Manuel Dorado ha terminado la que será su segunda novela: Los hijos de Eva. En 2016 publicó con un gran éxito en la plataforma de Amazon El Efecto Midas, novela que fue seleccionada en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges (2017) como Finalista de la iniciativa Taboo’ks «Del libro a la pantalla». Actualmente, su primera obra se encuentra también traducida al inglés y ha firmado un contrato con Sonolibro, por lo que se puede encontrar en forma audio gracias al grupo Saga-Egmont. Se puede encontrar una crítica extensa en el artículo El efecto Midas de La Reina Lectora.
Los Hijos de Eva será también un tecnothriller lleno de intrigas, desarrollado en su mayor parte en Estados Unidos y con un argumento muy actual: el mundo de las sectas. El autor nos desvela algunos secretos de esta nueva novela y el futuro de la misma.
Manuel, bienvenido. Cuéntanos con tus palabras, por favor, de qué trata tu segunda novela.
Los Hijos de Eva es un tecnothriller internacional. En una trama de intriga que se desarrolla en África, Asia, Europa y, sobre todo, en América, expongo a los personajes al dilema de conseguir al ser humano perfecto y si esto podría acabar o no con el ser humano tal como lo conocemos. Para ello, la secta de los Hijos de Eva plantea volver al Edén, erradicar el Pecado Original y devolver al ser humano el don preternatural de la impasibilidad, es decir, librarlo de toda enfermedad y sufrimiento del cuerpo y el alma.
«En «los hijos de Eva» expongo a los personajes al dilema de conseguir al ser humano perfecto y si esto podría acabar o no con el ser humano tal como lo conocemos»
¿Por qué has decidido hablar sobre el mundo de las sectas?
Cada secta, destructiva o no, reinventa sus paradigmas morales y dibuja su propia línea entre el bien y el mal. Esa idea me interesó. Las sectas, además, tienen connotaciones de intriga, aluden al misterio y, si apuntan a ser destructivas, están asegurados la amenaza y el suspense. En definitiva, me parecieron la ambientación ideal para desarrollar mi idea del hombre perfecto. Si añadimos a esto el potencial de crear una nueva religión de alcance internacional…, bien, creo que yo leería una novela de intriga que hablase de posibles implicaciones de una secta poderosa e internacional que pretende erradicar la enfermedad en toda la humanidad. Y, como todos los autores, me gusta escribir sobre lo que me gustaría leer.
¿Te sientes cómodo escribiendo en el género de los tecnothrillers?
Sí, mi género insignia es el tecnothriller, en efecto. Me gusta porque me permite desarrollar ideas divergentes, molestas, contrarias al sentimiento común, y eso me atrae mucho en literatura. Por supuesto he probado otros géneros literarios y los he publicado, como surrealismo, realismo sucio, comedia, y he probado con narradores que rompen la cuarta pared, narradores ambiguos, simbolismo… Pienso que la experimentación y la incursión en otros géneros y técnicas proporciona autoridad narrativa y eso es bueno para cualquier escritor. Con todo, reconozco que soy un autor de género, fundamentalmente thriller internacional tecnológico, con aportes ocasionales de géneros aledaños como la ciencia ficción ligera.
Desde que publicaste El Efecto Midas han pasado ya cuatro años. ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir Los Hijos de Eva?
Después de publicar El Efecto Midas tuve un año intenso de promoción (presentaciones, firmas, ferias, festivales, promoción online…), en el que también escribí, pero muy poco. Pasado el primer impulso promocional, la escritura de Los Hijos de Eva me llevó algo más de un año. Podría haber escrito esta novela en menos tiempo, pero trabajo como ingeniero y esto, como le ocurre a cualquiera, ocupa la mayor parte de mi tiempo. Después de terminar el primer borrador he estado revisando con lectores cero, reescribiendo mucho y corrigiendo con correctores profesionales. Esto también es escribir. Una de mis máximas es: para escribir hay que reescribir. A esto le añadimos la revisión de la edición en inglés de The Midas Effect. También he terminado un libro de relatos y he empezado una tercera novela… Me pregunto si habré dormido algo en todo este tiempo. Cuatro años se quedan cortísimos.
«Una de mis máximas es: para escribir hay que reescribir»
Manuel, ¿en qué se diferencia la nueva novela con la anterior?
Los Hijos de Eva es un tecnothriller internacional como mi anterior novela, pero en El Efecto Midas tocaba muchos más géneros: ciencia ficción, fantasía paranormal, thriller político, aventura clásica, intriga psicológica y romance. Era más una novela multigénero o crossover. Los Hijos de Eva, en cambio, solo toca un género más, integrado con la intriga, el romance. Pienso que introducir el plano sentimental, además de dar respiros en las tramas de intriga, es un buen medio para perfilar mejor los personajes. Y bueno, mis personajes no son de piedra y no los quiero tener todo el día envueltos en intrigas y digresiones morales sin un respiro, digamos, lúdico-amoroso. O quizás es que yo soy enamoradizo y termino reflejándome en ellos.
El Efecto Midas fue publicado en la plataforma de Amazon, pero tengo entendido que quieres buscar nicho editorial para Los hijos de Eva. ¿Por qué crees que podría interesarle esta novela a las editoriales? ¿Tienes alguna en mente?
Creo que es una novela que puede tener cabida en la línea editorial de un gran grupo. Sobre todo, porque la trama y el argumento son muy elaborados y con un desarrollo internacional. Creo que tendría público en muchos países y ese tipo de edición la pueden abordar muy bien los grandes grupos editoriales. Por otra parte, la técnica narrativa, el desarrollo y la imbricación del tema con la trama (reflexión y acción), creo que pueden suscitar el interés no solo de los lectores de thriller o tecnothriller sino de un público mucho más transversal y amplio.
El Efecto Midas fue seleccionado en el famoso Festival de Sitges, ¿crees que Los Hijos de Eva podría llamar también la atención al mundo del cine?
Estoy convencido de ello. Las dos novelas tienen estructura básica de guion, son muy visuales y están desarrolladas por escenas, lo que las hace cinematográficas. Esta, que es mi opinión, también lo es de mis lectores y de muchos de mis críticos y, sobre todo, es la opinión de los productores audiovisuales a los que presenté El Efecto Midas en Sitges y que se interesaron por la novela.
«La acogida positiva de muchos nuevos lectores fue lo que más me motivó cuando El Efecto Midas empezó a llegar al público»
Supongo que, después de cuatro años, tus lectores tendrán muchas ganas de leer algo nuevo tuyo.
Esta es una de las preguntas que más recibo en las redes sociales y una de las peticiones de los lectores que me reseñan o me escriben desde mi página web. Y “No te olvides de avisar cuando saques otra novela” es lo que me dicen cuando viajo y me los encuentro. La acogida positiva de muchos nuevos lectores fue lo que más me motivó cuando El Efecto Midas empezó a llegar al público. Ahora empiezan a llegarme reseñas positivas de Estados Unidos, lo que, puedes imaginar, me estimula muchísimo. Cuando me pregunten desde ese lado del Atlántico por una próxima novela, habrá fiesta y descorche.
¿Cómo termina un ingeniero aeronáutico escribiendo novelas?
La ingeniería y la literatura son actividades principalmente creativas. Soy ingeniero por vocación y tengo la suerte de desarrollar mi trabajo en mi área de conocimiento, que es la navegación aérea, y soy escritor por vocación también. Es cierto que yo he tenido y tengo muchas vocaciones: pinto, toco varios instrumentos, hago monólogos…, pero las dos que más me han motivado desde niño han sido la ingeniería y la escritura creativa. Y como buen ingeniero, cabeza cuadrada, me formé concienzudamente en ambas: en la Universidad Politécnica de Madrid y en la Escuela de Escritores de Madrid. Soy muy sistemático y esa es una habilidad conductual imprescindible para el ingeniero y, pienso, también para el novelista de tramas complejas. Soy muy serio cuando me tomo algo en serio.
¿Cómo se te ocurren los argumentos de tus novelas?
Esta pregunta es fácil. Tengo formación técnica y científica. Leo ensayos y divulgación científica por afición. Cuando la técnica o la ciencia avanzan hacia algún límite que cae fuera de los planteamientos convencionales o sociales que todos tenemos, y lo hacen continuamente, surge un dilema tecnológico-moral. Para un escritor de tecnothrillers, esto es campo de ideas abonado. Después, el argumento lo construyo al servicio de la idea, con la intención de que el lector la viva y el dilema sea suyo.
¿Qué vendrá después de Los hijos de Eva? ¿Hay nuevas ideas en tu cabeza?
Como comentaba, tengo un libro de relatos terminado y estoy escribiendo ya una tercera novela. En el libro de relatos, aunque uso diversas técnicas y texturas narrativas, todos los relatos tienden a mis géneros de cabecera: ciencia ficción ligera, distopía y tecnothriller. O mezcla de todos ellos. Creo que los relatos de este libro entran perfectamente en el espectro de atención de mis lectores de novela. Pero para los lectores de novela clásica, tengo un buen archivo personajes, ideas y esquemas para al menos dos novelas más, dentro de mi género estrella, el tecnothriller. “Join the technothriller”, invito a mis lectores en inglés. Pues eso, invito a los lectores no solo a leer una novela, sino a unirse a un género versátil, divulgativo y entretenido, en el que pienso seguir desarrollándome como escritor. Os invito a todos a uniros.
Para más información: www.manueldorado.es