Hoy quiero presentaros a un escritor de Blanes (Girona) proveniente del mundo de la ilustración que desde hace diez años ha traspasado la delgada línea entre crear historias con imágenes a contarlas desde las páginas de un libro. Historias con un denominador común: Santiago de Compostela.
Si tuviera que definiros a este hombre os diría que le caracteriza una templada sencillez y un trascurrir discreto que le imprimen un aura de nobleza. Sí, esa que asociamos a quienes nos hacen sentir junto a ellos o, como en este caso, además leyéndoles, la sensación de paz que una tarde lluviosa con un café y un libro en las manos consiguen.
Campus Stellae es una de las novelas más originales que he tenido el placer de degustar en los últimos años, y digo bien degustar pues caminar por sus páginas es un autentico manjar. Un viaje en el tiempo, donde jugando con la Historia de España consigue sorprendernos en más de una ocasión.
Es una novela ambientada en el Camino de Santiago Francés en la que el protagonista se ve envuelto en un extraño fenómeno que le hace retroceder un año en el tiempo por cada kilómetro recorrido. Parte desde la localidad francesa de Sant Jean Pied de Port y para llegar a las puertas de la catedral compostelana. Deberá retroceder ocho siglos atravesando los pueblos integrados en esta mediática ruta.
Más tarde rescata algunos personajes para construir una nueva obra titulada Morir en Santiago. Los sitúa en la capital gallega para enfrentarlos a una situación que hará temblar los cimientos de la Ciudad Santa tras el robo de los restos del Apóstol.
¿Cómo surge la genial idea de Campus Stellae?
La idea surgió en 2011 mientras realizaba el Camino de Santiago. Sin pretenderlo, coincidió con el año en que se celebraba el ochocientos aniversario de la consagración de la catedral compostelana. Curiosamente, el recorrido a realizar era de ochocientos kilómetros y pensé que si pudiera retroceder en el tiempo un año por cada uno de ellos, llegaría a la Plaza del Obradoiro en 1211 para asistir de primera mano a un evento histórico.
Tengo la sensación de que te gustaría vivir una aventura parecida a la idea de tu novela, ¿no es así?
De alguna manera puedo decir que he vivido una parte de esa aventura al realizar el recorrido completo que se narra en la novela. El viaje en el tiempo lo he disfrutado mientras escribía, dejando volar la imaginación y buscando información sobre la situación socioeconómica de cada pueblo en el momento que mis protagonistas lo atravesaban. Ojalá tuviéramos la oportunidad de embarcarnos en una experiencia similar.
Si la documentación de cualquier novela histórica ya exige una ardua tarea, ¿Cómo fue la de tu libro?
Al empezar a escribir contaba con la ventaja de haber pisado todos los escenarios que aparecen en la novela. Una buena parte de los personajes ficticios son una adaptación personal de peregrinos, lugareños y hospitaleros con los que tuve la ocasión de interactuar durante la travesía. Fue indispensable estructurar un calendario de ocho siglos para conocer qué estaba pasando en cada pueblo en ese determinado momento histórico, sin dejar de lado las leyendas creadas en torno al Camino.
En ese camino por ocho siglos de España. ¿qué momento elegirías de entre todos ellos?
Refiriéndonos a la novela, elegiría el paso de mis personajes durante el siglo XVII por el convento de San Antón en la provincia de Burgos, sin duda uno de los puntos más emblemáticos del Camino y cuya fachada elegí para ilustrar la portada.
Este cenobio reconvertido en hospital de peregrinos fue el refugio de cientos de ellos aquejados por una epidemia similar a la peste medieval.
En Morir en Santiago recuperas varios personajes. Confiesa qué pesó más a la hora de iniciar esta tarea, ¿tu pasión por Santiago de Compostela, que los personajes te lo pedían o que tú los necesitabas?
En la pregunta mencionas los tres motivos fundamentales que me llevaron a rescatar a esos personajes para mi segunda novela. En cierta manera, me resultaba difícil despedirme después de haber caminado con ellos durante muchos meses y a cualquier hora del día. Por otra parte, me encontré con la grata sorpresa de que muchos lectores hablaban de ellos como quien habla de un conocido. No hay que olvidar que se trata de personajes del siglo XXI con los que es más fácil empatizar.
Aunque sé que ahora estás en promoción, ¿hay algo ya rondando tu pluma? Adelántanos algo.
Hay un par de ideas que tengo que madurar, especialmente una que gira en torno al mundo de la pintura, ambientada en el París de finales del siglo XIX, aunque en estos momentos estoy atravesando una fase lectora al haber descubierto a escritores desconocidos para el gran público, que tienen mucho que aportar al mundo literario.
¡Muchas gracias José Luís! No dejes de pintar historias entre las páginas de los libros, de ese modo todos nosotros podremos ver y vivir la simbiosis que surge, unas veces de tu pincel, otras de tu pluma.