Félix Buisán (Palencia, 1957) es doctor en medicina, e incluso ha escritor varias obras divulgativas dentro de su ámbito profesional. Aficionado a la historia desde siempre, se propuso, en honor a su padre, escribir una obra sobre la guerra de las Comunidades de Castilla cuyos prtagonistas no fueran los personajes comunes de este momento histórico, sino gente corriente.
¿Por qué te decidiste a escribir sobre el tema de los comuneros?
Porque es un tema desconocido, incluso para los castellanoleoneses, y apasionante. Es innegable que el movimiento comunero y la guerra de las Comunidades se asocia con Castilla y León (en 1986 se fijó el 23 de abril como el «Día de la Comunidad» en conmemoración de la batalla de Villalar, donde las tropas comuneras fueron derrotadas por las imperiales de Carlos V). Todo este escenario histórico bien merecía el escribir una novela.
Y también porque mi padre me lo sugirió en su día y yo se lo prometí: escribir una novela ambientada en la guerra de las Comunidades de Castilla.
Después de todo el proceso de documentación, ¿qué es lo que más te ha sorprendido sobre la historia de los comuneros de Castilla?
Más que la historia en sí, lo que más me ha sorprendido es la interpretación de esa historia por parte de unos y de otros. El movimiento comunero, de la ficción a la realidad, ha sido objeto de toda clase de lecturas e interpretaciones presentistas (que intentan comprender este hecho pasado a partir de ideas y conceptos tomados del presente) y oportunistas. Para unos fue un movimiento revolucionario, la primera revolución europea, una lucha librada contra el absolutismo regio; para otros, fue un movimiento feudal donde los comuneros eran el último residuo de una España tradicional y medieval que se oponía a la modernidad que traía Carlos V.
Háblanos sobre tu libro, Historia de un soldado comunero, ¿de qué trata?
La trama transcurre en Castilla, entre los años 1520 y 1521. Carlos I de España y V de Alemania está fuera del país. El juramento de Carlos como rey de Castilla y las exigencias que planteaba fueron la mecha que prendió la rebelión de los comuneros. Algunas ciudades castellanas se alzan en armas contra el monarca, y este, ayudado por la nobleza castellana, procura sofocar el levantamiento. La narración es el relato de los hechos que les ocurren a los personajes durante los aproximadamente nueve meses del conflicto (entre el incendio de Medina del Campo, provocado por las tropas de Carlos I, y la debacle comunera tras la derrota de Villalar).
Los protagonistas, personajes anónimos y sencillos, se ven inmersos en terribles peripecias, unidos por lo mejor y lo peor que aflora en las guerras. Aunque pudiera parecer una novela bélica, Historia de un soldado comunero no son solo batallas. Es una obra amable, narrada con ternura, y refleja la bonhomía del protagonista y muchos de los personajes. La novela es mucho más que la historia de un soldado. También es una historia de amor, de amistad, de valentía, de esperanza. El poso que deja la novela, pese a su dureza, es dulce, agradable.
¿Qué dirías que hace especial a tu libro?
Creo que lo hace especial la propia historia, el acontecimiento histórico. Además, el relato se distribuye de forma escalonada, cuidada y amena. También los personajes contribuyen a que sea una obra diferente: no son héroes ni antihéroes, simplemente son gente del pueblo, del común y eso los hace atractivos, especiales y auténticos.
Y que, en mi opinión, es la mejor novela escrita hasta la fecha sobre los comuneros de Castilla. Y he leído muchas que tratan sobre el tema.
¿Tenías en mente el catálogo de alguna editorial española en concreto cuando escribiste tu libro?
Sí, por supuesto: Grijalbo, Ediciones B o la Editorial Edhasa.
¿Te viene la inspiración fácil cuando te sientas a escribir?
A veces sí, a veces no. Normalmente, como dicen algunos escritores, la inspiración me pilla trabajando.
¿Te gustaría seguir escribiendo novela histórica en el futuro?
Creo que sí, ¿por qué no?
¿Con quién te gustaría que te comparasen?
¿Ildefonso Falcones? ¿Santiago Posteguillo? ¿Noah Gordon? No sé si apunto demasiado alto. De todas formas, quienes más me gustan son Matilde Asensi y Arturo Pérez-Reverte. Y sí, apunto alto.