Fotografía: Roberto Maroto (@rmarotopolo, Estilismo: Noelia Villaverde (@noeliavillaverdestylis), Maquillaje y peluquería: Mabel Sola (@mabelsola), Modelo: Natalia Skorek (@natskore), Producción: Galileo Agency (@galileoproduction)
«Y Estigia, hija de Océano se unió a Pallas y dio a luz Zelus (Emulación) y el asiento de tobillos-Nike (Victoria) en la casa. También dio a luz a Cratos (Fuerza) y Bia (Fuerza), hijos maravillosos.»

En la mitología griega, Nike o Niké (en girego, Νίκη) es la diosa de la victoria. Se la representaba a menudo como una pequeña escultura alada y presidía las competiciones atléticas y más tarde también las disputas militares.

Cuenta la leyenda que pasó sus primeros años de vida entre los mortales pero que al conocer el lado oscuro de la humanidad (el crimen, el odio, la maldad) decidió regresar al Olimpo.

La diosa Niké cuenta con su propio templo en la acrópolis de Atenas. El templo de la diosa de la victoria sin alas, debido a que se las cortaron para que la diosa nunca pudiera abandonar la ciudad y no dejase desamparado a los atenienses.

En cuanto a sus atributos como diosa, se le otorgaron tradicionalmente dos principales, que eran: primero el poder correr y el segundo consistía en poder volar, ambas cualidades en una velocidad tal que podía competir con el mismísimo dios Hermes pero además de estas dos características cuenta el ser portadora también de una muy buena suerte.

Esas son sus fortalezas, pero su principal debilidad es que suele ser muy caprichosa a la hora de repartir la victoria. Es hija de Styx, en general considerada una ninfa pero en realidad es el espíritu del mayor río del Inframundo, el Pallas, y Titán es su padre.
