Es una de las ilustradoras más importantes de España, María Herreros cuenta en su nuevo libro «Historia de una niña con pánico a ser mujer», un relato desgarrador sobre un viaje al pasado. A ese instante en el que la autora pasa la etapa de ser una niña a convertirse en mujer. Con esta historia muestra su lado más personal, comparando muchos aspectos con la juventud de hoy día, además plantea algunas preguntas abiertas. Todo un libro lleno de verdad, honestidad y valentía…

¿Cómo vive una ilustradora en el siglo XXI? 

Pues bueno, yo me dedico a a las artes plásticas, a pintar, a ilustrar, a hacer murales, campañas de publi… la verdad es que bueno, pues tienes que ser un poco todo, ¿no? Hoy en día el sector de la cultura está un poco desatendido. Hoy en día, se mira mucho los números, la productividad…Toda mi obra plástica están expuestas en todos los sectores que puedo, que por eso soy inquieta y me gusta hacer un montón de proyectos de corto, medio y largo plazo. Así que bueno, pues así nos vamos adaptando.

¿Qué quería ser de mayor? ¿Siempre quiso ser ilustradora?

Pues sí, la verdad que soy uno de esos casos molestos de la niña, que dibuja en la clase, la niña artista, esa niña que siempre está retando a todo el mundo. Y bueno, es curioso, porque en el libro he puesto un informe psicológico que me hicieron a los seis o siete años porque la profesora no entendía que estaba todo el rato hablando y y revolucionando la clase y luego resulta que me sabía la lección y me mandaron al psicólogo. Y ese informe es muy curioso porque aparece por mi casa y decidí ponerlo el libro. En ese informe el psicólogo menciona que yo de mayor iba a ser pintora.

¿Siente cierta presión a la hora de sacar un proyecto nuevo? 

No, la verdad es que no. No soy de ese tipo de autores o artistas que tienen esa inseguridad. Bueno, yo tengo inseguridades como todos, pero lo que hago es moverme a pesar de ellas. No me suelen parar.

Con este libro he recordado auténticos himnos que escuchaba en mi infancia, ¿qué canción tiene ahora mismo en bucle?

Pues, desde ayer tengo en bucle la canción de «Se fue» de Laura Pausini porque he escuchado una versión en flamenco, con muy buen ritmo y repetitivo. No puedo sacármela de la cabeza.

¿Qué destacaría de «Historia de una niña con pánico a ser mujer» respecto a sus otros libros? 

Pues mira, respecto a mis otros libros hay una novedad interesante y es que, es la primera vez que meto en mis libros cosas como recortes, recuerdos, fotos… además de cartas que me enviaba con mis amigos cuando era niña… Y me ha parecido, no sé, precioso como generar un diario, he revivido muchísimos recuerdos. He podido congelar en el tiempo y recuperar un poco la niña que era yo. He recogido mi universo en un libro.

¿Qué le impulsó a escribir/ilustrar este libro? 

Pues el darme cuenta que la manera en la que yo crecí, no te digo universal, pero sí que soy un caso común para muchas chicas. Yo no me sentía como las demás niñas. Y sobre todo, tenía muchísimo miedo a convertirme en mujer. No era algo que yo no quería que me pasara y que tenía un conflicto de género y que me hacía sentir bastante incómoda. Y descubrir que a muchas chicas les ha pasado esto. El hacerme mayor y ver que algunas cosas que hemos normalizado eran muy sexistas. Pues eso me ha motivado para al a ver la necesidad de destacar todas estas cosas a la luz.

¿Le gusta que sus lectores se sientan identificados con su mundo? 

Sí, claro. La empatía es muy bonita. Me encanta que los lectores vean algo y recuerden cosas de su vida. Por supuesto, eso es genial y es precioso. Cuando algún lector te dice de recordar algo de su vida o el típico, «me has hecho darme cuenta de algo que me pasó de niña, que lo tenía enterrado». Para mi es precioso.

¿Diría que ser mujer es mucho más difícil ahora que antes? 

Sí, depende. Ya me gustaría que el tema de del feminismo y la igualdad fuera algo lineal, no que fuera para arriba y podamos conseguir cosas que no se pierdan. Pero me he dado cuenta que hoy, después de un período mejor, puede venir otro peor y que también hay matices. Porque por ejemplo, cosas que antes estaban súper normalizadas, como no son términos sexistas o acosos laborales, como que hoy en día salen mucho a la luz y antes eran lo normal y no salían a la luz. Por ese lado, parece que algunas cosas pasan más ahora y no realmente es así. Si te fijas es porque ya no se normalizan y se denuncian. Por otro lado, los datos, las estadísticas son súper claras, ha subido el machismo entre jóvenes y han subido hasta agresiones sexuales, una barbaridad. Hay que tener también mucho cuidado con según qué políticas, que son sexistas en determinados sectores y que afectan a la sociedad.

Hay que tener también mucho cuidado con el producto cultural que le llega a los jóvenes. No podemos normalizar según que mensajes. Ya no te digo ni binarios, porque ya soñar no es social, menos binario sería perfecto, pero bueno, ya que somos una sociedad tan binaria entre hombre y mujer, al menos, pues que los productos culturales para los jóvenes no tengan unos papeles masculinos tan masculinizados, siendo tan directamente «machirulos». Y ellas tienen el papel de romantizar, el papel pasivo, el de estar ahí atenta del discurso, de tener siempre que seducir. En cambio, él se considera un premio. Quiero pensar que en la calle los jóvenes han ido un poco para atrás, aunque también han crecido mucho la conciencia y el activismo de otros sectores, los jóvenes. Pero lo que es el sistema y las instituciones, digamos, creo que sí se han mejorado.

En su libro también habla del parque, de salir fuera y jugar con los demás… ¿qué opina respecto a que los niños de hoy en día nazcan con un teléfono y no con un libro en sus manos? 

Pues te voy a decir la verdad, me da mucha pena. Yo tengo 39 años y en mi generación hemos probado las dos cosas. He tenido parte de mi juventud sin móvil. Nací en el 83, yo era la adolescente que estaba en la calle y no tenía móvil. Entonces claro, era muy guay el hecho de no tener móvil. Estábamos, nos entreteníamos todo el tiempo contándonos historias, haciendo movidas. Pues todo era un aventura, ir caminando a ver si veías a un chico que vivía cerca tuyo a una hora concreta… ahora puedes encontrar a todo el mundo por Internet y no tienes esa emoción. También está bien, porque todo es más accesible pero dudo que se iguale a la emoción que era girar una esquina y ver al chaval por la calle. Yo he probado las dos cosas y aunque sea un cliché estábamos más presentes cuando no estaban todas las distracciones de las pantallas, sinceramente. Aunque, es cierto que las pantallas tienen su parte positiva.

Cuando yo era pequeña, si hubiera tenido redes sociales, seguramente habría encontrado a gente más afín a mi. En cambio, yo estaba en un barrio que no encajaba mucho conmigo. Con las redes sociales, probablemente me hubiera sentido menos rara. Entonces claro, todo tiene su parte buena y mala, yo siempre intento fijarme en la positiva.

¿Cree que el crecimiento de estas redes sociales les está dando más visibilidad a la ilustración? 

Sí, por supuesto. Todo lo que de comunicación visual favorece que los artistas gráficos podamos divulgar nuestro trabajo.

¿Cómo calificaría este proyecto? ¿Es el más personal e íntimo? 

El más íntimo, por supuesto, pero de muy lejos. He puesto cosas en el libro con las que me he sentido bastante vulnerable e incluso ha habido cosas con las que he dudado en ponerlas o no. Muchos días me he dado cuenta de cosas nuevas. Todas las veces, he decidido si ponerlo claramente todo, un artista tiene que ser valiente y yo a veces me imagino que soy la lectora, me gustaría que un autor me regale un libro valiente y claro en el que pone todo, le pese a su familia o entorno. Como si le van a juzgar o decir lo que sea… al final, el artista está para eso, para hacer un contenido, valiente, honrado e interesante, ¿qué es más interesante que la verdad?

¿Con qué autor le gustaría colaborar? 

Pues, no soy de colaboraciones con otros artistas gráficos, soy muy poco de colaboraciones ya que me cuesta mucho adaptar mi estilo con el de otra persona. Pero, bueno, me encantaría ir a pintar al estudio de George Condo.

¿Qué proyectos le acompañarán estos meses? 

Pues ahora estoy con un nuevo libro, que es bastante diferente, pero es igual de personal. Es un diario de guerra que tenía mi abuelo, que luchó en la Guerra Civil, en el bando republicano. Escribió un diario y llevo muchos años con ganas de ilustrarlo. Ha surgido esta oportunidad, también. Me siento preparada ahora porque es un tema bastante duro, me siento preparada para abordarlo. Pues con el clima político, así como un poco aberrante que existe ahora mismo, estaría bien recordar un poco de historia, ¿no? porque si yo estoy viendo que hay partidos que se ponen chaquetitas verde militar y cosas así raras, me da miedo. Así que, quiero poner mi granito de arena para recordar lo feo que es una guerra.