El Festival, celebrado la semana de entrega de los Grammy Latinos, se despide tras reunir a más de 30.000 personas en su carpa transparente y convertido en el nuevo referente musical de la ciudad. Ha sido una semana de conciertos de los más reconocidos artistas latinos del momento y una noche para la historia de nuestra música, “El Flamenco es Universal”.
Han sido ocho días en los que la música prácticamente no ha cesado, bajo la carpa construida especialmente para la ocasión en la Plaza de España de Sevilla. Desde que el viernes 11 de noviembre Lola Índigo inaugurara con un espectacular concierto de casi dos horas un certamen concebido para recibir a casi 6.000 espectadores diarios, el Santalucía Universal Music Week se ha convertido en punto de referencia musical de la capital andaluza en paralelo a la entrega de los Grammy Latinos, cuya gala se celebró el pasado jueves. Cada noche, miles de personas han acudido a disfrutar de conciertos únicos, de primer nivel, y también a ver con sus propios ojos la inmensa estructura horizontal totalmente transparente montada en dos intensas semanas, con un diseño de luces creado expresamente para la ocasión de 150.000w, 5.000 metros cuadrados y un impresionante escenario de 250 m2 con 20.000w de sonido. Un despliegue técnico que supo aprovechar desde el principio la solista granadina en la carta de presentación del Festival, bajo una expectación apabullante y tras conseguir agotar las entradas. El público asistió sin aliento a este imponente arranque de Lola Índigo rompiendo un enorme cascarón blanco y poniéndose al frente de su eficaz cuerpo de baile con su conocido “AN1MAL”, para ofrecer un grandioso recital de música y baile de principio a fin, que terminó con su reciente hit “El tonto” y el tema que la consagró como una de las grandes de la música española y que parece no envejecer ni un ápice, “Ya no quiero ná”.
Menos de 24 horas después, la emoción se desbordó con el show a piano y voz de un inspiradísimo Pablo López. El malagueño se subió al escenario para sentarse frente a un majestuoso piano de cola y cantar de manera improvisada los temas que le iban viniendo a la cabeza, o que el público le pedía sobre la marcha. Una locura para cualquier artista, pero un valor seguro para un músico como Pablo López, hasta el punto de llevar el show a las dos horas y media sin que una sola persona del público dejara de pedir otra y otra. Así, fueron sonando buena parte de sus éxitos, desde “El patio”, “Suplicando” o “La niña de la linterna”, hasta versiones cómo “Peces de ciudad” de Sabina, “Devuélveme la vida” de Antonio Orozco o “Así fue”, un clásico del repertorio de la sevillana Isabel Pantoja. La magia fluyó de tal manera que las miles de personas allí presentes se marcharon teniendo claro que habían sido testigos de algo único e irrepetible. |
El lunes pasado fue el turno para una noche que quedará en la memoria de la ciudad. El Flamenco es Universal se convirtió en el evento más icónico de toda la semana, por sus especiales características: el aforo habitual se habilitó para un numero determinado de invitados sentados, lo que le dio un carácter mucho más exclusivo y transformó la Plaza de España de Sevilla en el tablao flamenco más grande e importante del mundo. Y a quien le pueda sonar a exageración es que no estuvo allí. Más de 130 artistas se reunieron y fusionaron en números únicos que formarán parte de una obra audiovisual que servirá para enseñar el arte flamenco al mundo. Ese tipo de espectáculo del que, como se comentaba entre el público al término del show, se dirá “yo estuve allí”. Carmen Linares, Estrella y Kiki Morente, Sara Baras, Israel Fernández, Dorantes, Diego del Morado, Vicente Soto, Farruco y Jesús Carmona, entre otros, iban sucediendo sus actuaciones ante todas las familias del flamenco sentadas en primera fila: los hijos y viuda de Camarón, las hijas de Paco de Lucía y su viuda, La Farruca rodeada de sus hijos, los Morente… El evento logró una repercusión apabullante, llegando a publicarse crónicas de lo sucedido en medios de todo el planeta. Y con especial mención a la entrañable y apasionada actuación de José Mercé con Tomatito a la guitarra y Manuela Carrasco al baile, momento culminante de la noche.
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