Llega el viernes y todos estamos deseando salir de la oficina y comenzar el fin de semana, pero la nueva comedia del Teatro Lara viene a entorpecer estos planes. Atrapadas en la ofi es una comedia musical con los éxitos más conocidos de los años 80 que plantea la indeseable situación de no poder salir del trabajo un viernes.
El Teatro Lara acoge todos los viernes hasta el 8 de diciembre esta obra dirigida por Sara Pérez y Emma De Martino que se estrenaba en 2017 en Argentina con gran éxito entre el público y la crítica.
La historia de estos cuatro personajes, cada cual más distinto del anterior se ven obligados a compartir un espacio reducido sin tener muy claro cuando van a poder salir.
Debido a una extraña tormenta que interrumpe el servicio eléctrico de la ciudad, el CEO de la empresa, que está encantado de conocerse, se encuentra a sí mismo atrapado con la secretaria, que solo está allí por el dinero y que, además, es de las «feministas esas». También le acompaña el chico de los paquetes, que va siempre a su bola, pero por lo menos tiene el consuelo de que la jefa de Recursos Humanos, que le adora como jefe, está también encerrada.
Bajo esta claustrofóbica premisa el espectáculo aborda temas como las distintas visiones de la vida laboral que tiene cada persona y qué papel juega esta dentro de su personalidad. Las aspiraciones y el conformismo también son parte de la trama que desvelará que lo que los personajes creían saber de sus compañeros no era más que una fachada y que, en realidad, no son tan distintos como podía parecer en un principio.
Discusiones, treguas, esperanzas y decepciones van llenando la función mientras la tensión crece dentro de la oficina y los protagonistas se van quedando sin formas de no perder la cordura.
El espacio escénico y la escenografía, a cargo de Javier Velo, tienen una visión de 360º, lo que permite al público descubrir matices nuevos de la historia dependiendo de dónde se siente, ya que tendrá a unos personajes más cerca que a otros.
Paula García Lara, Joselu López, Noelia Marló y Sam Gómez, a lo largo de la obra, van despojando a sus alter egos de las capas que, en muchos casos, les constriñen y asfixian, afectando también a cómo se relacionan con su entorno, incluso con ellos mismos.
Así, cogen la que podría ser la peor pesadilla de cualquier trabajador, no escapar de su puesto, y la convierten en un proceso de autoconocimiento despojados de estímulos del exterior, con la sola compañía de las canciones que marcaron la década de los 80. Podría incluso llamarse un retiro forzado, del que saldrán siendo personas totalmente distintas y con conexiones que jamás hubiesen esperado realizar.
Así que, pese a que sea viernes, y quizá acaben de salir de su propia oficina, no dejen de visitar la que se ha instalado en el Teatro Lara, quizá también les cambie a ustedes.