El 29 de agosto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos publicó su sentencia en el caso Kovačević vs Bosnia-Herzegovina. Aunque apenas ha llamado la atención internacional, este fallo ha resquebrajado la arquitectura política del pequeño país balcánico. En sus conclusiones, declara que el actual sistema electoral bosnio vulnera la prohibición general contra la discriminación, incorporada al Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950), en el art. 1 del Protocolo Adicional (una especie de enmienda añadida a un tratado internacional) nº12, conocido como Protocolo de Roma, ya que se firmó en la capital italiana en el año 2000.
Más concretamente, el Tribunal de Estrasburgo entiende que la ley electoral discrimina étnicamente a los ciudadanos de manera clara en la elección presidencial y en la de la Cámara de los Pueblos (el senado). Si bien, también aprecia una vulneración clara en el sistema electoral que escoge a la Cámara de Representantes.
“el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso Kovačević vs Bosnia-Herzegovina. ha resquebrajado la arquitectura política del pequeño país balcánico”
Con diferencia, Bosnia-Herzegovina se llevó la peor parte en la Guerra de los Balcanes, que siguió a la descomposición de Yugoslavia en los años noventa. El país se encuentra étnicamente dividido entre bosnios, en su mayoría musulmanes, croatas, cristianos católicos, y serbios, cristiano-ortodoxos.
La distribución étnica se refleja claramente en la geografía nacional, lo que se ha traslado al sistema político bosnio. La República de Bosnia-Herzegovina se divide en dos grandes entidades subestatales. La Federación de Bosnia y Herzegovina, abarca centro-sur y oeste de su territorio. Como se deduce de su denominación, aquí la mayoría de la población es bosnia, aunque hay una minoría considerable croata. Las franjas septentrional y oriental del país conforman la República de Srpska, cuyos habitantes, en su mayoría, pertenecen a la etnia serbia.
“La República de Bosnia-Herzegovina se divide en dos grandes entidades subestatales: la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República de Srpska.”
Habría que añadir una tercera entidad territorial, el distrito de Brčko. En ausencia de una étnica predominante (aproximadamente un 40% de bosnios, más de un 30% de serbios y cerca de un 20% de croatas), esta región vive coadministrada por la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República de Srpska. Además, goza de una considerable autonomía política propia.
Esta división político-territorial, es el resultado de los Acuerdos de Paz de Dayton (1995), al igual que el resto de la arquitectura institucional de Bosnia-Herzegovina. Este tratado internacional impuso un sistema político que asegurara la participación de todas las etnias que habitaban la zona. Se esperaba que eso tranquilizara los temores a nuevos crímenes étnicos, como las matanzas ocurridas durante la guerra, a la vez que obligaría a cooperar a las diferentes comunidades.
“los Acuerdos de Paz de Dayton (1995) impusieron un sistema político que asegurara la participación de todas las etnias”
A modo de esquema, Bosnia-Herzegovina es una república federal y parlamentaria. Ahora bien, la Presidencia de la República no la ocupa un presidente. La Jefatura del Estado es tripartita. Los habitantes de Srpska eligen a un candidato serbio. Ojo, no lo votan sólo los serbios, pero el integrante de la presidencia propuesto por Srpska ha de pertenecer a esta etnia. La Federación de Bosnia Herzegovina escoge a un bosnio y a un croata. En este caso, los habitantes del país han de elegir si se registran en la elección del candidato croata o del bosnio.
Pese a que la Presidencia se escoge en una votación directa, sus poderes son más bien simbólicos. Tienen algunos más que un monarca parlamentario, pero no muchos. El gobierno lo dirige un Primer Ministro escogido por la Cámara de Representantes, la cámara baja del parlamento.
“la Presidencia de la República es tripartita”
La Asamblea Nacional de Bosnia-Herzegovina la conforman, en efecto, dos cámaras, pero sólo la Cámara de Representantes se elige en una votación directa. Ahora bien, 28 de sus 42 escaños son escogidos por la Federación de Bosnia y Herzegovina y 14 por la República de Srpska. Pese a que la ley da libertad para formar listas electorales sin tener en cuenta la etnia, en la práctica, en Srpska domina partidos que se autodefinen como “serbios” y en Bosnia y Herzegovina, otros que se llaman “bosnios”.
En cambio, la Cámara de los Pueblos o senado se escoge indirectamente a través de los parlamentos subestatales de la Federación de Bosnia-Herzegovina y la República de Srpska. En sus bancadas, unos escaños están asegurados para los bosnios, otros para los serbios y, finalmente, también los croatas tienen su porción asegurada.
“La Asamblea Nacional de Bosnia-Herzegovina la conforman la Cámara de Representantes y la Cámara de los Pueblos”
Pese a que no la escojan directamente los ciudadanos, la Cámara de los Pueblos no disfruta de poderes inferiores a la Cámara de Representantes. Las leyes sólo se aprueban si ambas cámaras votan a favor. Pero, además, en la Cámara de los Pueblos no basta con tener mayoría de votos, sino que hay que tener mayoría de “síes” de las tres etnias. De modo que una ley quedaría bloqueada si, por ejemplo, la mitad de los senadores serbios votaran contra su contra, aunque el resto de los senadores, o sea una mayoría cualificada, votara a favor.
Otras importantes instituciones como el Tribunal Constitucional o las Fuerzas Armadas, entre ellas, se ven traspasadas por esta férrea tripartición etnicista.
En lugar de aproximar a las etnias, este sistema político ha terminado consiguiendo el efecto contrario. Los constantes bloqueos en la Asamblea Nacional aumentan las tensiones. De hecho, si Bosnia-Herzegovina es gobernable es gracias a una especie de dictador creado por los Acuerdos de Dayton: el Alto Representante.
“una ley quedaría bloqueada si, por ejemplo, la mitad de los senadores serbios votaran contra su contra”
Con un mandato trienal, esta figura es escogida por los países firmantes de los Acuerdos de Dayton y sus observadores, normalmente de acuerdo con el gobierno bosnioherzegovino. La regla no escrita es que pertenezca a un país de la UE, mientras que sus Adjuntos, o sea, sus subalternos más importantes, suelen ser estadounidenses.
¿Qué puede hacer este Alto Representante? Mejor preguntarnos qué no puede hacer. Sus poderes son inmensos. Literalmente puede aprobar y modificar leyes por su cuenta. Hasta puede modificar la constitución del país sin preguntarle al parlamento. También puede vetar nombramientos y cesar a cargos políticos o funcionarios en el país. ¡Ah! Ninguna autoridad política o judicial bosnioherzegovina puede controlar o limitar las decisiones del Alto Representante.
“¿Qué puede hacer este Alto Representante? Sus poderes son inmensos”
Teóricamente, su rol debería centrarse en analizar como evolucionan los acuerdos de paz y la convivencia. No obstante, el eternizado bloqueo político hace que las injerencias del Alto Representante se hayan convertido en una rutina.
No costará entender que su figura cada vez sea más polémica. Hace un año, reformó el Código Penal de Srpska para perseguir conductas vejatorias contra las víctimas del genocidio bosnio. La semana pasada el gobierno de Srpska aprobó una ley para prohibir al Alto Representante entrar en su territorio. Obviamente, la norma no tiene valor, pero el choque nos muestra hasta que punto la tensión sigue a flor de piel.
“La semana pasada el gobierno de Srpska aprobó una ley para prohibir al Alto Representante entrar en su territorio”
Quizás, habéis notado que no empleo la palabra “Estado” para referirme al país. A ver, no quiero confundir a nadie. Sin duda, la comunidad internacional reconoce a Bosnia-Herzegovina como Estado y es miembro de pleno derecho de la ONU y otras mil organizaciones internacionales. Sin embargo, jurídicamente, decimos que un Estado es la suma de cuatro elementos: población, territorio, forma de gobierno y soberanía. La existencia del Alto Representante hace bastante cuestionable que la República de Bosnia-Herzegovina sea un Estado soberano en el sentido propio de la palabra.
Con este contexto de fondo llegamos al bueno de señor Kovačević y su demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, contra el sistema electoral de su país.
De ascendencia serbia, Kovačević vive en Sarajevo, capital del país, ubicado en la zona de mayoría bosnia. A diferencia de muchos de sus conciudadanos, no se siente especialmente identificado con su etnia, al menos no en el sentido político. Pertenece a una minoría del país que se niega a adscribirse oficialmente a ninguna etnia.
“llegamos al señor Kovačević y su demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”
De entrada, esto le impide presentarse a las elecciones presidenciales. Pero es que, aunque se registrara como serbio -no puede registrarse como una etnia a la que no pertenece- tampoco podría presentarse por Bosnia y Herzegovina, donde vive, ya que el candidato serbio sólo puede presentarse por Srpska. Lo mismo ocurre con el senado. Nunca podrían proponerle como miembro de la Cámara de los Pueblos ya que es un serbio que vive en la zona de mayoría no serbia del país.
Para arreglarlo, aunque en teoría podría presentarse a la Cámara de Representantes, señala que la división del país en dos grandes circunscripciones la Srpska serbia, por un lado, y Bosnia y Herzegovina por el otro, lamina las posibilidades reales de un ciudadano de ser escogido en un territorio donde su etnia es minoritaria, ya que los partidos tienen entidad étnica. Más aún, en la práctica es imposible organizar un partido no étnico que se presente en todo el país.
“si el Gobierno de Bosnia-Herzegovina no recurre o la Gran Sala confirma esta primera decisión judicial, se avecinarán profundos cambios”
Las quejas del señor Kovačević han sido estimadas por el Tribunal de Estrasburgo. Es verdad que este tribunal se estructura en varias salas (de 7 jueces) cuyas decisiones se pueden apelar a la Gran Sala (de 17 jueces). La sentencia que mencionamos aquí aún no es definitiva, pero si el Gobierno de Bosnia-Herzegovina no recurre o la Gran Sala confirma esta primera decisión judicial, se avecinarán profundos cambios políticos en el país balcánico.