Apenas causó sorpresa la condena del líder de la oposición senegalés, Osmane Sonko. Tampoco ha sorprendido que los partidarios de la oposición mostraran su indignación en las calles. Lo que no se esperaba es la intensidad: 16 muertos y más de 350 heridos en una tarde. Y estos datos sólo cubre el jueves pasado, día que se conoció la sentencia. Desde entonces, las cosas no se han calmado.

Político de 48 años, se distinguió como jefe de inspectores de hacienda de su país. En 2019 se convirtió en el candidato más joven a unas elecciones presidenciales de su país. Pese a que no se alzó con la victoria, su estela política y popularidad no han hecho más que crecer desde entonces. Muchos sondeos le dan por ganador en las presidenciales de 2024, si es que puede presentarse a ellas claro.

“Apenas causó sorpresa la condena del líder de la oposición senegalés, Osmane Sonko”

El 4 de marzo, una joven le acusó de agresión sexual. Sonko negó los cargos, pese a lo cual el Parlamento, de mayoría presidencial, levantó su inmunidad como diputado para que se le pudiera juzgar.

No es que la condición de líder popular de la oposición sea incompatible con la de agresor sexual. Sin embargo, las denuncias por las irregularidades del juicio han resultado numerosas. Las acusaciones parecen poco consistentes y el círculo de Sonko asegura que el tribunal ha ignorado deliberadamente testimonios exculpatorios.

“las denuncias por las irregularidades del juicio han resultado numerosas”

En las últimas décadas, Senegal ha mejorado considerablemente su nivel de vida, que sigue siendo deficitario para gran parte de su población. Entre otros factores, este proceso se ha visto favorecido por una estabilidad política considerable. Precisamente esta estabilidad podría estar en peligro.

El régimen político de Senegal muestra muchas similitudes con el francés. Existen un Presidente elegido directamente por los ciudadanos ostenta gran poder de gobierno. La figura del Primer Ministro, como jefe de Gobierno, no queda asimilada por la presidencia, pero en la práctica este trabaja bajos las órdenes del Jefe del Estado.

“El régimen político de Senegal muestra muchas similitudes con el francés”

Como su antigua metrópoli colonial, no ha implantado un Tribunal Constitucional, sino que un Consejo de la República, integrado sobre todo por políticos, analiza el ajuste a la carta magna de las leyes antes de su entrada en vigor o de las consultas sometidas a referéndum antes de la votación. Aunque la argumentación de estos consejos, en África o en Europa, suele ser escuálida por no decir inexistente.

Quizás la diferencia más visible con Francia es que Senegal no dispone de un régimen bicameral. Carente de senado, su parlamento se compone de una única asamblea.

Pues bien, en el año 2012, Macky Sall, actual Presidente llegó al poder. El perfil de Sall se ajusta al de un político de larga trayectoria. Había ocupado varias veces la alcaldía de Fatick, Presidente del Parlamento y Primer Ministro. Sin embargo, o, quizás, precisamente por eso, una de sus promesas electorales más sonadas era reducir el mandato presidencial de siete años. Quería recuperar el antiguo mandato de cinco años. Además, proponía que ningún Presidente pudiera servir más de dos mandatos.

“en el año 2012, Macky Sall, actual Presidente llegó al poder”

Antes hemos mencionado la estabilidad, como activo político-social de Senegal, pero esta no ha estado exenta de sombras. El país alcanzó su independencia en 1960 de Francia, por cierto, no de una forma enteramente pacífica, lo que no fue excepcional en la descolonización francesa. Desde entonces hasta hoy los senegaleses sólo han conocido otros tres presidentes además de Sall, o sea, que podéis echar cuentas:

  • Léopold Sédar Senghor, líder del Partido Socialista del Senegal, sirvió como primer Presidente, ni más ni menos que 20 años y 115 días.
  • Su sucesor, Abdou Diouf, del mismo partido, 19 años y 90 días.
  • El inmediato predecesor de Sall, Wade, inauguró la alternancia política en el país, al acceder a la primera magistratura por el Partido Democrático del Senegal. Su mandato duró algo más de 12 años.

A causa de sus discrepancias con Wade, Sall, que le había servido como Primer Ministro, abandonó Partido Democrático y formó su Alianza por la República, partido con el que ganó las elecciones en 2012.

“la estabilidad, como activo político-social de Senegal, no ha estado exenta de sombras”

Después de derrotar a su antiguo jefe, parecía que Sall mostró intención de cumplir con sus promesas. Preparó el referéndum. El Consejo de la República vetó la posibilidad de acordar el mandato presidencial. Ya comentamos que no suele razonar demasiado sus decisiones. ¿Sall maniobro desde las sombras como cómplice de esta decisión? Lo desconocemos.

Como fuese, el Consejo de la República sí admitió la constitucionalidad del referéndum para limitar a dos mandatos la ostentación de la Jefatura del Estado. En 2016 la reforma constitucional se aprobaba en referéndum y tres años después, Sall era reelegido.

“En 2016 la reforma constitucional para limitar a dos los mandatos presidenciales se aprobaba en referéndum”

¿Sus políticas? A sus gobiernos siempre les ha dado un corte tecnócrata en lo doméstico. Exteriormente ha buscado reforzar lazos con Mauritania, Gambia, o Guinea, algo previsible ya que son sus vecinos. Si romper con Francia, se ha acercado mucho a Rusia, propiciando, junto a otros mandatarios, la llegada del Kremlin al continente negro. Más aún, se ha hermanado al trono los Saud, hasta el extremo de enviar tropas guineanas a la coalición internacional liderada por Arabia Saudita que intervino en Yemen.

Vamos acercándonos a 2024 y ¿qué ha anunciado Sall? Que va a volver a presentarse a un tercer mandato. Y me diréis ¿pero no impulsó una reforma constitucional para limitar los mandatos? Pues sí, pero como Chávez y Evo Morales que se aprobaron una constitución nueva con mandatos limitados y luego se arrepintieron. ¿No puede la gente cambiar de opinión o qué?

“Sall va a volver a presentarse a un tercer mandato”

Sall ni siquiera se ha preocupado de guardar las apariencias. Ha anunciado su candidatura sin retocar el texto constitucional ni lograr que un tribunal haga una interpretación sui generis del texto, como ocurrió en Bolivia. De por sí esto ha causado malestar en una población decepcionada. Si a eso le añadimos que parece haber montado una farsa judicial para encarcelar al líder de la oposición el tiempo justo para que no se presente a las elecciones, pues normal que sospechemos que Sonko no ha tenido un juicio justo y que las calles se inflamen.