Hace unas semanas hablé con Jorge Molist y no puedo por menos que haceros participes de la sensación. Su voz pausada y tranquila imprime la sensación de estar tomando un café en un pequeño pueblo del Medievo, donde la cercanía se trasmitía con el secreto y la sensatez con el tono. Al leerle, la imagen vuelve de nuevo y entonces personajes humildes y poderosos, unos buenos y otros no tanto, pasan por delante de ese café para recordarme el amplio abanico de la especie humana y por ende, para mostrarme que todo eso sirve como nutriente cultural a quien en sus páginas se embarca.
Y precisamente eso hacemos en su última novela El latido del mar, donde subimos a una galera junto al grumete Roger de Flor buscando la libertad que nace de la venganza, las raíces perdidas de una familia y la justicia por verse obligados a vivir, tanto su madre como él ocultando su identidad.
El autor nos descubre una parte desconocida del mítico Roger donde blanca, su madre ocupa un papel primordial en la forja del personaje. Ella, escribana de oficio gracias a sus raíces nobles se ve forzada a sufrir lo indecible por alimentar a su hijo, mantenerle con ella y sobrellevar las sucesivas muertes del resto de la familia. Pero además y lo más triste a mi juicio será esperar el regreso de su pequeño Roger invierno tras invierno en el puerto de Brindisi. Por otro lado no quiero olvidar a Fray Vasall, capitán del Halcón, galera donde se embarca Roger. Un hombre que hace de la contradicción su forma de vida en cuanto al hábito, el mando y el amor se refiere.
El S. XIII aparece reflejado a través de la historia de una mujer con toda su crudeza y dureza, el Mediterráneo por un joven haciéndose hombre mediante aventuras y desventuras entre ciudades como San Juan de Acre, Sicilia, Nápoles, Misina y Trípoli, con Francia y la Corona de Aragón como telón de fondo y la Orden del Temple cerrando el círculo de una historia épica.
Sin duda esta nueva novela de Jorge Molist cumple con su habitual forma de escribir. Nos traslada al emocionante pasado de la Historia con el mar latiendo fuerte en el impetuoso Roger de Flor. Una epopeya entre conflictos personales, espías que siempre aportan un plus especial a cualquier relato, decisiones tan complicadas de tomar como las soluciones que conllevan y la humillación curtiendo a cada uno de los personajes.
El latido del Mar late con su lectura. Rítmico como el transcurrir de cada vivencia, ordenado como la documentación exquisita que aporta, vibrante como la descripción realista de cada personaje sujeta al notable rigor histórico y por fin, como el corazón donde habita nos sumerge en la pasión, el amor, la venganza y la lucha por conseguir un objetivo.
Enhorabuena Jorge por regalarnos una historia tan bien narrada…