia Presidencial. En ambos países, el líder de este cuerpo militar ha terminado ocupando la presidencia. Pero no debemos ignorar las profundas diferencias que reducen el parecido a lo puramente superficial.
Con sus aciertos y errores, Bazoum alcanzó la presidencia nigerina en unas elecciones libres y democráticas. Además, se trata del primer Presidente nigerino democráticamente elegido que recoge el testigo a otro Presidente democráticamente elegido. El golpe de Tchiani ha devuelto Níger a un gobierno militar, aprovechando la frustración de un país que, tras décadas de expolio francés, ahora padece, como pocos, la crisis alimenticia derivada de la guerra en Ucrania. La cruel ironía es que Tchiani se echa en brazos del Kremlin como si no hubiera un mañana.
“La semana pasada, Gabón vivió su propio golpe de Estado”
En Gabón las cosas son diferentes. El país adquirió su independencia de Francia en 1960. El Primer Ministro del protectorado francés, Léon M’Ba que había negociado la independencia se convirtió en Presidente.
El país imitó el modelo francés de la Quinta República. Convivían un Presidente, directamente elegido por el pueblo, y un Primer Ministro, si bien, el auténtico líder del gobierno era el primero. El poder legislativo quedaba confiado a la Asamblea Nacional. Apenas unos meses después de la independencia, en 1961, sin embargo, se aprobó una reforma constitucional que suprimió el puesto del Primer Ministro, imitando el presidencialismo puro, el estadounidense, donde Jefe de Estado y de gobierno son la misma personal.
“En Gabón […] adquirió su independencia de Francia en 1960”
No es que las cosas fueran perfectas, pero el país andaba más o menos bien. La democracia podría haberse consolidado, si el compromiso por respetarla se hubiese mantenido. Sin embargo, M’Ba empezó a ver peligrar su poder personal, ante el auge de la Unión Democrática y Social de Gabón, partido rival del suyo, el Bloque Democrático de Gabón.
En un primer momento se ofreció a integrar a miembros de la Unión Democrática en su gobierno. Estos aceptaron, pero sin renunciar a presentar un candidato propio en las siguientes presidenciales. Disgustado, M’Ba llevó entonces su presión más lejos, exigiendo a la Unión Democrática que se fusionara con su Bloque Democrático. En la práctica, esto implicaba convertir Gabón en un régimen de partido único.
“M’Ba empezó a ver peligrar su poder personal, ante el auge de la Unión Democrática y Social de Gabón”
Ante la negativa de la Unión Democrática y su pérdida de apoyo en el parlamento, M’Ba disolvió la Asamblea Nacional en enero de 1964. El 17 de febrero, el ejército, apoyado por la oposición, depuso a M’Ba.
Pero el Presidente estaba lejos de aceptar la derrota y pidió ayuda al general De Gaulle. El Presidente francés consideró que valía la pena echarle una mano a M’Ba, quien desde entonces quedaría en deuda con la antigua metrópolis colonial.
“M’Ba disolvió la Asamblea Nacional en enero de 1964. El 17 de febrero, el ejército, apoyado por la oposición, depuso a M’Ba”
Apenas dos días después del golpe, el ejército francés intervino en Gabón. Mediante una exitosa operación relámpago, las tropas galas restablecieron a M’Ba en la presidencia. A partir de entonces, se comportaría como un dictador y malvendió los recursos petrolíferos y otras reservas naturales de su país a compañías francesas. Estas, por cierto, ahora ve amenazada la continuidad de sus operaciones en el país africano.
En 1967 sus problemas de salud cardiovascular obligaron a M’Ba a mudarse a París, donde falleció. Su vicepresidente, Omar Bongo, le sucedió en el cargo, preservando las líneas maestras del gobierno dictatorial ideado por M’Ba. En 1975, en un amago democrático, reabrió la oficina del Primer Ministro, volviendo al modelo constitucional francés. En la práctica, sus poderes como Presidente no disminuyeron lo más mínimo.
“Apenas dos días después del golpe, las tropas galas restablecieron a M’Ba en la presidencia”
En 2009, el cáncer de intestino delgado llevó a Bongo a la tumba. Como su predecesor, la falta de instalaciones hospitalarias decentes le obligaron a morir en el extranjero. Concretamente en nuestra Barcelona, en la Clínica Quirón.
Según el reportaje de Le Monde, se herederos adquirieron una fortuna cercana a los 3.000 millones de euros, entre propiedades inmobiliarias y metálico. Por si hay alguna duda, no, su sueldo de Presidente no daba para tanto. Claro que no todo es dinero. A su hijo también le dejó la Jefatura del Estado.
“En 2009, el cáncer de intestino delgado llevó a Bongo a la tumba […] en nuestra Barcelona”
Tras unos pocos meses en que la Presidenta del Senado de Gabón, Rose Francine Rogombé, ejerció de Presidenta interina, Alí Bongo ganó las siguientes elecciones presidenciales. Desde entonces, se mantuvo en el poder hasta la semana pasada, cuando la Guardia Presidencial lo derrocó, días después de unas elecciones a las que llamar “dudosas” es quedarse muy corto o pasarse de generoso.
El general Brice Oligui está ahora a cargo del nuevo gobierno, el Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones. ¿Su promesa? Convocar elecciones libres y honestas en el menor término posible. También quieren desembarazarse de la tutela francesa.
“Alí Bongo […] se mantuvo en el poder hasta la semana pasada, cuando la Guardia Presidencial lo derrocó”
Por supuesto, no sería la primera vez que un líder militar derroca a un dictador, con grandes promesas democráticas de palabra, simplemente para ocupar su lugar e incluso empeorar su despotismo. No obstante, aún es pronto para juzgar a Oligui quien merece una oportunidad.