Cuando en el 2016 una joven compañía llamada “Malditos” presentó su montaje “Danzad malditos”, ni sus propios componentes pensaron en que se pudiera alcanzar un éxito como el que obtuvieron, el cual llegó a plasmarse con la obtención de un Premio Max al Espectáculo Revelación. Los Alberto Velasco, Carmen del Conte y compañía habían sorprendido al, en cierto modo anquiloso, panorama teatral con un una obra fresca, diferente y sobre todo arriesgada que mostraba una fusión de teatro y danza realmente brillante, tanto en la forma como en el contenido. Debido al impacto producido por “Danzad malditos”, había una cierta curiosidad por saber cuál iba a ser el rumbo que tomaría en el siguiente montaje de esta compañía teatral. Pues se puede decir que sin lugar a dudas que su siguente propuesta denominada “Escenas de Caza”, no ha defraudado en absoluto, sino más bien todo lo contrario.
Pongámonos en situación; a una pequeña localidad regresa uno de sus vecinos, tras una larga y poco explicada ausencia, lo que desata multitud de rumores sobre su condición sexual, convirtiéndose en el objetivo con el que ensañarse y dar rienda suelta a los más bajos instintos. Este montaje, al igual que sucediera “Danzad Malditos”, esta basada en una película, en este caso de finales de los 60´s. La obra nos muestra la cara oculta de una población cuando un rumor desencadena un verdadero linchamiento, y dónde se puede ver que la conciencia individual queda adormecida, abrigada y protegida por el anonimato que da el englobarse dentro del “pueblo”, y puede mostrar su lado más cruel sin ningún tipo de compasión. Y lo que empieza con pequeñas bromas de mal gusto, termina desencadenando una autética cacería en el bosque.
Con una puesta en escena realmente contundente y sincera, «Escenas de caza» golpea al espectador al hacerle testigo y, porqué no, participe de la locura colectiva que en cualquier momento, lugar y situación puede trasformar una en apariencia tranquila comunidad de vecinos en una manada de lobos sedientos de sangre.
La dirección de Alberto Velasco no puede ser más acertada, con un ritmo trepidante y un gran trabajo técnico, al que ayuda de sobremanera la concepción espacial e iluminación del montaje que hace que el espectador entre de lleno en la obra. Por otro lado a hay que destacar a la estupenda Carmen del Conte, en el papel de directora de la escuela del pueblo, en una interpretación difícil y arriesgada, creando un personaje lleno de profundidad y al que dota de gran variedad de registros con diferentes versiones en su personalidad. Carmen con esta actuación confirma el talento que ya demostró en el montaje de “Danzad malditos”, pudiéndose decir que en estos momentos es una de las actrices revelación en el ámbito teatral de las últimas temporadas.
Teatro Pavón Kamikaze hasta el 18 de febrero
Miércoles, jueves y sábados, 20:30 horas
Viernes, 20 horas
Domingos, 18 horas