Iñaki Zuloaga es un hombre comprometido con la literatura y con su tiempo. Nos encontramos ante un escritor al que le interesa nítidamente lo humano, que se sumerge en los recovecos de la vida misma para narrar historias llenas de vida en cada página. Es inusual esta rara combinación de la que es poseedor Zuloaga, una mezcla de vitalidad, plasticidad, compromiso y trabajo. Hablamos en esta entrevista de la literatura y de cómo ésta se encuentra en medio de la vida misma. Pasen y lean.

 

Hablemos sobre el proceso de escritura. ¿Es escribir una necesidad? ¿Una vocación? ¿Podría entender la vida igual sin la escritura?

Para mí escribir novelas en esta época tan tardía de mi vida ha sido en primer lugar una terapia contra el desaliento tras los dos graves infartos que sufrí en 2012 y 2015.   ¿Por qué se convirtió la escritura en terapia? La clave es que siempre, desde chaval, pensé en escribir. Recuerdo que cuando en el colegio se hacían aquellos concursos de redacciones ya me afanaba en escribir una buena historia y luego escribía poemas de adolescencia y también pequeños relatos. Cuando recorrí el Camino de Santiago, por ejemplo, escribí un relato con mis experiencias que quizás publique en el futuro. Me gustaba escribir sobre mis experiencias y publiqué algunos escritos en una revista local en mi pueblo natal. Creo que esta afición a escribir me venía de la intención de emular a aquellos escritores escondidos detrás de mis lecturas. Nuestra generación leyó mucho. Empezamos con los cómics y seguimos con las novelas de literatura juvenil. La primera vez que me enganché a una novela de adultos fue en sexto de bachiller. Teníamos que elegir una novela y elegí “Sinuhe el Egipcio” de Mika Waltari. Recuerdo con nitidez cómo me sentía, deseoso de llegar a casa para leer y ese subidón que te dan los libros cuando te enganchan. Es una sensación maravillosa. Esa primera lectura me ligó mucho a la novela histórica que ha sido un género que me ha gustado mucho y del que he sido un gran consumidor. Quizás por eso la primera novela que escribí fue histórica, recreando la época en la que surgió la primera República liberal de la historia que fue la República Federal de los Estados Unidos de América. Un momento fabuloso de la historia en el comienzo de la transición de la Era moderna a la Era contemporánea y el cambio de modelo político del Antiguo Régimen con la consagración de la soberanía del pueblo como motor de los cambios políticos y del desarrollo de las libertades pública en los Estados de derecho. El imperio de la Ley.

Creo que escribir está íntimamente ligado con leer. Me duele mucho que la chavalería en nuestros días lea tan poco.

Si mi vida en un futuro cercano va a estar ligada a la literatura creo que sí. Ya estoy escribiendo una cuarta novela en la que me estoy enfrentando a la necesidad de recordar momentos muy dolorosos de nuestra convivencia de los últimos cuarenta años. Es un reto emocional más que literario. También tengo en mente una segunda novela de la serie Gandi porque el detective de “Flores de porcelana” me ha resultado un personaje amable y cariñoso. Hasta dónde llegará mi proyección literaria el tiempo lo dirá.

“Soy un escritor tardío y no busco en la literatura más que el desafío creativo que es la característica común a todos mis trabajos”

Ha publicado hasta la fecha tres novelas, “Hijos del Gran Arquitecto”, “La semilla del Minotauro” y “Flores de porcelana”. ¿Tienen algo en común? ¿Qué destacaría del proceso de creación de cada una de ellas?

Soy un escritor tardío y no busco en la literatura más que el desafío creativo que es la característica común a todos mis trabajos. Por eso no me recreé con una segunda parte de Hijos del Gran Arquitecto, algo que muchas personas me pidieron y que posiblemente haré en un futuro. De esta novela el aspecto más relevante fue el proceso de documentación sobre el siglo XVIII y sobre los diversos aspectos que tocaba la novela. Las vestimentas, las costumbres, las comunicaciones, los viajes, los  magníficos barcos de la Ilustración. Fue un trabajo arduo pero muy gratificante porque la escritura le obliga al escritor a leer y a descubrir  cosas y ese proceso es muy bonito.

Tras esa primera novela histórica me planteé otro reto. Un libro de viajes. Recuerdo aquél libro de Manu Leguineche que planteaba que la vuelta al mundo es el camino más corto hacia uno mismo. Es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. Viajar, algo que he tenido la enorme suerte de hacer, nos acerca como nada a nuestra propia esencia. ¿Y qué mejor que viajar hacia la cuna de todas las civilizaciones, hacía quienes todo lo pensaron y que escrutaron como nadie las esencias del ser humano a través de su filosofía? Nació así la segunda novela La semilla del Minotauro, un viaje hacia la antigüedad clásica, esos clásicos que plantean y responden a preguntas y dilemas eternos del ser humano. ¿Qué somos? Así comienza mi segunda novela utilizando una cita de “La comedia” de Nikos Kazantzakis un autor cretense que me ha subyugado siempre. La semilla del Minotauro es una invitación a la reflexión, a la búsqueda de lo esencial de uno mismo, a la reflexión permanente sobre lo que somos.  La semilla del Minotauro aborda también un problema que me preocupa mucho como es el enfrentamiento entre las teocracias y nuestros sistemas liberales democráticos. Es un conflicto muy importante en nuestras sociedades y trato de reflexionar sobre ello y sobre lo que ocurre a las puertas de Europa, en Oriente Medio. El Daesh es una idea de cómo vivir la vida, una sumisión al fanatismo y al dogmatismo religioso de las teocracias, pero es también un grupo terrorista dispuesto a todo y por eso debemos de estar preparados para sus futuras acometidas.

En mi tercera novela Flores de Porcelana que se acaba de publicar vuelvo a plantearme un reto creativo que en este caso fue aún más complicado ya que se trataba de crear un personaje con mucha personalidad y una historia que mantuviese la intriga hasta el final. Fui un gran admirador de Vázquez Montalbán y de las aventuras de su detective Carvallo así que me planteé construir el personaje de un detective que pudiese resultar atractivo al lector acompañando a una historia actual, divertida, compleja que obligase al lector a pensar sobre el fondo de lo que se planteaba. Si lo he conseguido o no aún está por ver desde la crítica de los lectores.

 

¿Cuál es su bagaje literario? ¿Qué le gusta leer? ¿Cuál es su género favorito?

Como ya he comentado me gusta leer. Eso es lo más significativo y cada tiempo tiene su afán así que he leído cómics cuando tocaba, literatura juvenil en su momento, novela histórica, clásicos de la literatura castellana en el colegio y en la universidad, novela negra, narrativa en general, ensayo y poesía. Lo que más me cuesta leer es el teatro aunque de vez en cuando me animo con alguna obra. Todo lo que he leído ha quedado en mi bagaje literario, desde el Capitán Trueno o Mortadelo, los cómics de Marvel, las novelas de aventuras de Salgari o de Verne, las novelas históricas ambientadas en Egipto, en la Roma republicana, las novelas sobre historia medieval, los clásicos de la literatura en castellano, el realismo mágico, la narrativa moderna desde la generación perdida hasta Auster y otros escritores norteamericanos. La literatura es un océano y uno sólo puede aspirar a pescar en él un número limitado de peces. De vez en cuando se encuentra un pez desconocido y es un gran descubrimiento.

Ahora estoy releyendo mis fondos. Hicimos una obra en casa y eso me obligó a mover la biblioteca y recogiendo los libros de los estantes para guardarlos en cajas me empezaron a llamar de nuevo. Acabo de releer “La vida ante sí” de Romain Gary una de las novelas más deliciosas que pueden leerse y sobre la que hablo en “Flores de porcelana”, en lo que ha sido un reencuentro con mi biblioteca.

“La literatura es un océano y uno sólo puede aspirar a pescar en él un número limitado de peces.”

¿Piensa que la literatura tiene capacidad de influencia en el pensamiento y la sociedad, o todo lo que esté llamado a transformar ya tiene que ser necesariamente en formato audiovisual?

Todo lo que ha cambiado el mundo está en un libro aunque los libros no basten siempre para cambiarlo y las imágenes tengan también un extraordinario poder de movilización de las personas. Hasta ahora ha sido así. Con las imágenes hay que tener más cuidado porque las posibilidades de manipulación son enormes y lo estamos comprobando cada día. Frente a ello el libro es un valor seguro.

¿Podrán los libros resistir el embate de los contenidos audiovisuales? Yo creo que sí, que los libros son imprescindibles en la relación de los humanos como individuos y como colectivo.  Los libros más allá de su contenido, son algo más que un tocho de folios escritos unidos por un lomo o una serie de impulsos digitales agrupados en un formato electrónico. Son naves de nuestro espíritu humano que transportan pedazos de nuestro pensamiento, de nuestro sentir, de nuestro amar, de nuestro reír, de nuestro morir.  Con los libros establecemos una relación de complicidad, de amor y de amistad. Creo que esto perdurará siempre o al menos permíteme que me consuele pensando así.

 

La recaudación de “La semilla del Minotauro” va destinada a la asociación cultural Altuna Solidaria. ¿Cuál es la finalidad de la asociación?

Altuna Solidaria es la parte de la Asociación Cultural Altunaberri que se dedica a dar respuesta a los temas sociales en la medida de nuestras posibilidades de solidaridad. Recauda donativos, realiza ediciones de libros sin derechos de autor y en mi caso utiliza los beneficios de la venta de mis novelas para emplearlos con fines solidarios. La recaudación de la primera novela se dedicó a la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica que trabaja con los enfermos de ELA, esa tremenda enfermedad incurable. Con La semilla del Minotauro contribuimos a ayudar a los refugiados de la guerra de Siria ya que la novela tiene una conexión con los problemas de aquellas tierras que nos trasladan imágenes tan duras de los refugiados. Con la primera liquidación de Flores de Porcelana que se hará en Octubre vamos a comprar alimentos para el banco de alimentos porque esta pandemia que nos ha tocado vivir ha traído la necesidad a nuestras propias puertas y pensamos que hay que dar una respuesta a esta situación. No es de recibo que nadie pase hambre en España en pleno siglo XXI.

Altuna Solidaria no trabaja sólo con estas aportaciones de los libros que edita sino que también recibe otros donativos que normalmente destinamos a Ongs relacionadas con temas educativos y especialmente con la organización AmigoSolidarios de San Sebastián, una Ong dedicada a construir escuelas y servicios para escuelas en África. Personas que ayudan a personas es el lema de esta Ong y a nosotros nos encanta ese concepto. En la solidaridad no todo es dinero y también hay miembros de nuestra asociación que trabajan en Cáritas o en asociaciones relacionadas con los problemas de soledad de mayores o de acompañamiento a las familias en situaciones de pérdida de seres queridos. La solidaridad es una actitud imprescindible ante la vida.  Hay que saber ponerse en el lugar de los que sufren y ayudarles.

“Altuna Solidaria es la parte de la Asociación Cultural Altunaberri que se dedica a dar respuesta a los temas sociales”

En sus obras, recrea de una manera muy nítida los escenarios y los gestos. ¿Cómo vive el proceso de creación de estas partes más plásticas de la obra?

Había un programa en la televisión pública hace muchos años que se titulaba “Paisajes con figuras”, que me gustaba mucho. El mundo es un escenario maravilloso y en él se mueven los seres humanos realizando gestos existenciales a cada momento. Gestos de amor, de convivencia, de risa, de entrega, de odio, de resentimiento, de respeto, de comprensión, de solidaridad y de todo tipo que uno imagine. Virtudes y pasiones enfrentadas en el gran teatro de la vida.

Me gusta recrear los paisajes en los que se mueven los protagonistas y creo que es una obligación ante el lector tratar de hacerlo de la manera más sugerente posible y usando todos los sentidos a ser posible. El mundo no es una foto sino que tiene olor, color sabor, sonido y textura. La palabra tiene sus limitaciones respecto a ciertos sentidos pero creo importante tratar de que sean limitaciones pequeñas. Me gusta acercarme a los lugares que voy a describir y además de la postal llevarme las sensaciones que me han embargado durante la visita. Cuando se mira de esta manera a los escenarios se gana muchísima percepción de la belleza.

Los gestos son la aportación de los seres humanos al enigma de su paso por este mundo. Son tan importantes como efímeros, pero determinantes para la relación cotidiana. Si algo es la cultura es sociabilidad y convivencia y ambas están llenas de gestos cotidianos que son la esencia de nuestra relación como seres humanos.

 

Parece que en España cada vez se lee más. ¿Cómo ve actualmente el mercado literario?

Yo soy un modesto escritor en el comienzo de su carrera y poco puedo aportar sobre mi conocimiento del mercado literario. Sólo puedo decir que en la primera entrevista que tuve para publicar mi primera novela la persona que habló conmigo fue directamente brutal. Sin fama no hay ventas. Es mejor un mal libro de un famoso, escrito por un negro, que la mejor novela de Iñaki Zuloaga. Esto me dejó las cosas claras y tiramos por la autoedición y la distribución puerta a puerta. Es un camino muy duro y lleno de sinsabores. Presentaciones a las que no viene nadie porque juega el equipo de turno en la tele, desprecios  varios y dificultades a todos los niveles.  Pero la experiencia mereció la pena y conseguimos buenos resultados aunque nos enfrentó a la necesidad de encontrar una solución más profesional a la distribución.

Ahora hemos recurrido a Elkar (www.elkar.eus) una empresa de San Sebastián que nos permite autoeditarnos y nos distribuye los libros en librerías y a través de su buena red de tiendas propias en el País Vasco y Navarra. Tiene también distribución nacional gratuita para pedidos online a partir de una cantidad de pedido. Con Flores de Porcelana todo va por muy bien camino.

Que se lea más es una gran noticia en todo momento y esperemos que estos datos se vayan confirmando y la literatura recupere su buena salud de antaño. El reto es hacer que la chavalería vuelva a leer.

 

En sus obras siempre hay reflexiones acerca de cuestiones yo diría que trascendentales para el ser humano. ¿Goza el ser humano actual de buena salud en cuanto a razón y emoción se refiere? ¿Cree que somos muy diferentes de los seres humanos de otras culturas o épocas?

Los clásicos lo son porque responden a preguntas e inquietudes universales para los seres humanos de todas las épocas y regiones del planeta. Los seres humanos somos los de siempre y estamos sometidos a las mismas virtudes y a las mismas pasiones ancestrales. Amor, odio, poder, vanidad, rencor, egoísmo, solidaridad, cariño.

En términos globales los seres humanos, a pesar de las enormes injusticias y sufrimientos que padecemos en muchas partes del planeta, vivimos mejor que nunca en términos de acceso al alimento y a la educación y esto que lo dice la propia ONU es una buena noticia. La situación de explotación de mujeres y niños en el mundo que es pavorosa pero también ha sufrido una mejora importante. Todo esto nos señala un camino que debemos de intentar seguir.

Lo que debe de preocuparnos en cualquier caso son las tendencias y lo que resulta inquietante ahora mismo es el deterioro mundial que vamos a sufrir como consecuencia de la pandemia de Covid y sobre todo cuanto va a durar esa situación. Ahora mismo no hay consenso sobre lo profunda y duradera que puede llegar a ser esta depresión mundial pero sabemos perfectamente que va a golpear a los más necesitados del planeta. No sólo va a ocurrir en mundos lejanos y apartados sino aquí mismo a la vuelta de la esquina. Vamos a ver que respuesta somos capaces de dar como sociedad y tendremos una medida de lo que somos.

Otras tendencias inquietantes nacen del modelo económico y de las desigualdades que no dejan de crecer en el mundo entre ricos y pobres. Este capitalismo ultraliberal y desregulador no augura nada bueno ni para la salud del planeta ni para la justicia distributiva. Es necesario volver a regular los excesos especulativos con el suelo, las materias primas y las finanzas. La especulación es una forma muy peligrosa y selectiva de dividir el mundo entre débiles y fuertes que desembocará posiblemente en un mayor autoritarismo en nuestros sistemas democráticos y un incremento de las opciones políticas radicales de uno y otro signo.

“Este capitalismo ultraliberal y desregulador no augura nada bueno ni para la salud del planeta ni para la justicia distributiva.”

¿Alguna vez en algún proceso creativo se ha autocensurado o ha preferido omitir algunas partes aunque para usted fueran relevantes o necesarias?

No me autocensuro mucho y eso se aprecia claramente en La semilla del Minotauro y especialmente en Flores de Porcelana. Mis opiniones sobre lo que está ocurriendo con las mafias, el tráfico de estupefacientes o las relaciones de los constructores con la política son muy explícitas. También soy rotundo en lo relativo a la valoración del dinero como única medida de las personas, un defecto muy fácil de apreciar en España donde se desprecia el talento en beneficio de la riqueza muchas veces sin cuestionarse ni tan siquiera su procedencia. Soy muy explícito también en mis opiniones sobre los excesos del capitalismo ultraliberal que va ganando terreno en el mundo. La autocensura la practico en la medida que no tenga suficientemente contrastada una situación como para incluirla en mis historias aunque tampoco  tengo miedo de plantear hipótesis a pesar de que las historias sean ficticias. ¿Quizás fue así? El lector puede plantearse las respuestas.

Un tema muy espinoso que he abordado en La semilla del Minotauro es el papel que juega Israel en la geopolítica del Oriente Medio y aunque mi opinión no es muy aplaudida creo sostener con cierta solidez mis afirmaciones.

 

Hablemos de su última novela, “Flores de porcelana”. ¿Qué cree que le ha aportado esta creación a su bagaje como escritor? Háblame de la obra.

Flores de Porcelana ha sido la novela más difícil de escribir hasta la fecha porque como ya he comentado anteriormente a la dificultad de construir una historia amena y que mantuviese la intriga hasta el final, se unía la dificultad de que el personaje protagonista fuese lo suficientemente interesante y atractivo como para acompañar a la historia. Acabar esta novela con un resultado que me ha parecido muy aceptable ha sido una gran satisfacción porque pase bastante desasosiego en algunos momentos de la fase de creación. Esta novela me ha hecho crecer mucho como escritor y me ha reportado un gran aprendizaje en el uso de los diálogos como motor del ritmo de la novela que creo que se lee con facilidad.

 

¿Diría que España es un país más de novela o de ensayo?

Creo que es más un país de novela que de ensayo. Hay grandes escritores tanto de novela como de ensayo pero creo que la lectura preferida de los españoles está más orientada al divertimento que a la reflexión y me parece bien. No se puede llegar al ensayo sin pasar por otras lecturas previas, eso sí me parece relevante. Por eso es tan importante fomentar la lectura infantil desde los cuentos y desde los cómics. Es posible engancharte a la lectura cuando se es más mayor pero siempre es más difícil porque la lectura tiene mucho de hábito y los hábitos hay que formarlos.  Permíteme que te ponga un ejemplo en este caso musical. A mi me encanta la ópera pero la persona que cuando era joven me introdujo en ese mundo me dijo; no es posible estrenarse en este arte escuchando una complicada ópera sobre el diablo. Mejor empezamos por la maravillosa y agradable música de Verdi en la Traviata y luego vamos aprendiendo a comprender el canto y nos vamos habituando a lo más sofisticado. En la lectura pasa lo mismo.  A alguien que no ha leído nunca es difícil que le vaya a resultar interesante un ensayo complejo. Hay que educar la mente.

 

Dígame un deseo que le gustaría ver cumplido y un mal a erradicar de la sociedad

A nivel personal y por darte una respuesta más íntima, me encantaría ser abuelo y recuperar esos momentos de ternura con los bebés que sentimos cuando fuimos padres.

A un nivel literario  me gustaría poder alcanzar unas cifras de venta importante y que nos permitiese llegar a cubrir más necesidades desde Altuna Solidaria y que tal iniciativa se generalizase entre los escritores y editores. El ejemplo es una de las actitudes humanas fundamentales para la consecución de cambios sociales.

Una necesidad a erradicar en la sociedad mundial es el hambre. No podemos seguir impasibles ante la muerte de millones de personas cada año cuando estamos tirando el 30 o el 40 por ciento de la comida a la basura pero ello debe de ir acompañado de un proceso educativo porque de la ignorancia provienen muchos de los males del planeta.

Un mal a erradicar es el abuso de nuestro sistema económico sobre la naturaleza que amenaza con acabar con la especie humana. Hay que reformular el capitalismo para conseguir que nuestro modo de vida sea sostenible. Ello conlleva un proceso educativo importante y un cambio de los paradigmas de crecimiento y de acumulación de riqueza. Un fabuloso reto se abre ante nosotros.